085 | Obsequios

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"Necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 abrazos para mantenernos y 12 abrazos para crecer."

— Virginia Satir

Cassie


Miro a Barak con el rabillo del ojo de vez en cuando mientras me acompaña a mi puerta. Me muerdo la mejilla interna y veo al techo con pesadumbre. No sé qué decirle o si debería... disculparme.

— ¿Tu mamá está dentro? — me pregunta.

Guío la mirada hacia él y me la corresponde al instante. Sus ojos son penetrantes.

Me encojo de hombros.

— No he hablado con ella.

Se supone que pasaríamos el día juntas pero al final no hemos podido. En otra ocasión será.

— Me pidió que te dijera que iba a salir con sus amigas — suelta con tranquilidad, y lo miro boquiabierta.

Esto ya es demasiado. ¿Desde cuándo se llevan tan bien? ¡Se han visto como tres veces!

— Woah — exhalo, volviendo a caminar, pestañeando —. ¿Cómo tienes su número? ¿Te llamó ella?

— Sí — Comienza a buscar su celular en sus bolsillos —. ¿Quieres que la llame?

— ¡No! Barak... no llames a mi madre — Qué rara conversación.

Sus ojos se llenan de gracia y esboza una media sonrisa antes de volverlo a guardar. Huele a café y perfume. Intensamente a café.

Me ruborizo sin motivo, fingiendo que veo la bolsa de la taza yeti Rambler. Aún no le digo que es para él.

— ¿Weed está quedándose en otro lado? — vuelve a hablar y noto que esta vez se mira los zapatos. Su perfil es lindo, en especial con esas pestañas largas.

— Sí. Con sus amigos — contesto con simpleza —. Se va del país la otra semana — le cuento solo porque sí.

Decirlo en voz alta... es extraño. Es como si fuera a perder algo que ni siquiera es mío.

Eleva la mirada con rapidez, alzando las cejas con asombro. Para ese entonces ya hemos llegado a mi puerta y me ajusto el bolso antes de escribir la contraseña en la tableta.

Pongo la mano en la manija tubular y empujo, abriendo la puerta y señalando el espacio vacío. Lo estoy invitando a pasar.

Me mira con gesto sugestivo y yo sonrío tímidamente.

El aire es fresco pero tenso a la vez. Sé que ha venido a hablar sobre lo de esta tarde y que lo esté retrasando me pone de nervios. Además, por lo calmado que se ve y porque no me he comportado a la defensiva, presiento que se ha enterado que ya sé que la declaración de Mile era falsa.

Sigo sin entender por qué me mentiría. La única respuesta lógica sería que está enamorada de él pero...

Diantres. Mis ojos se expanden cuando caigo en cuenta. Le gusta Barak.

Barak ha entrado completamente cuando me quedo congelada detrás de él, en medio de la entrada. Me regresa a ver con el ceño fruncido.

— ¿Qué ocurre? — dice.

Niego con la cabeza sin salir de mi trance, entonces vuelvo a caminar. Le hago a un lado y cierro la puerta por mi cuenta, allí, bajo su mirada, me quedo juntando cabos unos segundos.

¿Todos los halagos... la manera en que siempre me preguntaba si salía con él... era porque estaba le gustaba?

Lo miro rápidamente. Un nudo se forma en mi estómago.

All you had to do was stay ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora