Capítulo 18.

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Dominik.

Luna despertó sobre mi pecho moviéndose lentamente como una gatita tierna, agito sus largas pestañas y abrió los ojos de repente, su frente estaba sudorosa y comenzó a llorar sin ninguna razón.

—Nena, ¿qué pasa? Tranquila —me senté con ella y trate de calmarla, estaba asustado de que le estuviera pasando algo grave.

— ¿Luna? —su llanto no la dejaba hablar.

—Es que... tuve una pesadilla —hablo cuando pude tranquilizarla.

—Tranquila bebé, estoy contigo y no dejare que te pase nada malo —me sentí mal al recordar que lo que le había pasado había sido culpa mía.

—Soñé que me había caído —de repente recordé las palabras del doctor, cuando me dijo que Luna podía recordar poco a poco.

—No te pasara nada, pequeña.

—Y me golpeaba aquí —dijo y se tocó su pequeña cabeza. —creí que era real.

Le bese la mejilla y la cargue para llevarla a la cocina, le prepare el desayuno favorito de Luna, tostadas y jugo de fresa.

— ¿Daddy? —dijo Luna agarrando el dobladillo de mi camisa para llamar mi atención.

—Dime, cariño.

— ¿Podemos bañarnos juntos? —Luna lucia tan inocente, su comentario me hizo imaginar la escena, sentí como mis pantalones se apretaron —Quiero estar siempre contigo.

—Está bien cariño —No era buena idea, pero si ella se sentía más segura pues estaría allí para ella.

La levante de su silla y la lleve al baño, me quite la camisa y los pantalones, le quite su pijama y solté su cabello. Luna me miraba y se sonrojaba, eso hizo que mi entrepierna se pusiera dura. Me metí en la tina primero y luego la metí a ella ente mis piernas, era tan hermosa, su piel tan suave y pálida; puso sus manos en mi muslo y yo le acariciaba la espalda mientras se formaban burbujas en el agua, Luna se dio vuelta y sonrió, su mano sin querer cayo en mi entre pierna, luna la toco y yo ya estaba que explotaba, ¿acaso ella sabía lo que hacía? Ya no podía más, tenía que enseñarle a esa pequeña a no hacerme esto, me ponía tan duro.

—Daddy, ¿te gusta esto? —agarro mi entrepierna en sus pequeñas manos.

—Luna... —Le advertí, ella estaba creciendo o eran ideas, estoy casi seguro que estaba sintiendo lo mismo que yo. Me salí de la ducha, estaba desesperado por ella, me senté en el baño. —Ven, juguemos a algo —Ella sonrió con malicia, ¿qué le estaba pasando?

— ¿A qué? —hablo como una niña grande.

—Debes hacer sentir bien a daddy.

— ¡Sí! —Luna se acercó lentamente a mí y dejo un beso pequeño en mis labios, luego beso mi cuello y ya yo no podía.

—Debes chuparle la polla a daddy —dije en su oído, no estaba seguro si estaba bien pero ella fue la que empezó. Luna pareció entender, no la entendía era como si su lado caliente la estuviera dominando ahora. Separe mis piernas y ella se agacho, miro hacia mi entrepierna con una sonrisa y luego se la metió a la boca, jadie con fuerza cuando sentí como chupaba como si fuese un tetero, ella estaba enloqueciéndome, ¿Dónde había aprendido esto? Me asuste al pensar que ya lo había hecho antes, espero haber sido el primero.

—Nena... —jale de su cabello despacio y ella me miro con esos tiernos ojos azules, tenía mi polla en su boca y eso me ponía tan caliente.

—Espera un poco más —después de eso sentí como me corrí, Luna saco mi polla de su boca y miro hacia el piso, estaba apenada. Los dos estábamos sudando, y con la respiración agitada —Niña buena —le acaricie el cabello.

—Ahora daddy debe hacerme sentir bien ¿cierto? —dijo, no espere más y ahora era ella quien estaba sobre mi regazo, mirando hacia mí.

— ¿Qué quieres que daddy te haga, princesa? —bese la comisura de sus labios esperando que ella me dijera. Pero no respondió.

—Debes decirme amor —yo estaba desnudo y Luna solo traía sus pequeñas bragas que estaba a punto de arrancárselas, yo sabía lo que ella quería pero quería escucharlo de esos labios tan jodidamente sexys.

—Daddy siento algo.

— ¿Dónde, cariño?

—Aquí —se tocó sus bragas y eso me volvió loco. Comencé a besar su cuello y sus pechos.

—Más, daddy —dijo en mi oído, sabía que estaba desesperada pero no iba a dejárselo tan fácil. Acaricie su trasero y ella gimió. —Mierda —dijo y se tapó la boca, no le había escuchado decir eso desde hace mucho y le había advertido acerca de decir esas cosas.

—Luna ¿qué te he dicho sobre hablar así? —debía corregirla. —ponte sobre mis rodillas, ahora. Sonreí para mí mismo y ella hizo caso. Baje sus bragas y acaricie su trasero, luego le pegue un par de veces sin excederme, ella se puso roja como un tomate y gimió. Ella ya estaba al borde de la excitación y no puedo negar que yo también lo estaba.

—Daddy, lo siento —dijo casi rogando. —Por favor... —sabía a lo que se refería. La levante y acaricie su trasero mis manos llegaron a su entrepierna, y comencé a mover mis dedos dentro de ella, ella chillaba y se movía en mi regazo, la bese mientras sentí como jadeaba en mi oído, era tan jodidamente excitante.

—Daddy...

—Aguanta un poco, amor —se retorció y gimió.

— ¡No puedo! —exclamo y espere un momento, luego retire mis dedos y sentí como se corría sobre mí. Había sido la ducha más larga que he tomado en mi vida.

Cambie a Luna con un lindo pijama de conejito, le di un peluche y me acosté con ella en su cama para ver televisión juntos. 

I will be your daddy (Dylan O'brien)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora