[CATORCE.]

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Josh.

Miro el ordenador unos segundos más. Incluso vuelvo a mirar el vídeo un par de veces para comprobar que todo está bien.

Respiro hondo. Sí, todo está bien. Le doy al botón de publicar sin pensar más. Soy una persona que tiene a pensar demasiado sobre todo.

He subido el vídeo. He subido un vídeo mío cantando.

Hay una parte de mí que está muy feliz de haberlo podido hacer por fin, pero hay otra que está llena de miedo por lo que la gente va a decir. Cierro el portátil de repente y lo guardo en uno de los cajones. Me prometo a mí mismo que no miraré cuantas visitas tiene, ni cuantos comentarios hay hasta que se acabe el día.

Así que me coloco una de mis sudaderas y voy al baño a ducharme

He de admitir que se siente raro bajar a la cocina todos los días y no escuchar los gritos de mamá. He vivido tan acostumbrado estos últimos años. Es eso o el silencio tenso que siempre hay entre mi padre y yo. Ninguno de los dos decimos nada nunca: yo porque no quiero saber nada de él, y él, porque francamente no le importo.

Me coloco la toalla a la altura de la cintura, y voy hacia mi habitación, escuchando música. La mayoría del tiempo de mi vida lo hago. La melodía me recorre por dentro y me dejo llevar por ella.

No obstante, cuando paso por el pasillo noto silencio. Demasiado silencio. No es normal. Sí, mi padre es silencioso, pero antes de que yo naje a desayunar siempre mira las noticias o habla con alguien por teléfono. Me asomo por las escaleras que dan al comedor y no veo nada. Solo una taza de café. La taza de café de mi padre. Qué raro. Deben ser las siete y media es muy extraño que no haya bajado a desayunar. Normalmente él entra a trabajar a las ocho.

Bueno, supongo que este es otra de las cosas que pasan en esta casa.

Decido pasar por su habitación, a ver si aún sigue ahí. Tal vez se haya dormido. O tal vez ya se haya ido, sin avisar a Chloe.

Cuando me acerco más a su habitación, lo escucho. Gemidos. ¿Gemidos? La puerta está entreabierta, pero ni que me apuntaran con una pistola miraría por ahí. Ya tengo suficiente con escuchar los gemidos de papá y otra mujer. Otra mujer que seguro no es mamá, porque ella está en Nueva York.

Vuelvo a mi habitación lo más rápido que puedo. No puede ser. Joder, no puede ser. De mi pare esperaba muchas cosas. Pero no esto. Sé que yo no le importo y que nunca lo he hecho, pero pensaba que sí había una pizca de amor entre él y mamá. O al menos algo de respeto.

Me visto lo más rápido que puedo, aunque solo me pongo un chándal y la misma sudadera de antes. No voy a ir al instituto. Estar ahí bajo las miradas de todo el mundo es lo que menos quiero hacer ahora. Bajo al comedor, donde está Chloe. Papá no está.

—Buenos días, Josh. Vuelves a ser el primero. —me dice, pasándome el café.

—Muchas gracias. ¿Has visto a mi padre?

Niega con la cabeza mientras sigue fregando los platos.

—No, pero debería haber bajado ya. Tu padre nunca baja más tarde de las siete y media.

El rey de Roma baja cuando he acabado toda mi taza de café. Y la mujer también, sonriendo. Él se sienta justo delante mío, y ella se va, sin ni siquiera decirle adiós. No pasa un segundo sin que se queje.

— Chloe. — dice—. Este café esta frio.

— Lo siento señor Hill. Pero como siempre baja a las siete y media pensé que...

— No pensaste nada. Caliéntalo, por favor.

¿Pero a este hombre qué le pasa?

— ¿Pero a ti qué te pasa?

Levanta la vista de su móvil y me mira. Hay enfado en sus ojos, pero me da igual. Me da igual esa fachada de hombre poderoso que esconde en su traje.

— ¿Disculpa?

— Siempre desayunas a esa hora. Ella no tiene el problema de que hayas bajado más tarde hoy, el problema es tuyo. Y si el café está frio, entonces caliéntalo tú mismo.

Me mira con las cejas alzadas.

— Eso no es asunto tuyo. Y, de todas formas, ¿tú quién te crees que eres apara hablarme así?

Bebo un sorbo más de la taza de café.

— Ah no sé. Tú no respetas a mamá engañándola con otra, entonces he pensado que ya ni siquiera te mereces mi respeto.

Su cara se vuelve totalmente pálida. Por supuesto, él no tenía ni idea de que yo lo sabía. Me levanto de golpe, haciendo un ruido muy fuerte con la silla. Necesito desaparecer. Necesito salir de aquí.

— Josh.

— Ni te molestes. Si vas a engañarla al menos no lo hagas en la misma cama que luego duerme. — me giro para asesinarle con la mirada—. Ah, y no te preocupes por mí. Haz lo que siempre has hecho: actuar como si no existiera.

Saco el móvil y los cascos de mi pantalón, y doy una vuelta mientras escucho música para relajarme. No tengo planeado ir a ningún sitio en especial, solo dar una vuelta hasta que él se vaya a casa y luego estar todo el día tumbado en la cama.

Eso hago. Cuando pasan más de quince minutos, vuelvo a casa. Como ya sabía, se ha ido. Solo está Chloe.

— ¿Josh? — me llama—. Gracias por lo que has hecho antes.

—No hay problema. — le sonrío—. Mi padre a veces puede ser un idiota.

Voy al sótano y paso lo que queda de mañana descargando mi ira en el maldito saco de boxeo. Pienso en qué debo hacer ahora: decirle a mi madre la verdad, o dejar que ella siga viviendo en eta mentira. Sí, tampoco es que mi madre sea una santa, pero nadie se merece que traicionen su confianza de esta manera.

(...)

— Señor Hill. —dice Chloe cuando son las doce de la mañana—. Hay alguien que ha venido a verte.

Me saco los sacos de boxeo y coloco mis gafas bien. Sí, me he quitado las lentillas. Me estaban molestando demasiado y como tampoco voy a salir fuera me he puesto las gafas.

—¿A mí? Lo dudo. Se habrán confundido.

— No. Es una chica, alta, con el pelo castaño oscuro liso y muy guapa. No creo que se haya confundido. Lucía muy segura de sí misma.

¿Leah? ¿Qué hace Leah Thompson aquí?

Subo las escaleras lo más rápido que puedo y ahí está. Sentada en el sofá, mirando su móvil.

— ¿Leah? —le pregunto—. ¿Qué haces aquí?

Ella aparta la vista de su móvil y me mira.

Dios, está preciosa.

— ¿Tú que crees? — pregunta—. No has venido al instituto y me he preocupado. Solo quería ver que estabas bien.

Me acerco hasta ella, y me siento a su lado.

— Por cierto. — sonríe. — Esas gafas te quedan muy sexis.

Me hace sonreír a mí también.

(...)

¡Hola! Sé que actualizo mañana, pero como ya lo tenía listo lo quería subir hoy ❤️

JOSH & LEAH [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora