024 | Juego

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— Weed, te vendo una a.


— ¿Una qué?


— Una a.


Weed sube ambas cejas, pues no está jugando, sino preguntándole a Lex porque en serio no entiende qué pasa. Me mira y yo le digo que ahora me pregunte a mí.


Sonríe algo incómodo.


— Cassie, te vendo una a — dice, pero se entiende como una pregunta. Termina riéndose y algo me aletea en el pecho.


— ¿Una qué? — respondo, aguantando la risa.


— Una a.


El grito que suelta Lex se escucha por toda la casa.


— ¡Tenías que preguntarme otra vez a mí! — le explica, y cuando la fulmino con la mirada, trata de reírse para sonar un poco más amable.


— Ah, vale. Otra vez.


Jugamos otra vez y esta vez Alex, quien está sentado en un sillón al frente de nosotros en su celular, se equivoca. Todos nos reímos y nos ponemos a jugar otra vez.


Mientras tanto, Lex analiza recelosamente a Weed.


— Weed, ¿y tu novia? — suelta ella, y tanto Weed como yo nos quedamos de piedra.


— ¿Y mi qué? — bromea Weed, nervioso.


— ¿Y tu novia?


Weed termina señalándome con el pulgar.


— La otra — insiste Lex, y yo pestañeo.


— ¿Qué otra? — se ríe. A mí me cambia la cara.


No había pensado en Arrange hasta ahora. ¿Ya habrán terminado? Me insulto por no haberle preguntado antes, se me olvidó completamente.


— La que fue a la escuela. Esa. — se desespera Lex. Algo me dice que mis relaciones amorosas van a existir — o dejar de hacerlo — gracias a mi hermanita.


— Pues ya no es mi novia.


Me mira y yo miro al piso. ¿Qué digo ahora?


— Qué incómodo — susurra Alex, pero todos lo escuchamos debido al silencio fúnebre que se ha formado.


— En serio ya no es — me dice Weed en el oído. Lo miro y me encuentro con esos ojitos lindos luciendo sinceros.


Le dedico una sonrisa corta, mas no hablo.


Entonces, el motor y las llantas del auto de mi madre se escuchan en la parte de afuera de la casa. 



All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora