«Camino adentrandome en este lugar, pero no veo que camino estoy siguiendo»•
•
•«Escucho una voz que me llama, más no se quien me guía »
Sus ojos se centraban en aquella gran puerta, aún no comprendía por completo los poderes que podía utilizar, tampoco quería volver a usarlos para lastimar a nadie, pero si era por su hija haría lo posible. Tomo una bocanada de aire y miro hacia atrás, ya no había como cambiar de rumbo dio un paso para al frente topándose con dos personas, una mujer y un hombre ambos Shinigamis que pasaban platicando, el hombre lo miro con odio mientras que la mujer se sorprendió al verle, se acercó a él y le halo de la manga de la gabardina.
—¡Tai!—. Exclamo la Shinigami.
El la miro de manera fría, sus ojos seguían de aquel verde de un simple humano, pero el ya no era aquel humano que mato a mucha gente, ahora él era M un ser que mataría por su propia justicia.
—¿Quién...?—. No lo dejó continuar su pregunta.
Los ojos de la Shinigami tenían lágrimas y la pequeña y pálida mano de la mujer acariciaba su rostro.
—... Gabriel... ¿Qué paso con Gabriel?—. Le cuestión con voz quebrada.
En ese momento por alguna razón su corazón se encogió, no quería ver llorar a esa mujer, sentía una nostalgia.
—¿Gabriel?.
Le respondió, ella le miro a los ojos y acomodo el fleco del albino detrás de la oreja de este.
—M tu padre —. Aquella palabra sorprendió al albino.
¿Ese ser que lo atormentó en un pasado y a su esposo, él mismo que hizo que se humillara para ayudarle, el hombre... Que él asesino...? ¿Era su padre?.
—Ese no era mi padre —. Lo negó.
Se rehusaba a creer que aquel ser despreciable era su padre, negaba que él mismo había matado a su propio padre.
Sus ojos fríos no demostraban ni una pizca de arrepentimiento. ¿Pero si Gabriel era un ser despreciable, él que era?.
—¿Lo mataste? ¡Dime que no por favor!—. Suplico en grito.
—Yo no lo mate por mi voluntad, el me dijo que la única forma de salvar a mi hija debía matarlo y lo he hecho—. Confesó Tairoku.
La mujer lo miro con sorpresa, mientras apretaba la manga de Tairoku.
—¡No es tu hija!—. Exclamo la diosa de la muerte en sollozo.
Él la miro, ella no tenia necesidad de decirle aquella verdad, porque Tairoku lo sabia, sabía que aquella niña no era su sangre, pero sabia que era lo único que le quedaba, y era lo único que debía proteger.
—¿Quien te crees? —. Le respondió.
Ella trago en seco, miro al otro Shinigami que la miraba con sorpresa y después miro al albino, ambos eran albinos la única diferencia de ellos era su color de ojos, pero Tairoku aun siendo tan listo, no lo noto, porqué lo único en que pensaba era en su hija.
ESTÁS LEYENDO
Entre Lineas (TERMINADA)
FanfictionSegunda temporada de; La muerte detrás de todo. Si no has leído la primera parte te recomiendo que la leas para que entiendas. ----------------------------------------------------------------------------- «Los secretos se pueden ocultar en un libro»...