021 | Regalos

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—¿Qué le compraste?  —interroga Camille con los ojos bañados en lascivia.

— No te lo diré.

—¡Oh, vamos! - Extiende sus brazos al aire —. Soy tu mejor amiga, merezco saberlo.

—Yo también quiero saber — interviene Mark, con su característica sonrisa y su socarrona risa —. Te dije que no descansaría hasta que estés en sus brazos

—Creí que te caía mal — le digo recordando su belicoso enfrentamiento en la cancha de tenis.

— Aún lo hace, pero sigue siendo tu crush — Se encoge de hombros —. Mi desagrado hacia su persona no cambiará eso, ya te lo he dicho.

— ¿Y su novia qué? — tercia Martín, con la comida dentro de su boca.

Su pregunta cae en mí como un balde de agua fría. No había pensado en ella. Ayer dormí hasta tarde hablando con Weed por WhatsApp y pensando en lo que acaeció entre nosotros en la hora de salida. Su novia estaba totalmente fuera de mi cerebro.

— ¿Qué pasa con su novia? —  inquiere Mark —. No es como si Weed y Cassie tuvieran algo, o algo así. Solo le gusta y ya.

Camille y yo intercambiamos miradas.

— O — alarga la palabra, acusándonos de algo con la mirada —, tienen algo y nadie me lo dijo. ¡Claro, qué tonto! Le vas a dar un regalo por su primer mes juntos, ¿no? ¡Y yo que creía que era una de tus locuras de amor por él!

— No tenemos algo — indico con vergüenza —. Solo... es un regalo y ya.

Mark me fulmina con la mirada.

— ¿Por qué me fulminas? —le pregunto con miedo.

— Solo lo hago con los que me mienten.

—No le hagas caso, Cassie — me dice Martín con una sonrisa burlona en el rostro, mirando de reojo a su amigo —. Que Mark es como la típica adolescente de las películas que nunca sabe qué hacer aparte de arruinarlo todo.

— Es cierto  — reflexiona Mark llevándose una mano al pecho —. Yo soy esa chica.

— Y una muy caliente —apoya Martín.

— La más sexy de todas — concuerda Mark, sonriendo con orgullo.

Camille y yo nos echamos a reír. Recuerdo los días cuando veía a Mark desde lejos y no tenía la necesidad de acercarme a hablarle, no sé cómo es que terminamos siendo amigos. Tal vez fue por Camille, y lo que me alegra es que después de su ruptura,  la amistad se conservó. Tanto para ellos dos, como para Mark y yo.

—Bueno, hablamos luego. Tengo mejores cosas que hacer — se despide Martín después de echarle una mirada a su celular —. Ya saben — Nos guiña un ojo de manera coqueta.

— ¿Alguna opinión al respecto? — le pregunto a Mark, con las cejas alzadas.

— Sí — dice él —. Nada de enardecerse el uno al otro.

— Seguro — asiente Martín —. No tengo ni idea de qué es eso, pero seguro.

— ¿Vas con una chica? — pregunta Cami, curiosa.

— Ella es la que me busca, así que ella va conmigo — corrige de forma elegante pero graciosa.

Nos reímos.

— Sí, pero ella sabe muy bien que Martín es mío, sólo se lo estoy prestando — reclama Mark haciendo una mueca lasciva a su amigo, el cual no tarda en mirarlo de la misma forma.

All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora