Historia ganadora de los Wattys 2018.
Mejor tarde que nunca.
Margarita está decidida a dar el paso que cambie su vida, cansada de la ignorancia y la crueldad del mundo aprenderá a leer y escribir a sus setenta años a pesar de que muchos lo considere...
Este capítulo contiene romance así que si nos les gusta mucho no se preocupen, no modifica la trama. Habrá más capítulos extras sin romance por si quieren leerlos <3.
¿Cuándo sucedió? Este es a la par del capítulo en el que Margarita se reúne con su hermana.
Capítulo Especial
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Toqué la puerta un par de veces esperando que atendieran a mi llamado. Sabía que la idea de no regresarle uno de sus manuscritos a Margarita no fue la más brillante, pero debo reconocer que la curiosidad pudo conmigo y quise aprovechar para releer la historia mientras estaba en mi casa. Porque eso en el celular no se comparaconelpapel.
Sin embargo, al terminarla decidí que era momento de regresarlo a su dueña. Sabía que no la extrañó, de lo contrario Carlos me hubiera llamado, pero terminaría por darse cuenta. Conocía a Margarita para anticipar que se angustiaría cuando decidiera hacerle una segunda edición y no lo encontrara, por eso me levanté temprano y me encaminé a casa de Carlos para entregarlo personalmente.
Fue él quien me abrió la puerta. Me gustaría decir que me daba igual quien me recibiera, pero la verdad era que me alegró se tratara de él. Le sonreí mientras le mostraba el cuadernillo para que supiera el por qué de mi visita.
—¿Ahora también eres escritora? —me preguntó. Nunca podían faltar sus bromas. Fingía que no le hallaba la gracia, pero supongo que fallé en mi intento. Yo y las letras éramos un caos.
—Vine a dejarle a Margarita algo que olvidó —le dije para no entrar en detalles mientras entraba a su casa.
—Qué curioso, me dijo que estaba contigo.
¿Qué? ¿Conmigo? ¿Habría ido a buscar las hojas? Oh, no, la hice caminar en vano.
—Nos habremos topado en el camino.
—Se fue hace dos horas.
Definitivamente no era un camino tan largo.
Traté de inventar una excusa, si Margarita me usaba a mí como salvavidas tenía que ayudarla. Pero observé el semblante de Carlos, no me creería de todas maneras.
—¿Estará bien? —Quise saber, cuando descubrí que añadir algo sería el vano. Margarita podía andar sola, era fuerte e inteligente, lo que me sorprendía era que inventara que estaba conmigo, que no quisiera que supiéramos dónde se encontraba.
—Tranquila, seguro inventó eso para que no le hiciéramos preguntas. Sinceramente tampoco es como si fuera hacérselas.
—¿Y a dónde iría que quisiera mantener en secreto? —pregunté porque no encontraba muchas respuestas.
