Capítulo 22

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-¡¿Qué?!

Miré a mi ex novio perpleja, no podía creer lo que me había dicho. Shawn sería padre... Oh por Beyoncé.

-Ella...-suspiró.-Llegó a mi casa con un gran vientre diciéndome que era mío. No sé que hacer, puede ser de cualquier otro... No estoy seguro.

-¿Qué tengo que ver yo aquí, Shawn?-pregunté molesta.-Si bien no recuerdo, ella era tu amante mientras tú y yo estábamos juntos. No tienes derecho a pedirme ayuda, menos para alguien como Karen. Debería tener vergüenza.

-Violet, por favor.-suplicó-No tengo idea de qué hacer. Estamos hablando de un bebé, ¡un hijo, joder!

-¡Entonces debiste haber pensado en usar un condón!

-Tú también pensaste que estabas embarazada, y si mal no recuerdo...-imitó mi voz, haciéndome rodar los ojos.-tu y yo tampoco lo usamos.

-Era diferente. Éramos novios.

-Corríamos el mismo riesgo.

Suspiré mientras me cruzaba de brazos, aunque me doliera decirlo, Shawn estaba en lo correcto. No sabía que decirle.

-Shawn, yo...

-Cuando pensabas que estabas embarazada de mi, ¿qué hiciste?-preguntó, sentándose en el mismo lugar que el señor Archer lo había hecho hacía unos minutos atrás.

-Llorar.

-No ayuda mucho.

Reí levemente negando, me senté a su lado.

-Shawn, debes ver las fechas. Tal vez no es tu tuyo, no sabes si ella durmió con alguien más antes o después de ti.-murmuré mientras colocaba una de mis palmas sobre su rodilla.-Podrías pedirle un ADN...

-Le dije que la acompañaría a la ecografía, pero se negó.-se encogió de hombros.-Sé que... no estoy listo para la paternidad, pero quiero ser un buen padre para mi hijo.

-¿Es un niño?

-Así es.-respondió.

-Ve y habla con ella. Tal vez puede que no tengas un bebé con cabello de zanahoria.

Reímos gracias a mi chiste sobre el cabello anaranjado de Karen. Hacía unos meses, pensé que el karma nunca daría la cara por ella, pero supongo que me equivoqué.

-Eso haré.-murmuró mientras se levantaba.-Te hablaré por mensaje de texto sobre lo que dice.

-Espero no arrepentirme de esto, Shawn.

Lo vi alejarse rápidamente, pensando sobre si había hecho una buena decisión  o si tal vez me había equivocado. Esperaba que ahora, con ese bebé, Shawn se hiciera responsable de sus errores. Era hora de madurar. Muchos de sus planes de su futuro estaban arruinados, agradezco no haber sido yo. Aunque suene agrio, tal vez Nate y yo nunca hubiéramos tenido una relación.

Entré a la habitación de Nate, queriendo hacerle compañía, pero la enfermera ya no estaba, mi novio dormía y su padre hablaba por teléfono en un tono bastante bajo. Tomé asiento en la silla que se encontraba al lado de su camilla y acaricié su cabello una vez más, pero, por suerte, no despertó.

-Steve... Ya te dije que no puedo ir, mi hijo está en el hospital...-escuché a mi querido suegro suspirar. Lo miré y sonreí, me imitó de vuelta.

-Señor, suena importante. Usted debería ir. Yo me quedaré con Nate.

-Espera un poco.-alejó el celular de su oído y me miró.-Pero no sería apropiado dejarlo aquí solo.

-No lo estará. Si algo pasa, le avisaré de inmediato.

El señor Archer suspiró y asintió.

-Steve, voy en camino.

Formuló un leve 'gracias' con sus labios para luego correr fuera. Era importante, lo normal era que debía ir. Nate durmió por dos horas seguidas mientras yo releía mi libro preferido, ¿Quién Le Teme A Virginia Woolf?. Él movía sus cejas de vez en cuando, y sonreía a veces. Se veía adorable. Cuando abrió sus ojos azules, me miró con dedicación e ilusión. Fruncí mi ceño mentalmente.

-Ay...-suspiró sin apartar su mirada de la mía.

Café contra azul.

-¿Qué sucede?

-Tuve el mejor de los sueños.-se acomodó mejor mientras seguía sonriendo.-Era... perfecto.

Cerré el libro y lo dejé entre medio de su vaso de agua y un paquete de pañuelos desechables.

-¿Y de qué se trataba?

-De nuestra boda.-suspiró mientras miraba el techo.-Te veías completamente preciosa con el vestido blanco. Nuestras familias estaban ahí, y obviamente, nosotros. Todo era perfecto.

Reí levemente al ver que sus ojos brillaban como las estrellas que decoraban la oscura noche llena de soledad.

-¿Ah sí?-pregunté mientras me acercaba a él.-Bueno, todavía falta para eso. Primero debemos ver tu cumpleaños.

-Oh Dios... No puedo creer que vaya a cumplir dieciocho años.-tapó su rostro con su mano izquierda.-Estoy viejo.

-Imagina cuando tengas cuarenta, serás un anciano según tú.

-Así es.-rió.

-¿Qué te gustaría hacer?-pregunté para luego darle un pequeño beso en su coronilla.

-No mucho, es decir, con que estés tú, será genial.

Me sonrojé una vez más. Diablos.

-Por favor, Nate.-supliqué resignada.-No me digas esas cosas, no quiero ser un tomate.

-Serías el más hermoso de todos...

-¡Basta!-exclamé entre risas. Pronto explotaría mi cara.-Es en serio, ¿qué quieres hacer para celebrar?

-Una cena contigo.

Alcé una ceja.

-¿Sólo eso?

-Ajam.

-Pensé que querrías algo más grande.-crucé mis piernas.

-Ya te dije, sólo te quiero a ti ahí.

Acarició mi mejila con ternura, pero luego recordé lo de Shawn. Debía contarle, necesitaba hacerlo. Quería demostrarle lo mucho que confiaba en él.

-Shawn vino.

Nate me miró confundido. Se sentó en la cama.

-¿Qué quería? Violet, si te hizo algo, me importa un carajo si tengo un brazo malo, tengo otro de reemplazo para golpearlo...

-No hizo nada malo, Nate, tranquilo.-lo detuve de inmediato, quería reír pero no me lo permití.-Me vino a pedir ayuda. Karen está embarazada.

Los ojos de Nate se abrieron como dos platos, como dos huevos fritos. Su boca se formó en una O y jadeó.

-¿Shawn será padre?

-Eso dijo.-me encogí de hombros.-Me dijo que no sabía que hacer. Le respondí que le hicera un ADN ya que no sabe si Karen se acostó con alguien más. Ella se negó a que la acompañara a las ecografías.

Nate frunció el ceño.

-Mira, soy el hijo de un abogado, y sé por hecho que hay algo que Karen no está contando...

-¿Qué podría ser, Sherlock?-pregunté riendo.

-Hay algo dentro de ahí, no sé que puede ser, Watson.-soltó una carcajada.-Pero hay una razón algo oscura de porqué no quiere ir a las ecografías. No es normal.

Me encogí de hombros.

-Puede que el bebé tenga alguna malformación, o algún síndrome...

-Debemos descubrirlo, Watson. ¿Estás conmigo?-estiró su mano en mi dirección.

No dudé en tomarla y hacer un apretón leve y rápido.

-Siempre lo estaré, Sherlock.

Who Says; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora