091 | Ramé

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Seis capítulos antes del final ❤️

Barak

No puedo dormir.

Doy vueltas en la cama pensando en qué hacer con mi confesión de hoy. Haber admitido que estoy enamorado de Cassie es otro nivel de irrealidad. ¿Cómo sé yo qué es el amor? ¿Cómo puedo asegurar que de verdad estoy enamorado?

Giro hacia el otro lado, acomodando mi cara contra la almohada mientras suspiro.

¿Tenía que sucederme con alguien que no me quiere devuelta?

Niego con la cabeza: le gusto a Cassie. Muy en el fondo, sé que tiene sentimientos por mí.

¿Y si sólo son mentiras que yo mismo he creado para hacerme sentir mejor?

Vuelvo a rodar por las sábanas. Me quedo quieto con los brazos a cada lado viendo al techo. Cuento dos segundos en esa posición y luego me siento, expulsando aire con pesar.

Cassie no se va de mi cabeza. Podría pensar en ella todo el día.

Las noches se me hacen eternas y los días pasan tan rápido... Sólo quiero tenerla a mi lado. Tocarla. Es cálida y me hace sentir como un niño protegido. No había tenido tantas ganas de estar con alguien en toda mi vida, quizás por eso temo que sea una fase en la que me aburra al segundo de que consiga lo que quiero.

Pero no tendría sentido. Me he enamorado de ella sin haberle puesto un dedo encima, cuando llegue a probarla voy a caer mil veces más bajo.

Me quito las cobijas de encima y pongo los pies en el suelo.

¿Por qué es tan fría conmigo?

Está tan cerca pero tan lejos. Le preocupo, me trata bien, intenta estar ahí para mí. Podría pensar que lo hace porque le intereso, pero en realidad Cassie es buena con todos equivalentemente.

Salgo de mi habitación y empiezo a bajar las escaleras, pasándome una mano por el pelo.

¿Qué debería hacer para ganarme su corazón? Quiero que me quiera más que al resto, que todo su tiempo y espacio sean para mí, que me dé amor no como se lo da a todo el mundo sino que me conceda un lugar especial en su vida.

Creo que sólo anhelo sentir el amor que nunca tuve de pequeño y Cassie es lo más parecido que tengo a una familia. Es curioso, porque la conozco de hace menos de un año y aun así la siento más cercana que la mayoría de mis amigos.

Pongo un pie en el primer piso, encaminándome a la cocina a beber un poco de agua. La luz es tenue, permitiéndome caminar a través de la oscuridad y entre las columnas del penthouse. Cuando llego lo primero que hago es sacar la jarra de la refrigeradora y un vaso de la alacena e irme a sentar a un taburete entre suspiros.

Me paso las manos por la cara.

Estoy cansado de estar solo en casa. Solía tener una chica por día pero ahora sólo quiero que Cassie esté conmigo.

Me quedo un segundo allí, cerrando los ojos y meditando. Entonces retiro los codos, cojo la jarra del mango y me lleno el vaso desanimadamente. A medio camino el timbre suena a un extremo de la cocina y me hace levantar la mirada con el ceño fruncido de inmediato.

¿Quién demonios viene a mi casa a esta hora?

Continúo llenando el vaso con tranquilidad y una vez que acabo me pongo de pie, resoplando.

Me acerco a las cámaras de monitoreo y presiono una tecla para ver de quién se trata. El aire deja mis pulmones enseguida, mis ojos saliéndose de sus órbitas y mi corazón saltándose un latido sólo para bombearme con fuerza segundos más tarde. Sin pensarlo dos veces, viendo rojo y con el cuerpo entero entrando en calor, autorizo la entrada y salgo corriendo fuera de la cocina.

All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora