[QUINCE.]

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Leah.

— Hacia mucho que no te veía por aquí. — dice la señora sacándose sus gafas. Me mira durante unos segundos como si estuviera inspeccionándome, buscando algún defecto.

— La verdad es que debe ser un milagro. Nunca habías faltado tanto.

Tiene razón. Antes venía aquí casi cada día. Me pasaba el día leyendo libros para alejarme del mundo real, pero hace tiempo que no lo hago. Estos días he estado más... Feliz, supongo.

— Ya, lo sé. Venía a devolver este libro. — se lo paso. Ella hace todos los trámites y vuelve a dejar el libro en su sitio. Ninguna de las dos decimos nada. La señora de la biblioteca me mira fijamente a los ojos, y yo aún sigo sin preguntándome qué hay en ellos para que mire tanto.

¿No será porque tengo la cara manchada de café? ¿O chocolate tal vez?

Porque suele pasar.

— Tienes vida en los ojos. — me dice mirándome fijamente.

Definitivamente tengo café. O chocolate.

—¿Perdón?

— Que tienes más vida en los ojos. Una persona siempre podrá esconder los sentimientos en lo más profundo de su corazón, pero nunca podrá ocultar cómo se siente cuando le miren a los ojos. Y yo te visto muchos días seguidos durante meses. Por eso digo que no sé cómo ha cambiado tanto, pero sigue haciendo eso que te hace tan feliz.

Una sonrisa gigante aparece en mi cara y siento que mis mejillas empiezan a volverse rojas. No estoy acostumbrada a recibir comentarios buenos, y cuando alguien me hace alguno pasa esto.

— Muchas gracias. —digo—. Pensándolo mejor, sí, voy a coger un libro.

Salgo de la librería media hora más tarde, con una sonrisa de oreja a oreja y un libro en mi mano. Ella tenía razón, estos días he estado mucho más feliz. Y no solo por Josh, sino por todo. Mi relación con Hayley ha mejorado, Leslie y yo no tenemos ningún tipo de problemas, hace días que no tengo un ataque de ansiedad, y además, he estado pensando en empezar a enseñarle a alguien mis escritos.

(...)

— ¿Qué haces cuando alguien que te importa falta a clase?

Hayley cierra la taquilla de golpe. Me inspecciona de arriba a abajo, y se detiene en mis ojos. Tiene un moño deshecho, unos mechones caen de él. Lleva una sudadera que deduzco que es de Darren porque le queda bastante grande y unos tejanos rotos.

— ¿Alguien como Josh? —dice levantando las cejas. —. Vamos, no soy estúpida Leah.

Dios, no puedo luchar contra alguien que me conoce tan bien. Aunque, ¿para qué digo algo?

Hayley me mira con las cejas levantadas, sin quitar esa sonrisa de su cara. Sabe que me gusta Josh. Y yo... Yo aún no sé qué es lo que siento por él.

— Me importa Josh. Al igual que me importas tú, y como me importa Colton y Connor.

Tiene esa mirada perversa.

—Ya, ¿y también babeas cuando miras su culo?

¿Qué? Yo no...

Hayley ve mi cara de confusión y se apresura a hablar.

— ¿Qué? No es como si fueras la única. Josh tiene un buen trasero.

Por supuesto.

— Y un buen cuerpo en general. — murmura para sí misma. Después de unos segundos vuelve a hablar—. ¿Leah? Ves a ver a Josh. Le conozco y no es normal que haya faltado sin avisar. ¿Además, qué pierdes por hacerlo?

JOSH & LEAH [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora