2. Un poco de suerte.

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-Ash, se volvió a romper -Se quejo una peliazul al ver como otro de sus lapices se partía a la mitad- ¡Golden! -.

Se escucharon ruidos desde otra habitacion, un fuerte golpe y a un rubio entrar por la puerta con una raspadura en la frente. Lo que paso es que estaba acostado viendo televisión para disfrutar su día de descanso hasta oír el grito de la ojipurpura y enrollarse en sus sabanas para caer de cara al piso y caer otra vez al intentar levantarse y pisar la sabana.

-¿Llamaste? -.

-Sí, se me volvió a partir el lápiz -Le enseño el pedazo de madera roto en su mano.

-Oh, por supuesto -Sonrió y fue al estante donde había una caja de lapices nueva, la anterior ya se había agotado el día anterior- Aquí tienes -Le entrego otro lápiz.

-Gracias -Siguió escribiendo.

-Voy a salir un rato -La mayor pareció ignorarlo, pues esta cuando esta metida en su mundo se olvida de todos lo demás. Golden salio de la habitación y posteriormente de la casa.

El poblado en que vivía era un poco rustico pero acogedor, habían varias casas y cerca de donde él estaba caminando había un santuario dedicado a un Dios.

El Dios de la buena fortuna.

Golden se quedo un momento presenciando como una mujer rezaba en las puertas de ese gran santuario. Quizás pedía la buena fortuna del Dios para algún examen pues se veía como una estudiante, o quizás quería suerte para ganar algo importante para ella o su familia.

Golden se quedo mirando hasta que la dama se fue.

-Hola -Una voz lo saco de sus pensamientos, dio un ligero salto y volteo. Era un pelimorado que le sonreía.

-¡Hola Bonnie! -Sonrió- No te veo desde hace unos tres años, ¿Donde has estado? -.

-Eso no es importante, ¿Cómo te ha ido en tu practica? ¿Has hecho algún hechizo poderoso ya? -Comento desviando el tema.

-No, aún sigo practicado ese de hacer levitar las cosas... Soy patético, ¿Verdad? -.

-Deberías intentarlo. Traje algo para que lo levites -Saco de su capa marrón una piedra.

-¿Por que llevas una piedra en tu capa? -.

-¿Por qué no llevarla? -.

-Okey -.

Bonnie dejo su piedra en el suelo a unos metros del rubio, este se concentro y hizo un ademan con las manos para apuntar a la piedra. Bonnie junto sus manos y cerro sus ojos.

-Vamos, por favor -Susurraba con los ojos cerrados fuertemente, se concentraba todo lo que podía para que la piedra flotara.

Su amigo tenía una sonrisa en su rostro de ojos cerrados, sus manos juntas aún como si estuviera concentrado en algo.

De pronto, la piedra empezó a moverse, después a flotar unos centímetros del suelo hasta quedar a la altura de la cara del rubio, el cual abrió los ojos al percatarse de eso.

-¡Lo lograste, Golden! -Exclamo el pelimorado abrazando a su compañero.

-Lo... lo logre -Sonrió de la emoción, se sentía increíble. Hace tiempo que sus hechizos no funcionaban y empezaba a dudar que en verdad tuviera la sangre de un hechicero.

-Te felicito, Golden, sabía que podías hacerlo -Bonnie aplaudía feliz.

-Gracias Bonnie, siempre me apoyas -Sonrió. Se sentí mejor con su amigo al lado, siempre han estado justos desde pequeños. Aunque al rubio le parecía raro que su amigo no madurara casi nada.

[Hiatus] FNAFHSYinYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora