Aniversario

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Acaricié mi vientre con cuidado. De repente, la puerta se abrió.

-¿Te parecen horas para llegar?-Pregunté a Rupert frunciendo el ceño.

Él suspiró y bostezó.

-Lo lamento, Em. Tuve un problema con la jefa de Marketing... No fue hoy y se negó a ser suspendida a pesar de que es la décimo quinta vez que falta sin decir por qué... Tuvimos que hacer todo sin ella y luego preparar el sumario y...

Refunfuñé y me acosté dándole la espalda.

-Que descanses.

Odiaba que Rupert le diera prioridad a la famosa jefa de Marketing. Sobre todo porque era Meghan. Sí, la misma zorra que había salido con él una vez.

-Oye, Em, no te enfades.

Me abracé las rodillas recordando el amanecer desnudos que habíamos tenido después de nuestra primera vez. ¿Dónde había quedado todo eso?

Desde que Alex y Lottie, nuestro segundo par de mellizos, habían nacido, no habíamos vuelto a tocarnos.

Rupert siempre le echaba la culpa al trabajo que le impedía pasar más tiempo conmigo.

Pero esperaba que justamente esa noche fuera distinta porque era nuestro aniversario desde que habíamos comenzado a salir... Eran siete años. Mucho tiempo. Y había logrado no tener a ningún niño allí. Hasta le había comprado un obsequio. Para nada.

-Em.

Se sentó a mi lado y apoyó su mano en mi rodilla. Mi corazón se aceleró.

-No te enojes... Por favor... Juro que...

-A veces pienso que llegas tarde porque te acuestas con ella.

No pude evitar decirlo. Y cuando lo dije, mi corazón se rompió. Rupert me estaba engañando...

Me puse de pie y corrí hacia el baño. No quería que me viera llorar.

-Emma. Emma, ábreme. No tienes idea de lo que estás diciendo, yo jamás te engañaría, eres mi novia y la única mujer a la que amo con mi vida. ¿Por qué no confías en mí?

-Voy a darme un baño. Déjame tranquila.

Suspiré y enjugué mis lágrimas. Me quité la ropa y me miré en el espejo. Tenía estrías por los embarazos y los partos y algunos cabellos plateados. Pero no podía dejar de pensar en lo horrible que estaba.

Llené la bañera y me metí dentro. El agua tibia logró calmarme un poco. Cerré los ojos y eché la cabeza hacia atrás.

Sentí un ruido extraño y miré la puerta. Rupert estaba allí, había logrado entrar desde afuera.

-Te dije que te fueras. No tienes derecho a verme desnuda si después vas a ver a otra mujer.

Rupert sonrió.

-Em, te juro por mi vida y todos nuestros hijos que no me he acostado con ella ni con nadie que no seas tú. Lo juro por el amor que te tengo.

-No parece. Hace meses que no me tocas.

Él se acarició el cabello.

-Cierra los ojos.

-Rupert...

-Confía en mí.

Suspiré y le hice caso. Sentí que algo rodeaba mis ojos para que no pudiera ver y un chapuzón.

-¡¿Qué haces?!-Pregunté tratando de desanudarme la venda.

Sentí las manos de Rupert deslizándose por mi espalda hasta acariciar mi trasero y acercarme a él.

El amor no existe [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora