067 | Vivir y morir

474 57 13
                                    


Cassie


Internamente, le doy gracias a Dios por que se haya bajado. No obstante, mi ceño se frunce con confusión mientras Weed camina hacia mí. 


¿Nueva canción? ¿Weed compone canciones?


— ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en la casa de Logan? — me pregunta, deteniéndose a un metro antes de llegar a mí, su mirada carente de emociones. Su vestimenta es informal, incluso algo callejera, y su semblante es algo de lo que hay que temer.


Le apunto con la barbilla.


— ¿Qué hay de ti? ¿Qué hacías parado allá arriba? — rebato. No puede venir a preguntarme cosas casualmente como si no me hubiera causado el susto de mi vida.


Aún me duele el pecho. Dios.


— Solo estaba admirando la ciudad — murmura despreocupadamente, y se pone de costado antes de echarse a andar.


Abro la boca pero la vuelvo a cerrar, y acabo suspirando. ¿Qué le pasa? ¿Admirar la ciudad? Cómo no.


Sigo sus pasos con la mirada y veo que se va a sentar en un espacio cuadrado que sobresale en la mitad de la azotea. Cerrando momentáneamente los ojos e inhalando, decidiendo que no puedo estancarme con mis problemas cuando algo claramente le ocurre a Weed, me voy a sentar con él.


Mi vida puede esperar.


Weed no levanta la mirada cuando llego donde él y me siento a su lado sin preguntarle. El plano tiene pequeñas luces en cada esquina y un viento suave pasa por nosotros antes de abrazarme las piernas y acercar mi rostro al suyo, que se ve mejor de cerca. Su perfume varonil me llega a la nariz.


— Oye — susurro, intentando llamar su atención. No funciona —. ¿Qué te pasa?


Espero que responda, pero no lo hace. ¿Por qué habría de hacerlo cuando nunca antes me ha contado sus problemas?


Sin embargo, no pierdo las esperanzas.


— Sales de casa y llegas sólo para comer o dormir. No hablas con nadie. No sé cómo te sientes respecto a Camille — enumero, inclinando mi cabeza hacia él. Hago una pausa, sin impacientarme, y luego digo —: ¿Estás bien?


Inesperadamente, Weed mueve su mirada verde hacia mí.


— ¿Te preocupo?


Su pregunta me hace pestañear rápidamente con vergüenza.


¡Por supuesto que me preocupas, tonto, estás todo el tiempo en mi cabeza!


All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora