4. Joy

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La cafetería está hasta los topes cuando entro, como siempre. Me siento en nuestra mesa mientras espero a Jane. Me dejé deciros que es muy lenta. Si su casa se estuviese quemando ya estaría chamuscada cuando llamase a los bomberos. Por suerte, no vive sola.

"Todo a su tiempo" siempre dice. Odio esa frase.

Y si está durmiendo NUNCA la despiertes, porqué en el segundo de abrir sus ojos se convierte en el mismísimo Hulk. Pero en mujer. Lo digo por experiencia. Un día me lanzó la lámpara que reposaba- Si, digo reposaba porqué ya no está- en su mesita de noche, que, por suerte falló y se estampó contra la pared rompiéndose en pedacitos verdes y blancos. Su madre la castigó, le dijo, y cito textualmente "hasta los treinta no sales". Pero después de dos horas el castigo se estaba paseando por todo el centro comercial. ¿Con quién? Con una servidora.

Suspiro, me levanto y voy hacía el mostrador. Pido mi menú habitual a la mujer con pose amargada. Nunca la he visto sonreír y creo que no sabe ni como levantar las comisuras de su boca. Me pasa mi almuerzo, que consiste en un trozo de pizza y una botella pequeña de zumo de melocotón. Pago y le doy las gracias a lo que ella gruñe en respuesta.

Vaya, que amigable.

Me encamino otra vez hacía la mesa, pero la espalada y nuca de Josh Tyler me hace fruncir los labios y ralentizo el paso. Ya me estoy imaginando lo que ha ocurrido.

Dejo mi comida. Tiene los ojos cerrados, las manos detrás de la cabeza y los pies encima de la mesa. Me acerco y le doy un beso en forma de saludo. Sus parpados revolotean hasta abrirse. Me siento y abro la botella del zumo, me esfuerzo tanto que parece que la vida me fuera en ello mientras los dedos se me ponen blancos.

-¿Qué haces aquí? Tienes ensayo ¿no?

-Tenía- me corrige, unos mechones morenos sobresalen del gorro gris que lleva en la cabeza. Le hace parecer un niño en pleno berrinche cuando se cruza de brazos. Pero aun así sigue siendo adorablemente guapo.

-¿Qué ha pasado?- pregunto con cautela, imaginándome ya la respuesta. La botella se abre con un sonoro "pop"

-Jeff ha ocurrido. Nos ha salido con otra de sus rabietas y me he largado.

Jeff Peterson, el vocalista del grupo MINEUM, dónde Josh és el batería. Siempre se está quejando porqué ellos no le hacen caso. Pero cada vez que habla, por su boca lo único que salen són palabras sin sentido. Cosas sin sentido. ¿Cómo tomarlo enserio si es así? Un niño de cinco años es más maduro que él. Mirad a Chin Chan.

-Echadlo. Buscad a otro, o a otra. Una vocalista femenina no iría mal para el grupo.

Una sonrisa aparentemente genuina aparece lentamente en su linda cara.

- Podrías cantar tú.

Frunzo el ceño y lo miro mal.

- Vale, si queréis que acabe con vuestro grupo. Ahh, y ponte protección en la cara para que cuando nos lancen tomates no te escuezan los ojos. Y consígueme a mi también.- pongo los ojos en blanco.

Se ríe, baja los pies, se pone recto y acerca su silla a la mía, quedando así su rostro a centímetros del mío. Su aliento mentolado choca contra el mío. Creo que nunca podría cansarme de esta sensación.

- Vamos, no te cabrees. Sabes que estoy de broma – Giro la cabeza y cierro los ojos aparentando estar enfadada. Si, lo sé, un gesto muy infantil.- ¿Joy?

Abro los ojos y le miro con atención.

- Dime

- Te quiero

Buscando En Las Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora