012 | Spider man y el amigo gordo

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Mi trasero toca el gélido suelo del auditorio al igual que mis manos al momento de sentarme en éste. Weed imita mis movimientos sentándose dos personas más lejos de mí, manteniendo la distancia y el espacio personal.

Eso logra hacerme sonreír.

Me alegra saber que él no es idéntico a otros chicos, que sé con exactitud que hubieran aprovechado éste momento como nunca antes, por el simple hecho de estar con alguien del sexo opuesto.

El silencio se pone la corona y se ubica en el trono, reinando por un corto lapso de tiempo puesto que él se denomina como su acérrimo adversario.

— ¿De qué quieres hablar? — me pregunta, apretando los labios.

Siempre supuse que sería yo la que hablara más si es que algún día tenía la oportunidad de platicar con Weed, pero hasta ahora él no es tolerante a los silencios incómodos. O a cualquier tipo de silencio en realidad.

— ¿Por qué JJ dice que tú eres el amigo gordo y él es Spider Man? — inquiero inevitablemente, sin contener la risa.

— ¿Cómo sabes eso? — farfulla entornando los ojos al momento de reírse— No respondas, no quiero llevarme una sorpresa — me frena antes de que abra la boca.

— Me lo contó Camille — le aviso desobedeciéndolo.

— Antonella — descifra el enigma saboreando el nombre del culpable con el paladar — Y volviendo al tema, no sé, es obvio que yo quedo más como Spider Man que él, pero JJ está empeñado en dejarme como el amigo gordo.

Mis comisuras se deslizan hacia arriba formando una sonrisa.

— No se parecen en nada — confieso haciendo una comparación con el personaje real, riéndome — Es totalmente al revés.

— Trata de decírselo— dice negando con la cabeza — Es imposible.

— Parece que no te gustan las bromas — comento al contemplar su cara seria.

— Me gustan cuando soy yo el que las hace — añade exponiendo sus dientes blancos en una reluciente sonrisa— Que te las hagan apesta.

— Qué gruñón — bromeo haciéndolo rodar los ojos.

— No es cierto — asegura—. Además, creo que me lo merezco, hacía bromas pesadas de él todo el tiempo.

— ¿"JJ es tan gordo pero tan gordo que cuando camina por las calles vestido de amarillo, la gente le grita: ¡taxi!"?— lo cito.

Abre los ojos como platos, perplejo.

— ¡Qué miedo! — exclama, sonriendo — ¿Eso también te lo contó Antonella?

—Técnicamente fue Cami.

Exhala negando con la cabeza.

—¿Eres algún tipo de psicópata obsesiva? Es sólo curiosidad — se encoge de hombros.

— Ha, ha —Lo miro ofendida—. No, pero podría serlo tranquilamente.

—Me parece que ya lo fuiste un día.

El momento más incómodo de mi vida ha llegado.

—¡Fue hace cinco años! — chillo — No tiene caso revivir el pasado, Weed.

—Vale, vale. Perdón— se ríe.

—¿Todavía te acuerdas? — Le pregunto tímidamente, recordando sus palabras al referirse a la patética carta que le escribí.

—¡Obviamente! ¡Yo era el acosado!

—Dejemos de hablar de ésto, por favor — Le pido cubriéndome la cara con las manos, sonrojada—. Es vergonzoso.

All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora