Capítulo 3; Peligro

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«Idiota, no sabes cuanto te odio»

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«Muchas veces debemos proteger lo que amamos, siempre y cuando alguien le quiera lastimar »

Tocó la puerta dos veces, pero no recibió contestación, abrió la puerta esperando ver a su nena dormida, pero no había nadie en la cama, noto algo extraño había una nota, se acerco y desdobló la nota, la leyó mentalmente, para después arrugarla y tirarla al suelo. En su rostro mostraba enojo, pero ese enojo cambio por burla, sintió como antes, aquella sonrisa psicópata, y en su mirada reflejaba diversión.

-No cabe duda que es un ratón escurridizo muy curioso -. Murmuro sonriendo.

Aquello le causaba gracia y recordaba lo curioso que podría llegar a ser Shinichi. Salió de la habitación y se dirigió a su cuarto, prendió la lapto y comenzó a tratar de rastrear el celular de su hija, lo logro, pero esta ubicación era en el patio de la casa.

-Sin duda es muy lista tu hija Shinichi -. Murmuro.

¿Cuanto tiempo había pasado desde que se sentía así? No había vuelto a tratar de perseguir a una persona, era como buscar a un criminal y matarlo con sus propias manos, solo debía conseguir la ubicación e ir a matarle, pero esta vez no era así, no iba a matar a nadie, pero de igual manera era divertido.

Cerro la laptop. Iba a salír a buscarla, la calle era muy peligrosa, y aun más si iba a investigarle.

No podía dejarle que supiera su antigua profesión.

(...)

Ya en el porche encendió la laptop, sonrió divertido, iba a ser más fácil localizarla de lo que pensaba, ya que, aun cuando Shinichi se negó, él a escondidas le inserto un chip a su hija, porque él temía que alguna persona que le odia secuestrara a su hija, no es que fuera muy sobre protector, pero ya no quería perder a las personas que el quería y su hija, aun cuando no fuera su sangre era el único recuerdo del detective.

Localizó la ubicación de su hija, borro aquella sonrisa de diversión. Cerro la lapto con enfado.

-Maldita estúpida -. Gruño por lo bajo.

Lo que él temía estaba presente, bajo del porche y abrió la cajuela, de ella saco una maleta negra, abrió la maleta la cual contenía aquella arma que había utilizado hace mucho tiempo atrás, recargo la pistola y suspiro, había creído que jamás la volvería a utilizar, pero se equivocó, debía proteger a su pequeña sin importar que.

Cerro la cajuela para subir al porche y conducir hacia el lugar donde se encontraba su querida hija.

No podía ser demasiado tarde. ¿O si? No dejaría que le quitaran el único recuerdo de Shinichi, esta vez no iba a perder a lo que más quería.

Tenia miedo.

Odiaba pensar en lo peor.

Llego a una casa, la cual parecía solicitaría, ya que no había más casas en esa calle más que esa, entonces se dio cuenta, esa casa era utilizada para secuestros, asesinatos, crímenes entre otras monstruosidades. Estaciono su porche lejos de allí, le quito el seguro a su arma y se dirigió allí, de ese lugar provenía la ubicación de su hija, tenía miedo de encontrar el cuerpo de su hija sin vida, se dirigió a la puerta trasera donde sabia que habría o podría haber alguien cuidando, quizás no habría nadie, pero se preparo para enfrentarse a cualquier criminal, abrió la puerta.

Entre Lineas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora