9. Los guardianes del bosque encantado.

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El cielo estaba despejado. Pocas nubes eran movidas por el viento y el sol iluminaba ese soleado día de primavera, con los pájaros cantando en armonía y las flores cubiertas del polen repartido por las abejas. Pero nada era lo que parecía. Las flores podrían verse sanas y bonitas, pero en realidad, poco a poco, morían. Las plagas rondaban entre las sombras tomando la energía vital de todos los seres que tenían cerca, incluido humanos.

Pero dejando eso de lado, en el cielo se ve una alfombra morada con un diseño extraño y bordes dorados volar en ese despejado cielo azul. Owynn, Cami y Fred ya tenían una o dos horas volando. Su destino era cierta casa de cierta hechicera. Sobre esa alfombra había un campo de fuerza de un color verde trasparente que los protegía de los rayos del sol y el fuerte viendo, otorgado voluntariamente por la hechicera de mechas verdes.

-Tengo hambre... -Dijo Owynn.

-Acabamos de comer hace treinta minutos, te aguantas, Owynn. Este viaje nos llevara dos días y apenas llevamos un par de horas, dile a tu estomago que no hay comida -Replico Cami con los brazos estirados al frente para mantener el campo.

Fred estaba en la parte de atrás de la alfombra, casi en la punta, donde veía a las aves que volaban cerca de ellos. Se entretenía un poco mirando a esas raras criaturas con plumas y bocas alargadas para él, pero para los demás son sólo aves comunes y corrientes.

-Owynn, haz algo de provecho y mantén el campo mientras descanso, ¿Sí? Desde que empezamos, he sido yo quien lo a mantenido activo -.

Owynn soltó un quejido muy audible estirándose con fastidio en la alfombra cual niño que mandan a hacer alguna tarea.

-¡Owynn! -.

Otro quejido estiramientos.

-¡OWYNN! -Ahora sí estaba muy molesta. Nunca hagas enfadar de verdad a Cami, nunca de los nunca.

Owynn la miro con miedo y sorpresa por el grito y gateo hasta su lado, estirando sus brazos para mantener el campo de fuerza.

-Gracias -Cami se recostó en la alfombra para dormir un rato.

Owynn hacia caras.

-¿Quieres que te de con una roca otra vez? -Amenazo Cami sin mirarlo.

Owynn de inmediato se detuvo y giro su cabeza al frente para concentrarse.

-Eso pensé -.

Fred (que había ignorado todo) seguía viendo a los pájaros pasar a su lado. Estaba aburrido. Volteo su cabeza hacia Owynn y camino hacia él. Se sentó a su lado y recostó su cabeza del hombro del otro.

-¿Qué haces? -Pregunto.

-Mantengo el campo de fuerza -.

-Mmm... ¿A donde iremos? -.

-Te presentare a alguien que de seguro se sorprenderá de verte -.

-¿Por qué se sorprenderá? No tengo nada de especial -.

-Claro que lo eres. Eres muy especial -.

-Yo no me creo... Especial... -Cerro los ojos y se quedo dormido al instante.

Owynn se quedo mirando extrañado a un Fred ya dormido sobre su hombro, el cual comenzaba a caer hasta quedar en sus piernas. A Owynn le parecía muy tierna la expresión del Dios al dormir, aunque no sabía porque dormía tanto. Sonrió. Estaba enternecido con el azabache dormilón sobre sus piernas.

Cami, por su parte, lo miraba desde atrás con una expresión algo seria. Comenzaba a ver algo que no cuadraba entre esos dos. Algo extraño para ella e incorrecto, pero no podía decir que era porque no lo tenía muy claro. Aun así, estaba ahí, visible y extraño. No sabría definirlo, pero conociendo al hechicero, seria algo raro e inesperado. 

[Hiatus] FNAFHSYinYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora