Capítulo 20.

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Narrador omnisciente.

Luna se levantó en su pequeña cama y se encogió cuando sintió fuertes punzadas en su cabeza, abrazo a su oso de peluche favorito, y apretó los ojos con fuerza mientras llamaba a Dominik quien estaba adelantando trabajo en la oficina de la gran casa.

— ¡Daddy! —gritaba Luna, con un puchero en su boca y sus ojos cristalizados. En vista de que su daddy no escuchaba, comenzó a llorar y apretó sus ojos, sentía mucho dolor en su cabeza y su frente sudaba.

Luna tuvo un pequeño recuerdo, estaba en un restaurante con su daddy, al parecer era una fiesta. Sí, era la fiesta de su daddy, se le notaba feliz, paso algo después de lo que no se acuerda, su cerebro era un torbellino estaba tan confundida que no entendía eso que le estaba pasando. Luna grito una vez más y esta vez Dominik si escucho, se asustó al escuchar los sollozos de su pequeña, corrió hacia su habitación y allí estaba su nena, acurrucada a su oso de peluche y con lágrimas en sus lindas mejillas.

—Daddy —susurro Luna adolorida.

— ¿Qué tienes amor? —Dominik puso la cabeza de su pequeña en sus piernas y acaricio su cabello.

—Me duele mucho—lloro Luna.

— ¿Qué te duele, pequeña? —Dominik tenía una gran preocupación en su rostro y frunció el ceño.

—Mi cabeza —respondió Luna. Dominik la levanto y beso su frente, mientras le quitaba el pijama y le ponía un traje enterizo de conejita, su cuerpo estaba hirviendo, tenía una fiebre muy alta.

—Te llevaré al médico —Dijo Dominik mientras cogía las cosas de Luna, y a ella en sus brazos. Luna recostó su cabecita débilmente en el hombro de Dominik mientras sostenía su oso en sus pequeños brazos. —Tranquila pequeña, estarás bien.

Dominik puso a Luna atrás acostada y abrocho su cinturón de seguridad, manejo preocupado y llego al hospital en menos tiempo del que pensaba. Saco a Luna con cuidado y la llevo en brazos, no había casi nadie porque aún era muy temprano, eran las 4 de la mañana y se notaba un poco oscuro; Luna lucia tan tierna y el corazón de Dominik se encogía cada vez que la veía en ese estado, su pequeña era tan delicada.

El doctor estaba revisando la cabeza de Luna mientras ella se sentía mejor, ya le habían inyectado y su temperatura había bajada, le hice dos coletas mientras el doctor nos dejaba a solas.

— ¿Cómo te sientes, bebé? —pregunto Dominik mientras besaba a su pequeña en el cachete.

—Mejor, daddy

—Pronto estrás completamente bien, mi niña —sonrió Dominik y acaricio el muslo de su pequeña.

—Quiero un juguito.

— ¿Cómo se dice, pequeña? ¿Dónde están tus modales?

—Lo siento, daddy—agacho su cabeza. — ¿puedes traerme un juguito por favor, daddy? —pregunto esta vez Luna moviendo sus largas pestañas.

—Claro, pequeña. Ya vuelvo —dijo Dominik antes de dejar un beso en los labios de su pequeña.

Luna se acostó en la camilla e intento dormir, pero no pudo había algo que se lo impedía y era ese recuerdo que tuvo, ella quería recordar más pero no podía su mente se lo impedía y le dolía más la cabeza si intentaba recordarlo, se le ocurrió preguntarle a Dominik era el único que podía sacarla de la duda pero rechazo esa opción, por ahora.

Será duro cuando descubra la verdad, pero será necesario; Luna ni se imaginaba lo que realmente había pasado.

Dominik regreso con un juguito de mora en sus manos, se lo entrego a Luna mientras esta le agradecía y se lo tomaba en silencio, minutos después el doctor regreso con unos remedios anotados y unas recomendaciones. El doctor examino la temperatura de Luna y su cabeza por una última vez, cuando comprobó que todo estaba bien le entrego la lista de medicamentos y recomendaciones a Dominik.

—Señor Gray, debo informarle algo —Dominik asintió, mientras salía con el doctor de la habitación donde estaba Luna. —Los dolores de cabeza que está presentando Luna, es porque en su cabeza aún se están organizando algunas cosas. La mala noticia es que serán frecuentes dolores de cabeza los cuales presentara, pero la buena noticia es que Luna pronto volverá a la normalidad, su cerebro se recuperara por completo, hemos visto que ha tenido un gran avance —terminó de explicar el doctor.

Pero para Dominik esa no era una tan buena noticia. Trago fuerte y tendría que aceptar las consecuencias de lo que pasaría después.

—Vamos, cariño. Ya podemos irnos —Dominik le extendió la mano a su pequeña, ella la tomo y sonrió al ver la gran diferencia de tamaño en sus manos pero aun así no se sacaba aquello que se le había venido a la mente, ella quería saber que era lo que había pasado esa noche que aun esta borrosa en su mente.

Llegaron a casa después de haber pasado por la farmacia y haber comprado los medicamentos de Luna. Luna estaba en su habitación descansando un poco, cuando su papi la llamo para tomar el medicamento, Luna corrió escaleras abajo riéndose melodiosamente.

— ¡Daddy! —dijo Luna agitada.

—Cariño, ¿cuántas veces te he dicho que no corras en las escaleras? Te daría unas cuantas palmadas pero estas enfermita.

—Lo siento, daddy—Luna agacho su cabeza y sonrió, se subió sobre Dominik hasta que este ya la tenía en sus brazos, él también reía al tener a su pequeña niña en sus manos.

Luna beso el cachete de Dominik y escondió su cabecita en su cuello.

—Mi dulce niña —dijo Dominik mientras acariciaba el cabello de su pequeña y la ponía en el mesón de la cocina, ese mesón... le recordaba tantas cosas. Los pantalones de Dominik se apretaron tan solo con recordar lo que había pasado. Le dio la medicina a su pequeña y la cargo para que juntos fueran al sofá.

—Daddy...—dijo Luna cuando los dos estaban sentados, Luna en el regazo de Dominik.

—Dime, cariño.

—No sé si deba —hablo Luna seria.

—Debes confiar en mí, amor. ¿Lo recuerdas?

—Está bien, lo diré —Luna se armó de valor. —Me paso algo... Muy extraño, esta mañana cuando me sentía muy mal, tuve algo así como un recuerdo o una visión. Estaba contigo en un restaurante y había varias personas más, era tu fiesta de cumpleaños y pasó algo pero no puedo recordar lo que fue.

Dominik al escuchar esto se quedó paralizado, Luna arrugo la nariz y alguien toco la puerta, Luna se levantó del regazo de su daddy mientras él seguía en una clase de shock. Cuando Luna abrió la puerta, no supo quién era pero dejo ver a la peor pesadilla de Dominik... Sí, Brenda regreso por más. 

I will be your daddy (Dylan O'brien)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora