[TRES]

1.1K 65 9
                                    

Leah.

— ¿Otra vez aquí, hija? — me pregunta la señora mayor. Sus ojos me miran como haciéndome un examen. Aunque no sé para qué o necesita, si seguro que ya me conoce de sobras

— Ajá. — me saco el único auricular que llevo y desconecto estos de mi móvil.

— No entiendo nada, jovencita. ¿Cómo puedes leerte los libros tan rápido? Apenas estuviste aquí hace una semana.

Porque la lectura es una de las cosas que me ayudan a olvidarme de todo. Leer es sumergirse en un mundo totalmente distinto al tuyo, donde puedes ser quién tú quieras.

— En fin. — la voz de la señora me devuelve a la realidad—. ¿Vas a devolver este?

— Ajá. — le paso el libro y mi carnet de la biblioteca. Apenas un minuto después la señora me devuelve el carnet.

—Puedes quedarte a pasar el recreo aquí si quieres. — dice la señora.

Eso mismo iba a hacer. Hayley se ha tenido que quedar con la profesora de matemáticas y no me apetece sentirme sola y recibir las miradas de todo el instituto.

Cojo un nuevo libro y me siento en la mesa libre que hay. La mayoría esta ocupada de gente que está estudiando menos yo. Dejo mis cosas y me vuelvo a colocar el casco. La canción de A Little More empieza a sonar y abro el libro por la primera página.

A partir de ahí, mi mente empieza a desconectar. Hasta que noto algo en mi hombro. Más bien alguien. Me saco un auricular, y me giro. Al principio pienso que va a ser la señora de antes, para avisarme que se ha acabado el recreo y que debo volver a clase. Luego veo sus ojos. Y mi corazón empieza a latir rápido sin ningún motivo.

— ¿Puedo sentarme aquí?

Su voz me suena muy lejana. Tal vez sea porque me he perdido en ese color azul de sus ojos, o porque sus labios son terriblemente irresistibles.

Joder.

— Sí. — toso un poco para disimular.

Josh Hill se saca su chaqueta y se sienta a mi lado. Hombro con hombro. Yo mantengo la vista en el libro para que no se note lo mucho que me afecta eso. Él saca sus apuntes y empieza a estudiar.

— Siento si te molesto. Pero las otras mesas estaban ocupadas.

Alguien nos hace callar. Aunque yo le respondo en voz baja.

—No pasa nada. No me importa, solo iba a leer.

Su sonrisa se ensancha y yo siento un zoológico en mi estómago.

—Gracias igualmente. ¿Cuál era tu nombre? Me suena muchísimo tu cara.

Tal vez porque ayer nos encontramos por la noche. O porque vamos juntos a muchas clases, idiota.

— Leah. Leah Thompson.

—Perfecto. — estrecha mi mano pequeña entre la suya — Pues Leah Thompson, ha sido un placer.

Y desde ese momento yo ya no puedo concentarme en la lectura. Solo soy capaz de pensar que su hombro está rozado el mío, y que su camiseta se pega demasiado a su piel.

(...)

Sacudo mi pelo mojado con las manos y me abrazo a mí misma. Menos mal que es última hora. Porque el profesor de gimnasia me ha matado. Y eso que yo tengo bastante resistencia. Recojo todas mis cosas y salgo del vestuario. Estoy a punto de poner un pie en el pasillo, cuando escucho voces.

— Pasado mañana. — escucho que su voz.

Veo cómo él la mira, y algo dentro de mí empieza a formarse.

JOSH & LEAH [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora