Si no es amor, ¿entonces qué?

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Giré en la cama y me caí al piso.

-Ouch.-Protesté frotando mi cabeza sin abrir los ojos.

Dos brazos fuertes me izaron hasta la cama.

Confundida, abrí los ojos. Rupert mi miraba.

No. No... ¡¿Qué demonios hacíamos desnudos en la misma cama?!

No podía haberme acostado con él y no recordarlo.

Cerré los ojos tratando de recordar. El aguardiente... Vodka. Era vodka. Diablos.

Apreté mis párpados recordando cada maldito detalle de lo que había hecho con mi novio bajo la influencia del alcohol.

No habíamos tenido sexo... ¿O sí?

Sus frases calientes me confundían.

-Oye, tranquila.

Me rodeó con sus brazos. Sentí su cuerpo completamente desnudo contra el mío y comprendí que no lo conocía del todo. Que había cosas que no habíamos hecho aún. Por ejemplo, tener sexo... Típicamente dicho.

Suspiré.

-Nosotros... Lo hicimos... ¿Verdad?

-No.

Sentí un inmenso alivio.

Él me acarició las mejillas.

-Sé lo que estás pensando. Estás agradecida porque no recuerdas mucho.

Asentí y abrí los ojos.

Él me sonrió con timidez.

-Lo siento mucho, pero no puedo arrepentirme de lo que hicimos. He tratado pero fue algo tan... Íntimo... No puedo, Em, lo siento.

Sonreí.

-No me estoy arrepintiendo.

Al menos no ahora que estoy contigo en la cama y siento este cosquilleo en mi vientre... Pero no lo dije.

-Tampoco voy a arrepentirme. Pero creo que beber vodka estando juntos es una terrible idea.

Rupert rió y enterró su rostro en mi cuello.

-Haber estado borracho no afectó tanto a mi cerebro... Eres hermosa.

Me sonrojé.

-¿Yo?

-Sí, tú. Completa. Eres bellísima. Cada parte de ti.

Acaricié su espalda y lo pegué a mí.

-Tú eres tan guapo... Tan... Caliente.

Sonrió.

-¿Sólo caliente?

-No. Eres dulce también. Y amable. Y me gustas mucho.

Rupert me sostuvo contra sí con fuerza y me besó.

El beso comenzó como algo suave.

Estiré mi lengua y invité a la de él. Entonces se volvió algo fogoso.

Jadeé y me moví contra su cuerpo. Estaba excitado. Muy excitado.

-Déjame que te ayude.-Susurré bajando mi mano por su vientre.

-No.-Él tomó mi muñeca.-Em, no lo hagas... No es necesario.

-¿Por qué no? Anoche lo hice y no te disgustó.

-Anoche fue diferente. Me... Me da vergüenza que me toques así.-Admitió.

Besé su frente con delicadeza.

-Está bien. Cuando cambies de opinión dímelo.

Me puse de pie cubriéndome con la sábana para buscar un poco de ropa.

Rupert se cubrió los ojos para darme mi intimidad. Sonreí. Era adorable.

Me vestí y busqué la ropa de él.

Sonreí al abrir mi armario y ver varias de sus prendas. Algunas veces que se quedaba a dormir las dejaba allí. Nuestras vidas comenzaban a mezclarse.

Al verlo sobre la cama, desnudo y sonriéndome, algo extraño se apoderó de mi corazón.

Me acerqué y lo besé suavemente.

Cerró los ojos y acarició mi barbilla.

Apoyé mis manos en su pecho y me subí a la cama.

Él me abrazó con cariño.

Nos separamos unos centímetros. Miré sus ojos verdes. Veía algo en ellos... Como cada vez que nos mirábamos y el mundo se detenía.

Mi respiración se aceleró y sentí vértigo.

Él tomó mi rostro y me besó.

Fue mágico. Podía sentir algo muy fuerte por él en mi pecho... Y me daba miedo esa emoción... Amenazaba con derribar mis principios respecto a los sentimientos.

Porque si no existía el amor...

¿Entonces qué me unía a Rupert?

El amor no existe [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora