043 | Fiesta

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Barak


El tiempo se congela en el minuto exacto en que veo a Cassie abrir la puerta del auto. Sus largas y deseables piernas se ven envueltas por medias oscuras de nailon que, cuando pone sus botas sobre el suelo, noto que trazan un camino erótico debajo de sus pantalones cortos hacia su ombligo descubierto, amoldándose perfectamente a la contextura fina y sensual de su cuerpo. Tiene los brazos, el cuello y parte de su estómago desnudos debido a la diminuta camiseta que ha decidido vestir, como si supiera exactamente cómo ponérmela dura. 


Mi erección se clava contra la compuerta trasera de la camioneta Ford donde estoy apoyado. La vista es dolorosamente provocativa.


Y como si no fuera suficiente, mientras oscila la mirada de un lado a otro en medio de la calle, noto que ha cambiado su estilo de cabello. Reconozco que soy el tipo de cerdo que únicamente le prenden culos, pollas o pechos grandes, nunca un rostro bonito; sin embargo, este no parece ser totalmente el caso. El flequillo que le cubre la frente me comprueba que sí existe una forma en que pueda verse más preciosa, sin mencionar que su pelo rubio ahora le está acariciando los hombros en vez de la espalda alta. Me quedo embobado mirándola. Luce incluso más extravagante que cuando vistió ese pegado vestido negro en la casa de Logan, y no tengo muy seguro si es por su cabello o vestimenta, pero está haciendo girar demasiadas cabezas. 


Es una mujer muy, muy guapa. Quién como el que consiga ser dueño de todo eso...


Ahora comprendo por qué Logan hizo lo que hizo esa noche, aunque me escuche como un cabrón diciéndolo. En realidad, creo que siempre lo he comprendido. Cassie me cautivó desde el primer instante en que la vi, y confieso que mis intenciones nunca han sido completamente puras.


Le doy el último repaso antes de que Martín se ubique frente a ella como un escudo. Ese maldito merece mi más profundo respeto por invitarla a todas las caídas que organizamos aun si me tiene siempre en la mira, pero supongo que esta vez tendré que agradecerle a Weed. 


Entonces lo veo pasear frente a mí con su novia y otros tipos que no he visto en mi vida que, a juzgar por su apariencia, tienen mi edad o son un año menor, por lo que no veo por qué no podríamos amistarnos al instante.


— ¡Muy bien, chicos! El cumpleañero ha llegado — grita Logan subido en la parte trasera de la camioneta, a una distancia mínima de mí. Me aparto un poco para verle el rostro y enseguida llegan los gritos y aplausos de festejo para Weed, haciéndolo sonreír y reír abiertamente. Veo a Cassie y a Martín acercándose desde atrás —. Así que — continúa y guarda silencio por un segundo, dándole dos golpes a los bordes del cajón —, ¡vámonos!


Bien, maldición. 


Existen más gritos emocionados y dentro de un momento todos están entrando a los vehículos. Se trata de dos camionetas 4x4, un Jeep Wrangler y otro auto más. Apoyo el pie en la defensa trasera y me impulso hacia adelante, haciéndome espacio entre Logan y Jace en el cajón de la camioneta. 


— ¿Trajiste las banderas para el juego? — le pregunto a Logan una vez allí, que se ha quedado viendo fijamente a Cassie caminar donde nosotros con Martín.

All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora