Capítulo 46

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Era de noche, Nate no había vuelto y yo tenía los pelos de punta. Había intentado llamarlo, pero me cortaba. Lo había buscado pero no se encontraba en los lugares en los que había pensado. Tenía miedo de que le pasara algo.

Ya estaba quedándome dormida en el sillón de la sala de estar, cuando escuché que alguien metía en la cerradura una llave. Me levanté rápidamente y corrí hasta la entrada. Nate apareció. Pero luego cerró la puerta, pasó al lado mío, ni siquiera me miró, y comenzó a subir las escaleras.

-Nate.-lo llamé pero entró en el cuarto de huéspedes. Cerró la puerta suavemente.-Nate, vamos. Abre.

Silencio.

-Vamos. Por favor. Sólo... Quiero hablarte. Te he estado esperando, te busqué. Por favor, ábreme. Te lo imploro.-comencé a golpear la puerta.-Por favor, por favor, por favor.

Abrió la puerta sólo un poco, de manera que podía ver su rostro serio y sus lindos ojos azules apagados.

-Nate, yo...

-No quiero hablar, Violet. Estoy dolido.

-¿No crees que estás exagerando un poco?

Nate frunció el ceño y abrió un poco la boca. La jodiste, Violet.

-¿Exagerar? Violet, ¿cómo quieres estar en una relación que no tiene confianza? Me mentiste y eso es lo que me duele. No me importa con quién salgas. No te iba a decir algo, si tan sólo me hubieras dicho que era con Shawn.

-Lo sé, lo sé... Pero es que...

-¿Por qué lo hiciste si lo sabías, entonces?-contraatacó. Punto para Archer.

-Tenía miedo. No quería que te enojaras o algo parecido...

-No lo iba a hacer.-suspiró.-Sólo... Me hubiera gustado que dijeras la verdad, Violet.

Me acerqué y deposité un suave beso en sus labios. Para mi sorpresa, correspondió, pero luego bajó la mirada e hizo una mueca triste.

-Nate...

-Es mejor que te vayas a dormir. Es tarde.

-Pero...

-Buenas noches.

Y sin más, cerró la puerta del cuarto, dejándome ahí. Me senté en el piso, las lágrimas atacaron solas.

-No me iré, ¿sabes? Quiero arreglar mis errores... No te quiero perder. No de nuevo.-sollocé.

Podía escuchar el rechinar de la cama, para luego identificar un suave llanto. ¿Nuestra relación podría haber llegado a su fin? Tal vez. Por una simple y sola mentira. En parte entendía a Nate, si ya le había mentido una vez, nadie le aseguraba de que no lo volvería a hacer.

Desperté en mi habitación, tapada por unas mantas y con un cojín aferrado a mis brazos. Me senté en la cama. En la mesita de noche, había un sándwich, un vaso de agua y un una nota. Tomé ésta última primero.

"Salí. No me esperes para el almuerzo. Lo dejé abajo, sólo debes calentarlo."

Y al lado, tenía unas palabras tachadas, no lograba ver que decían. Él me había traído a la cama. Me sentía halagada, siendo que no debería. Aún se preocupaba por mí. Pero al recordar lo jodidas que estaban las cosas entre los dos, unas inmensas ganas de llorar me invadieron. Así que me comí el pan entre lágrimas y sollozos. Ni siquiera quise encender la televisión. Quería a Nate, decirle lo mucho que lo amaba y lo mucho que lo sentía. Todo aquello era cierto. Lo amaba como si vida dependiera de ello. No entendía porqué lo había hecho. Ojalá pudiera retroceder  el tiempo.

Who Says; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora