La semana fue una eternidad para Louis, que estaba ansioso por volver y saber más sobre su amigo. Por fin el lunes había llegado y se encontraba viajando. Como tenía más de cuatro horas de viaje para llegar a Canterbury, había salido temprano para llegar un poco después del mediodía.
Había estado esperando mucho tiempo como para esperar aún más.
—He estado averiguando con la policía y leyendo el expediente sobre Farrel de cuando se fue. Ella fue despedida por el accidente del chico, en ese expediente dice que había una escalera en la ventana que indicaría que Harry podría haber escapado.
—Está vivo.
—Así es. He averiguado de su paradero con la policía. Déjeme admitir que he tenido que mentir, esto es información confidencial, ¿sabe? Pero como veo que usted está muy interesado en encontrar a Harry, lo haré.
Louis sonrió algo impaciente. Quería saber más.
—La policía me ha brindado información para llenar su expediente, me dijeron que actualmente trabaja en una panadería.
Louis sonrió al imaginárselo. La Directora le extendió un pequeño papel.
—Esa es la dirección. Espero que te sirva.
Louis se quedó mirando el papel por varios segundos, conmocionado.
—Sí... gracias. Es fantástico. De verdad le estoy muy agradecido por su ayuda.
—No es nada. He leído su expendiente, y me alegra mucho ver que se encuentra en tan buen estado, muchos niños no logran salir con vida, Harry lo vivió en carne propia pero por suerte, escapó. Por eso yo trabajo aquí, porque quiero dar un cambio a estos internados. Muchos niños la pasan mal, peor que en la calle. Aquí, los niños que no pueden pagar sus cuotas, trabajan, sí, pero no son esclavos. Estudian y juegan con los demás.
—Usted es una muy buena persona, Directora. Gracias. Creo que ya me voy.
—Como guste.
La Directora siguió a Louis hasta la puerta, y se adelantó para abrírsela.
—Suerte con Harry.
***
Louis tenía media hora para llegar a Canterbury West y tomar el tren. Así que corrió para no perder tiempo, y como no estaba en estado físico le costó mucho pedir su ticket y sintió como su garganta pinchaba.
Pero una vez se sentó en el tren, apoyó su cabeza y cerró los ojos. Tenía un poco más de dos horas de viaje en ese tren, luego debía ir a la estación de Embankment y viajar unos diez minutos, pero no terminaba ahí. Aún le quedaba un tren más de una hora y luego caminar unas cuantas manzanas.
A las siete y media de la tarde, Louis pisaba Holmes Chapel. Un montón de preguntas asaltaban su mente mientras caminaba hacia la dirección de la panadería,
¿y si se olvidó de mí?
¿y si hay otra persona en su vida?
¿y si está enfadado por tardar tanto tiempo en volver?
Se detuvo en la puerta de la panadería, con un dolor muy fuerte en la boca del estómago y las manos sudando. Respiró hondo y entró. El local era pequeño, y enseguida reconoció a Harry. Tenía un gorrito y un delantal con el logo de la panadería. Su cabello estaba mucho más largo que la última vez y sus rizos ya no estaban tan formados.
Harry aún no lo miraba, estaba atendiendo a un cliente. Así que la señora que trabajaba junto a Harry, lo atendió.
—Hola, ¿qué anda buscando?
—Quiero dos de esos muffins de chocolate.
Louis miró a Harry, que estaba de espaldas tomando pan y guardándolo en una bolsa. Louis habló un poco más fuerte;
—Cuando era pequeño me gustaba robarlos en el colegio —la señora lo miró confundido pero Harry giró la cabeza rápidamente y lo miró a los ojos. Louis le dedicó una sonrisa temblorosa. Harry estaba mirándolo, en shock, con la boca semi abierta.
Louis se relajó al ver aquellos preciosos ojos verdes.
—Hola, Hazz.
Harry dejó caer la bolsa de pan y corrió hasta la mesa de cobranzas, que la pasó por encima para no perder más tiempo y abalanzarse sobre Louis.
—Lou —murmuró mientras lo abrazaba fuertemente. Louis intentó no llorar, pero al sentir ese cálido abrazo, un sentimiento extraño recorrió todo su cuerpo y comenzó a llorar en el hombro de Harry —. Cielos, te he extrañado tanto. Creí que no volvería a verte.
El cliente miraba a Harry con molestia.
—Muy emocionante, pero ¿pueden darme el pan, por favor?
Harry se separó de Louis, nervioso. Le sonrió y le dejó un pequeño beso en los labios.
—Espérame, seguiré atendiendo al señor y luego pediré permiso para salir.
—De acuerdo.
Mientras Harry levantaba los panes, y los dejaba a un lado para darle pan limpio al cliente. Louis no podía dejar de mirarlo. Hacia cinco años que no lo veía, y sin embargo, se seguía pareciendo tanto. Dicen que la esencia nunca cambia. Después de tanto tiempo, por fin se sentía en casa.
Cuando terminó, Harry y Louis solo caminaron por las calles de Holmes Chapel, para poner al día con todo lo que habían vivido desde que habían tenido que dejar de hablar.
—De verdad creí que moriría, pero la escalera que construimos me salvó la vida. ¿Qué cosa, no? Luego de eso, me costó pero encontré la casa de mis abuelos. Ellos no estaban, pero sí mi tía. Ahora vivo con ella y Gemma. Fue algo incómodo al principio, pero gracias a Gemma pude quedarme ahí. Ella es una chica genial, me muero de ganas de que la conozcas.
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Gélidos || Larry Stylinson
FanficLabios partidos, manos heladas, pies lastimados, pero todavía con la esperanza de tener una vida de verdad. Inspirada en la película "La princesita" de Alfonso Cuarón.