Una historia de amor

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Bostecé y abrí los ojos.

Estaba desnuda y la cama estaba vacía además de mí.

Suspiré y abracé la almohada. Olía a él, a Rupert, a su perfume.

Miré mi mano izquierda. Tenía dos anillos. Uno, el de compromiso. Y el otro, uno que hacía sólo unos meses que estaba, el de bodas.

Sonreí y me lo quité para leer el mensaje grabado dentro.

"Te amo. Rupert."

Ensanché mi sonrisa y me puse de pie.

Busqué mi ropa interior y una de sus camisetas para ponérmela.

Entré al baño y me cepillé el cabello castaño (sí, a pesar de las canas, seguía siendo castaño) y los dientes.

Luego salí y bajé las escaleras hacia el comedor.

Todos los niños estaban allí, escuchando atentamente a Rupert.

-Entonces la vi.-Dijo.-O mejor dicho, no la vi. Corría hacia mí. Estaba lloviendo y la acera estaba resbalosa. Ella resbaló y chocó conmigo. Derramé todo el café hirviendo sobre esa chica.

-¿Quién era, papá?

-Yo no lo sabía, pero era la mujer más hermosa que jamás hubiera visto.

Sonreí y bajé las escaleras.

-Buenos días.

Me acerqué a Rupert y lo besé. Luego besé las frentes de los niños.

-¿De qué hablan?

-Papá nos está contando una historia de amor.-Dijo Madeleine.

Sonreí.

-Suena interesante.

Me senté junto a Rupert.

-A ver, puedes continuar.

Rupert sonrió.

-El día que conocí a su madre derramé mi café sobre ella y la ayudé a levantarse.

-Ese café...

Él rió y tomó mi mano.

-¿Estaba caliente?-Preguntó Madeleine.

-Hirviendo.-Dije.

-Yo trabajaba en una oficina toda la mañana.-Se defendió Rupert.-Bebía litros de café. Y lo pedía caliente para que llegara con buena temperatura. Encima, ese día hacía muchísimo frío, así que estaba más caliente que de costumbre.

-Con razón.-Dije.

-En fin. La ayudé a levantarse y me fui.

-No...-Dijo Emily haciendo un puchero.

-Sí.-Rupert sonrió.-Porque pensaba regresar al café la semana siguiente a pedirle una cita.

Emily aplaudió.

-¿Y volviste?

-No tuve tiempo.-Dijo riendo.

-¿Entonces?-Preguntó Jack frunciendo el ceño.

-Por esos días su tío Dan...-Comencé.-Había comenzado a salir con su tía Bonnie y quiso presentármela. Rupert estaba invitado también, pero no fue.

-Cariño, me haces sonar como un tonto.

Sonreí.

-El punto es que Bonnie quería presentárnoslo y me invitó a cenar con ellos. Dan y yo fuimos. Y cuando llegué, vi en una mesa...

-¡A papá!-Aplaudió Austin.

-Sí. A papá y a otra mujer.

Mis hijos miraron a Rupert frunciendo el ceño. Reí y él alzó las manos.

-En mi defensa, no pensé que Emma fuera a asistir a la cita.

-Papá, eres muy tonto.-Emily le sacó la lengua.

-No es justo. Emma, vas a hacer que nuestros hijos me odien.

Reí y le acaricié el cabello de la nuca.

-En fin. Papá con otra mujer. Y durante la cena...

-...Le pedí ayuda a su madre para deshacerme de ella. Su madre hizo una escena y mi cita se fue. Y nos volvimos amigos.

-Sí.-Reí.-Ninguno de los dos creía en el amor, para nada. Y aún así nos fuimos conociendo. Salimos juntos varias veces... El punto es que comenzamos a salir. Y entonces empezamos a pensar mucho.

-Si no nos amábamos... ¿Entonces qué nos unía?-Preguntó Rupert apoyando su mano en uno de mis muslos.

Sonreí.

-Su madre era increíble y hermosa... Aún lo es.-Sonrió.-Y no pude evitar sentirme atraído cada vez más... Cuando quise darme cuenta, comprendí que quería pasar el resto de mi vida junto a ella. Me había enamorado. Y comencé a pensar y pensar en nuestro futuro y en ustedes... Y un día simplemente no pude seguir ocultándolo. Su madre vino con la excelente noticia de que había obtenido la beca para estudiar y entonces entendí que eso influiría en mi vida también, porque la pasaría junto a ella. Y le dije que la amaba. Que había descubierto gracias a ella que el amor existe. Que había puesto mi mundo de cabeza. Y Emma me dijo que me correspondía. Y no volvimos a separarnos.

Asentí y lo besé suavemente.

-Y después vinieron ustedes y nos casamos. Y aquí estamos.-Acabé la historia.

Emily sonrió.

-Es adorable...

Reí y le besé la frente.

-Sé que en la historia parece que el tonto siempre fui yo. Pero su madre...

Crucé los brazos y alcé las cejas.

-A ver. ¿Qué fue lo que yo hice de malo?

-Al principio no querías tener nada que ver conmigo.

-¿Se supone que debo sentirme culpable por eso? Tenías a otra mujer y dabas toda la impresión de ser un mujeriego.

Rupert rió y acarició mi rodilla.

-Da igual. Ahora estás conmigo. Y estaremos juntos por siempre.

Sonreí y tomé su rostro para besarlo.

-¡Mamá!-Protestó Jack.

Rupert rió.

-¿No quieren que haga esto?-Preguntó besándome otra vez.

-Puaj.-Dijo Jack.

Sonreí.

-Entonces no miren.-Dije besando a Rupert de nuevo.

Él sonrió y me correspondió con intensidad. En ese momento, amé cada uno de los momentos que me habían llevado hacia él.

Lo amaba.

-Te amo.-Susurré entre besos.

Rupert ensanchó su sonrisa.

-También te amo.-Dijo antes de besarme otra vez.

El amor no existe [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora