Capítulo 9

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Miré algo nerviosa a Nate, no sabía si estaba lista para hacer esto... Alcancé a ver por la ventana que Shawn estaba sentado en un rincón del aula, con la cabeza gacha.

-Estarás bien, sólo... Ignóralo. Si necesitas ayuda, me hablas. ¿Está bien, Violet?

-Sí...-murmuré para luego asentir.-Gracias, Nate.

-Para eso estamos los amigos, ¿no?

Sonreí fingidamente, pues, los amigos no se besan. No que yo sepa, al menos. Me tendió su mano, la cual acepté gustosa, y sin más preámbulos, entramos. Miré de reojo a mi ex novio, quien estaba mirando la unión de nuestras articulaciones fijamente. Sentí como suspiró y volvió a acomodarse. Nos sentamos en unos asientos que quedaban más adelante de donde Shawn se encontraba pero de forma diagonal. Ahí tendría una vista panorámica de nuestro "romance". Me senté tranquilamente, colgué mi mochila en la silla y saqué mi cuaderno de notas.

[Comprar test de embarazo al salir]

Escribí tranquilamente y luego la cerré. Así funcionaba yo, anotaba lo mas importante que debía hacer y al final de clases, la revisaba. Era un método bastante efectivo. Aunque bueno, no creía que algo tan importante como aquella maldita varita se me olvidaría.

-Queridos alumnos...-anunció el profesor de lenguaje entrando al salón.-Su profesor de matemáticas ha tenido un percance, un accidente automovilístico por cierto, y no podrá asistir. Yo los cuidaré, pero pueden hacer lo que quieran.

Música para los oídos de todos. Cuando el maestro de cualquier materia no venía, todos festejaban hasta quedarse sin voz. Yo era una de ellos. Pero hoy no me sentía bien, tenía náuseas. Me preocupé de inmediato, podía ser un síntoma más de mi actual problema. Necesitaba ir al baño pronto, o devolvería mi desayuno aquí mismo. Corrí hacia el escritorio del profesor.

-Profesor Daniels, necesito ir urgentemente al baño.

Tragué para no vomitar aquí mismo.

-Te ve terrible...-me miró por unos segundos. Ay, Dios.-Ve.

Corrí al baño de mujeres lo más rápido que pude, me metí dentro de un cubículo y abrí el inodoro. Pero una vez que me arrodillé, el vómito no salía. Se sentía asquerosamente mal. Tenía la boca seca y una presión en la zona de mi estómago y garganta. Me vino una arcada, pero nada salía. Sentí la puerta abrirse y luego cerrarse.

-Violet, ¿estás bien?-escuché. Negué, aunque él no me pudiera ver.

-Nate, vete... No quieres ver esto.

Tocaron la puerta del cubículo tres veces suavemente.

-¿Quién es Nate? ¿Tú nuevo novio o algo?-noté el enfado en la voz de Shawn. Pude jurar que se trataba de Nate pero cuando me giré y vi las zapatillas, pude corroborar que no era él.

-Shawn, tú y yo no tenemos nada de que hablar. Ándate.

Lo sentí suspirar. Noté que se agachó y me vio por abajo, por ese maldito espacio libre que quedaba.

-Por favor, no te he visto en casi tres meses... Debemos hablar.

Negué.

-Shawn, déjame en paz, joder.-grité.-Ya me has hecho suficiente daño, no quiero seguir en lo mismo.

-Déjame hablarte ahora y te prometo que nunca más sabrás sobre mi.

Lo pensé. Cinco minutos de charla con él y no saber nada más... Que delicioso sonaba eso.

Me levanté y le saqué el seguro a la puerta. En cuanto la abrí, Shawn se lanzó en mis brazos, abrazándome fuertemente.

-Maldición, no sabes cuanto te extrañé...-susurró. Lo empujé con fuerza, apartándolo de mí.

-No te atrevas a tocarme.-escupí las palabras.-Me das un asco tremendo.

-¿No me preguntarás cómo estoy o algo?

Reí de una manera falsa mientras me acercaba al lavabo y abría el grifo. Junté mis manos una sobre la otra y recolecté un poco de agua. La llevé a mis labios y bebí. Se sentía bien.

-Eres un idiota.

-Y tú una testaruda.

-Puerco.

-Santa.

-Te odio.

-Te amo.

Rodé los ojos.

-Supéralo, Mendes. Me engañaste y me perdiste. Te di mil oportunidades, no las aprovechaste ni una sola jodida vez.-espeté.-Ahora no vengas a decirme que me amas o que me extrañaste... Porque lo único que extrañas es el sexo.

-¿De verdad crees que hago todo esto por sexo?- asentí, dándole una mirada obvia.-Pues entonces no me conoces.

-Claro que lo hago.

-No.

-Si. Eres un mujeriego.

-Y tú una mojigata.

-Traidor.

-Obstinada.

-Sigo odiándote.

-Y yo sigo amándote.

Bufé molesta y me dirigí a la salida. Pero Shawn se colocó en la puerta antes de que alcanzara a parpadear.

-¿A dónde crees que vas?

-A clases. Pedí permiso porque estaba enferma, no porque quería tener sexo.

-¡Ni siquiera sabes porqué me fui o porqué te engañé!

-Son razones obvias, Shawn.-protesté.-Primero, es obvio que te fuiste para que no te pillaran, pero vaya, ¡qué mala suerte!... Por otro lado, me engañaste porque simplemente no era lo suficientemente buena ni experimentada como Karen.

Shawn bajó la mirada y suspiró.

-Violet, mi familia está bajo una amenaza... Debimos irnos antes de que algo malo pasara.

Comencé a reírme fuertemente, ¿de verdad este hombre creía que yo le compraría su historia de peligro y amenazas? ¡Ja! Aún así... Cuántas  ganas tengo de besarlo...

- Si, claro, Shawn. Yo soy el Rey de Nápoles.

Me miró y vi que sus ojos estaban aguados. Al parecer, estaba hablando de verdad... Mierda. Pero todo cambió  cuando me afirmó las muñecas con mucha fuerza y me besó. No le correspondí, al contrario, levanté mi rodilla con tanta rabia, impactándole justo en su miembro. Él cayó, afirmando su zona adolorida y justo la puerta de abrió.

-Violet, ¿Estás bi...? Wow.

Tomé su mano y me fui junto a Nate.

-Quería vomitar, Nate.-sollocé cuando íbamos en el pasillo.-Ese es otro síntoma.

Me abrazó por el cuello y me acarició la espalda.

-Tranquila, hoy sabremos la verdad.

-Después, llegó Shawn, quería hablar y... y...

No pude terminar, estaba en shock con lo que estaba viendo. Era Justin besándose con Valentine.

Miré a Nate algo nerviosa. Ellos no se llevaban bien y ahora se estaba metiendo con su hermanita.

Aquí viene la tormenta.

Who Says; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora