Capítulo 11; El camino de la verdad ||Enma||

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«Caminas por un solo camino, y entonces comienzas a entender el motivo por el cual sigues vivo»



«Muchas veces odie y desprecie mi vida, tan solo creí que era mejor que una basura como yo hubiera muerto, pero ahora entiendo el porque aun vivo»

Los seres humanos más de una vez hemos pensado en matar o quitarnos la vida, algunos niegan este hecho, pero es la verdad, los humamos lo pensamos, ya que solo somos unos seres inútiles, escorias y basuras, pero eso no es verdad, solo que no hemos encontrado en lo que somos buenos, aun no encontramos un motivo por el cual vivir y ante todo sufrimiento nos mantenga con vida.

La gente nos ocultar muchas cosas algunas para hacernos mal otros para protegernos, pero su forma de proteger nos lastima.

Habrá momentos en los que saldremos heridos, donde ya nada nos importara, donde queremos dormir y jamas despertar, no gritaremos nuestro dolor, pero lo pondremos en un lugar pidiendo ayuda, pero nadie lo notara, parecerá que nadie nos escucha, ¿Pero quien escucha algo que no se puede oír?, tan solo deberíamos decirlo, quizá no nos ayude esa persona a la cual le contamos nuestro dolor, pero sabrás que ya no guardas esto tu sólo, alguien más lo sabe, poco a poco podrás deshacerte de aquel dolor, pero no con ayuda, si no contigo mismo, y cuando estés bien, trata de mirar hacia atrás y sonríe, porque has superado aquello que te hacia sufrir. No eran las personas, eras tu mismo que te atabas a esas personas que solo te lastimaban.

Sus ojos se centraron en aquel hombre, el cabello de él era de color café y sus ojos azules como el cristal, vestía una yutaka azul con un obi color negro, sonrió al ver a Tairoku.

  A un lado de él, estaba un hombre tirado en el suelo, de su boca brotaba sangre, miro a Tairoku suplicando por ayuda, pero el albino solo sonrió y en su mirada reflejo asco.

—Supongo que eres Enma, ¿No?—. Sonrió divertido. El aludido sonrió y asintió con su cabeza.

—Claro, ¿Para que soy bueno, pecador? —. Respondió Enma, el rey de ese lugar, aquel que se encarga de juzgar y cortarle la lengua a la mentiroso.

—Veo que te diviertes—. Comento mirando al hombre con sangre en la boca. —Pero, yo vengo por un asunto diferente, no he venido a buscarte para que juzgues mi pecado, de hecho vine aquí para salvar a lo único que tengo en mi vida; mi hija—. Dijo Tairoku.

Enma río burlonamente, él conocía las mentiras, no hacia falta que le mintieran, se acerco a Tairoku y lo tomo de la barbilla, ambos eran altos, así que no hacia falta obligarle a levantar el rostro, ambos sus personalidades eran iguales nunca bajarían el rostro ante nadie.

—¡Mentiroso!—. Exclamó riendo. —¿Tu hija?, ¿Salvarla?—. Cuestiono riendo, como si fuera un chiste. —Ella no es tu hija y tu intensión salvarla no es, ¿Me equivocó, asesino?—. Cuestionó, Enma era un demonio que veía a través de los corazones de los seres débiles y mortales llamados humanos.

—¡Tú...!—. Exclamo furioso, contuvo su ira apretando sus manos hasta que sus nudillos se pusieron blancos. —Es mi hija y mi intensión si es  salvar, así que maldito bastardo no digas lo contrario—. Respondió con su rostro sereno, pero en su voz delataba su furia.

—¡Hey pecador!—. Exclamo Enma.— Puedo ver a través de tus mentiras, de ti. ¿Porqué niegas algo que es verdad?. Ella no es tu hija, y solo la quieres salvar porque la quieres tener atada a tu lado, ella también necesita libertad, ella crecerá y te dejara, no la tendrás siempre a tu lado... En cambio si tu la dejas aquí...—. No le dejo terminar, porque Tairoku lo agarro del cuello.

—Que tenga lo que tenga que pasar, no me importa lo que pase en el futuro mientras yo aun voy a salvarla, no importa a quien tenga que matar—. No importaba a quien sacrificar, a quien matar o torturar con tal de estar aun lado de su hija.

Matar o arder en el infierno, realmente no le importaba.

Dolor, ardor, calor. Comenzó  a sentir, una sensación de que ardía en el infierno, pero eso sólo era una sensación, aparentó que nada pasaba mientras que por dentro se moría.

—Si sobrevives la prueba, te dejare ir a salvar a tu hija—. Le dijo Enma.

Ahora solo debía pasar aquella prueba pero era seguro que recibiría daño psicólogo.

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Notas de la autora;

¡hola! No sabia que escribir, he planeado la historia hasta el final, pero la trama siento que aun no esta muy bien. También siento que le hace falta sentimientos a esta historia y a este capitulo.

¡Nos vemos!

Entre Lineas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora