Capítulo 25

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-¿Por qué no nos mataron, Padre?

Estábamos ensayando el principio de la obra, llevábamos dos semanas haciéndolo. Justin era Próspero, y no estábamos en términos de hablar desde hace algunos meses, gracias a lo que ocurrió la otra vez en la fila del almuerzo. Era incómodo.

-Buena pregunta, muchacha...-suspiró y bajó su mirada.

-No se atrevieron.-susurré ayudándole.

-de tanto como el pueblo me quería y, en vez de mancharse de sangre, les dieron
un bello color a sus viles designios.
En suma, nos llevaron a un velero a toda prisq. Allínos esperaba el casco podrido de un barcucho. En él nos lanzaron a llorarle al mar rugiente, a suspirarle al viento, cuya lástima nos hacía un mal amoroso al suspirarnos.

El señor Keaton observaba con atención, tenía la palma de su mano ocupada cubriendo sus labios.

-Justin, ¿qué te dije la semana pasada?

-Que practicara mis líneas, lo sé.-desordenó su cabello un poco.-Estoy nervioso con Violet a mi lado, es eso. Sé todo.

Lo miré nerviosa y a la vez sorprendida. ¿Era en serio?

-Vayan y arreglen sus problemas.-vociferó.-No podremos seguir con esa tensión en el ambiente. ¡Son padre e hija en la obra, por Dios!

Tomé a Justin del brazo y caminé detrás de escenas con rapidez. Necesitaba acabar con esto pronto, no podía soportarlo.

Justin me sonrió levemente.

-¿Y bien? ¿Algo que decir en tu defensa?-me crucé de brazos.

-Eres un idiota, Justin.-bufé.-No te entiendo. Primero, llegas a la escuela borracho. ¡Borracho! Y me dices que me amas. Me acosas y me pides que te bese. ¿Qué te ocurría? Después te encuentro besándote con Valentine.

-Violet, ese día me enteré de que mis padres se separarán.

-Pero no es una excusa para emborracharte.

-Lo tengo claro.-carraspeó.-Pero me sentía... abrumado. Me arrepiento demasiado.

Miré al maestro Keaton con algo de nervios. Se veía algo desesperado. La escenografía sería genial; Kira, una compañera, se encargará de ella.

-Necesito saber si no estás jugando con Valentine. Ella no se lo merece. ¿Sientes algo por mí?

-No. Claro que no. Eres como mi hermana mayor.-reí por lo bajo.-Te necesito, Violet. Nunca te mirado con otros ojos. Por favor, extraño a mi mejor amiga.

Miré aquellos ojos mieles con persuasión. Justin lo había logrado nuevamente, me había convencido.

-Te perdono, Justin.

Me abrazó fuertemente y me levantó del suelo, dándome una vuelta en el aire. Al igual que en las películas. Extrañaba el olor varonil de mi hermano-amigo.

-Ahora, quiero saber todo lo de Nate. Escuché que estás con él.

Reí. Justin era así.

-Primero debemos ensayar, Biebs.-removí su cabello.-Luego, puedes pasar por mi casa para poder ponernos al día.

-Me parece perfecto.-sonrió.

Caminamos de vuelta al escenario y asentimos en dirección al maestro Keaton. Él nos sonrió.

-Comencemos desde cero.

Practicamos por una hora más, me tomaron las medidas de los atuendos y me mostraron los accesorios. Mi personaje era una persona dulce e ingenua, como algún día lo fui. Me sentía identificada con Miranda. Y tenía a su Príncipe, lo más importante de todo. Ah, y lo fuerte que era, crecer sin una madre la había hecho madurar. Las horas pasaron, entre química, matemáticas, español y artes. Me despedí de Nate con un pequeño beso, Justin me estaba esperando afuera para irnos a casa.

Who Says; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora