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La maldita alarma suena indicando que debo ir a la escuela, la apago y cierro los ojos. Cuando abro mis ojos de nuevo prendo mi celular y como siempre faltan diez minutos para que entre a la escuela.
Con una rapidez increíble me despojo de mi pijama y entre el desorden de ropa y todo lo que hay en lo que se podría decir que es mi cuarto, el ático de mi casa, logro encontrar ropa limpia y me la pongo.

Maldigo al tropezar con una caja que aún no recojo de hace unos días que nos mudamos.

-¡Apúrate porque no queremos que llegues tarde a tu primer día de tu último año de preparatoria! -grita mi mamá desde el piso de abajo.

-¡Ya voy! -respondo haciendo un lado a cosa horrorosa, mi gato que nombró mi mamá como cosa horrorosa.

Bajo las escaleras que conducen al segundo piso y me deslizo por el barandal de las escaleras, tomo la mochila que está en el sillón y esquivo unas cuantas cajas de mudanza junto con mi otro gato, Tom, y mi perro Puchi.

-Adiós Ethan -grita mi papá desde la cocina.

(...)

-Hola Marissa -saludo a la mujer que me ha recibido en la puerta de la entrada durante mis cuatro años de preparatoria.

-Hola E -me saluda con una enorme sonrisa- ya sabes, al auditorio.

-Claro, gracias.

Veo a cientos de chicos nuevos con cara de asustados por entrar a una nueva escuela donde tal vez no conozcan a nadie y tenga que empezar de cero. Voy a la mesa del comité de bienvenida y me registro para tomar un pequeño itinerario de las actividades que se harán hoy. Después me encuentro con mis amigos; Agar, Ansel y Aarón. Lo sé, sus nombres empiezan con A y es muy raro; muchos nos dicen los A y Ethan porque mi nombre obviamente no empieza con A. Por último nos encontramos con Holly, mi amor platónico y sus amigas; ella al vernos literalmente corre a abrazarnos.

-Chicos hace mucho que no nos vemos.

-Nos vimos durante todas las vacaciones, ayer nos vimos -le dice Agar.

-Dejen que haga su drama de chicas -ruedo los ojos con diversión.

-Eres el único que me entiende -me abraza.

-Soy yo o cada vez estás más chaparra -comentó al ver que su cabeza apenas me llega a mi pecho.

-Cállate estúpido -Ansel me da un sape- la hacer sentir enana.

-Está enana -rectifica Aarón.

-Ya, dejen de molestarla -abrazo su cabeza.

-Ya vamos al auditorio que si no el director se enoja -nos apresura Holly.

-Nos vemos allá -le digo mientras vemos cómo se aleja junto a sus amigas.

-Ya deberías de decirle lo que sientes por ella.

-No es tan fácil con tu crees Aarón -Ansel lo reprende.

-Opino igual que Aarón -habla Agar.

Sólo veo a Holly alejarse y lo hermosa que es mientras camina, camino sin perderla de vista y una vez más choco con alguien. Es una chica chaparra, pelo color oro y ojos grises; algo malhumorada pero linda.

-Fíjate tarado -me reclama.

-Lo siento, tu ibas en el teléfono -me defiendo.

-Eso no es excusa -se cruza de brazos.

-Para ser linda eres muy grosera, chica.

Sigo mi camino junto a mis amigos quienes me golpean el hombro felicitándome por haber llamado linda a una chica que no sea Holly.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora