Ian
Me había quedado callado y el ambiente se había tornado algo tenso. Me había tomado por sorpresa su respuesta afirmativa y esa es la razón de mi silencio.Me le quedé viendo.
- No es broma Carol. - aclaro, de seguro la chica piensa que esto es una broma más.
- No importa, aún así acepto. - su compromiso desinteresado junto a la rapidez con la que vuelve a aceptar termina por sorprenderme aún más.
Quizás Santiago y su novia tengan razón y Carolina tenga cierto interés en mi. De todos modos la he cachado observándome un sin número de ocaciones.
¡Tonterías!
De seguro la pelinegra solo quiere pasar unas vacaciones diferentes y olvidarse de aquel mentiroso llamado Dereck Malvin.
Me olvido de mis tontas ideas esperanzadas y decido salir de su habitación luego de agradecerle. Ahora me toca hablar con mi familia y confirmar nuestra asistencia.
(...)
Lo había pensado bastante pero al final había decidido llamar a mi familia, antes compré dos boletos de avión, ambos por mi cuenta. No sería justo que después de que Carolina me va a hacer este enorme favor yo le exija que ella misma compre su boleto.
No voy a decir nada más que la verdad, la llamada a mi familia fue corta, ya que según les había dicho tenía que entrar a clases. Pero es que ellos son de dar mucha lata. Te preguntan, en especial mi madre, si has comido y cosas parecidas. ¿Algún día comprenderá que soy adulto? Tampoco presté demasiada atención. Mi familia se destaca por ser numerosa, unida y melosa, ésta última me desagrada un poco y me mantiene alejado de los Dekony. A veces es mejor ser un poco distante, a veces.
Luego de la llamada y de tener los boletos de avión en mano o más bien la copia, me dirigí a la habitación de Carol una vez más. Hablamos sobre el viaje entre otras cosas. La chica parecía emocionada y yo no tanto al saber que no le había contado toda la verdad acerca de lo que sería ella ante mi familia, mi prometida, para que fuera más creíble. Carolina seguramente me matará pero mientras tanto hay que disfrutar del momento.
Estas vacaciones prometen ser interesantes.
- Te matará - advierte Santiago luego de contarle todo acerca del viaje de verano a mi isla.
- Mi familia dejará de creer que soy gay. - me defiendo.
- Y a causa de eso Carolina te picará en pequeños pedacitos, luego los cocinará en un bosque lejano y se lo dará a los hambrientos lobos. - habla Enid dejando en evidencia su gran imaginación.
- O sino de seguro venderá tus órganos. - añade Román.
Miro a mi otro amigo y luego a la pareja. No hay duda de que la novia de mi mejor amigo le ha contagiado su gran imaginación y exageración a los dos chicos.
Enid está media loca aunque es buena persona pero eso me preocupa, pronto perderé a Santiago y luego a Román quienes se parecerán demasiado a la loca de cabello negro y uno que otro mechón azul.
- Son unos exagerados. No creo que nada vaya a salir mal.
- Al menos parecerán enamorados. - habla Santiago. Miro mi reloj notando que ya casi debo entrar a clase, que para mi mala suerte esta vez sí debo asistir ya que tengo un examen. - Tú mueres por ella. - exagerado - Y ella por ti. - mentiroso.
Alzo una ceja incrédulo mirando a Santiago y me despido de ellos.
Carol
Humanidades, mi clase favorita desde este mismo año. Y todo por que Ian toma Cálculo a tan solo dos salones del mío, justo a la derecha. El salón de Humanidades es a la izquierda por lo que al sentarme en el ventanal y a su vez Ian sentarse muy cerca de este, yo tengo vista panorámica. ¿Lo bueno además de eso? Él nunca se ha dado cuenta y como ahora, sigo disfrutando de verlo muy concentrado en números y ecuaciones.- El profesor te acaba de hacer una pregunta. - susurra Jonathan a mi lado, él es el típico chico más lindo de la clase, el de sonrisa perfecta y de cuerpo irresistible.
Lástima que solo he hablado con él un par de veces.
Bueno, no está tan guapo y bueno como Ian. Maldito Ian que nunca sales de mi cabeza.
- Perdón ¿qué decía? - me atrevo a decir con mi gran cara de lechuga.
- Le acabo de hacer una pregunta señorita Parker. - habla más alto de lo normal, seguramente quiere avergonzarme. - Y es la última vez que la repito. ¿Trajo la presentación en su pen drive?
¿Qué presentación? ¿De qué habla? ¿No que yo había terminado todos los trabajos de la universidad el fin de semana?
- Por su expresión veo que no. Ha reprobado la última evaluación del curso. Está muy distraída Parker.
Aún sin poder asimilar mi falta de responsabilidad intento hablar pero me veo interrumpida.
- ¡Y como no profesor! Si se la ha pasado desde el primer día de clases mirando a través del ventanal. - estúpida Marey.
- Me he dado cuenta de eso, Sander. ¿A quién ves? - inquiere el profesor observándome.
¡Que profesor tan metiche!
Toda la clase me mira expectante ¿por qué hoy no están dormidos como siempre?
- A na... - me veo nuevamente interrumpida por Marey la estúpida Sander.
- A quien más sino a Ian Dekony, profesor. Al chico de camiseta azul y blanco del salón de Cálculo.
Recuérdenme matarla al finalizar la clase.
Repitan conmigo: Nunca se debe confiar en nuestr@ roommate.
El metiche profesor sin mediar palabra sale del salón. Decido no mirar a donde va pues no me interesa. Contengo o intento contener mi enojo cerrando los ojos y sujetando con fuerza el puente de mi naríz.
- Señorita Parker. - el profesor llama mi atención una vez más. - Aquí está el señor Dekony. - abro mis ojos demasiado rápido subiendo mi cabeza hasta encontrarme con esos ojos azules que me vuelven loca.
¡Control!
- No se quede callada. - alienta - Aquí está el señor Dekony para que pueda expresarle su amor. - el idiota se está burlando de mi.
El salón se sale de control, alguna que otra risa reprimida, comentarios y silbidos, los odio a todos.
- Sino es amor no sé que será pero la señorita Carolina Parker se ha mostrado muy distraída en mi clase por estar viéndolo a usted. - le dice a Ian a toda voz.
¡Te odio profesor!
Parezco un tomate y la cara entre confusión e incomodidad por parte del pelinegro me hace sentir aún peor.
¿Existe una cláusula que me prohiba matar a Marey Sander y al profesor Lincoln a la vez?
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Yo también tendría ganas de matar a Marey la estúpida Sander y al profesor Lincoln alias el metiche. ¿Quién no?VOTA&COMENTA
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Miradas (COMPLETA)
RomanceA través de miradas expresamos miles de sentimientos. Carolina siempre miraba al mismo chico desde un extremo de la universidad, él también la miraba a ella desde el otro extremo. Miradas que decían lo que las palabras no podían. El destino les dar...