Batidos

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Rupert me abrió la puerta para que pasara. Fue un lindo gesto de no ser porque se había confundido creyendo que él conduciría y cubrió el error abriéndome la puerta.

Reí y entré. Él sonrió y se acomodó en el asiento del copiloto.

Me puse el cinturón de seguridad y él me imitó.

-Dime tu dirección.-Pedí.

La calle no me sonaba mucho.

-Tendrás que guiarme.-Dije.

Él asintió.

-Así que... ¿Peleaste con Meghan en mitad de la calle?-Pregunté.

Rió.

-Algo así. Sólo le dije que sabía acerca de su novio y salió corriendo.

-No eliges buenas chicas si todas tienen novio.

-Ha sido mi primera cita en meses... Hacía mucho que no tenía una.

-Pues buena elección.

Rió.

-Celosa.

Fruncí el ceño.

-¿Qué te hace creer que estoy celosa?

-Dobla a la izquierda.-Me indicó.-Quizás que no hayas apartado mi pierna cuando ella se fue.

-Yo no soy una de esas.-Dije.-Si estaba allí, no tenía por qué entrometerme. Y además, no es mi culpa que estés jugando con fuego.

-¿Crees que me vaya a quemar?

Lo miré fijamente. Sus ojos me atravesaron. Sentí como si estuviera completamente desnuda frente a él.

-Sin duda.

Sonrió.

-Quizás valga la pena.

Apoyó su mano en mi muslo.

Me sonrojé.

-¿Qué haces coqueteando conmigo?

-Quizás sea el alcohol. O quizás te has vestido demasiado bien. No lo sé.

No respondí. Estaba tratando de no sonrojarme.

-A la derecha.-Indicó.-Es allí.

Me detuve frente a un edificio.

-Aquí.-Dijo.-Gracias. ¿Te apetece beber algo?

Me miró y puso una expresión inocente que no pude ignorar.

-Agh, bien.-Accedí.-Pero sólo unos minutos.

-Por supuesto.

Bajé detrás de él y subimos hasta el segundo piso.

-Es aquí.

Rupert abrió una puerta y me invitó a entrar, encendiendo la luz detrás de mí.

-¿Cómo están tus quemaduras? Había olvidado preguntarte.-Dijo.-Y eso que fue lo primero que pensé al verte.

-Están mejor. Tengo que usar una crema hasta la semana que viene e ir después a consulta.

-¿Y qué hay de tu cabeza?

-Me dijeron que no era nada.

Sonrió.

-Qué buena suerte.

Se acercó a la cocina y comenzó a preparar dos licuados.

-Lo sé. Tendré que sacar un préstamo en el banco para pagar la crema, lo único.

El amor no existe [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora