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-¿Qué hace ella aquí?

-Somos amigas de nuevo, tu plan funcionó.

-No es eso, me alegra. Pero es que...

-¿Qué pasa?

-Este es mi lugar, así como tú tienes un lugar especial solo para ti yo tengo el mío y es este. Me gusta compartirlo contigo pero nada más.

-Creí que te alegraría.

-En serio me alegra que sean amigas de nuevo, no sabes lo mucho que estoy feliz. Pero si yo te cité aquí es porque quiero que estemos solos.

-Quería una cita doble.

-Organizaremos en un futuro una cita doble, hoy quiero que estemos los dos solos ¿Si?

-¿Pero cómo le diré a Jenn?

-De eso se encarga Edgar, es un experto para inventar excusas. Le diré.

No fue necesario decirle a mi hermano, él se había dado cuenta y se fueron. Claro que ambos queremos disfrutar a nuestras novias.

Ambos comemos el Subway mientras platicamos y reímos. Nos comenzamos a conocer más a fondo, comienzo a saber todo de la vida de Alex; desde lo más insignificante hasta lo más importante.

-Le tengo miedo a los piojos -le digo y ella ríe- es en serio, de pequeño tuve piojos y se los pegué a mi novia de manita sudada, ya sabes, con quién se da el primer beso. Ella les dijo a todos los demás niños que tenía piojos y nadie me habló por un mes.

-¿El primer beso se da en la infancia?

-La mayoría de las veces, es de esos momentos en el que ambos se esconden debajo de la mesa y chocan sus labios; tal vez no es el primer beso deseado pero lo es -evado su mirada.

-Mira nada más ¿Quién fue tu primer beso?

-Tú -contesto de inmediato.

-Me acabas de decir que fue en la infancia.

-Para mi el primer beso es como el primer amor, te hace sentir nervioso, emocionado, tranquilo y sabes que es la persona correcta -desvío la mirada-. Tú eres la única persona que me ha hecho sentir eso.

-Eres tan cursi.

-Lo sé.

Hago bola la envoltura de mi Subway y me tomo lo que queda del refresco.

-¿Cuánto es? Por la comida.

-Yo invito.

-Ah...

-¿Tienes algún problema con eso niño?

-No, es solo que quiero ser caballeroso.

-O machista.

La veo a los ojos; jamás fui machista, mis papás me enseñaron a respetar a la mujer y siempre ser atento.

-Me dejaste sin palabras, no soy machista

-Lo sé, a mi no me importará pagar la cena, invitarte un helado y cosas así cuando no puedas; lo que me importa es estar a tu lado.

-Tú también eres demasiado cursi linda.

Me acuesto en el pasto y cierro los ojos por el Sol. Se escucha un silencio relajante, podría dormir aquí.
Siento unos cuanto cabellos, de mi chica, en la cara y el cuello; me va a besar. Siento sus labios y sonrío.

-Si duermo no vale - le digo cuando se aleja- me debes un beso.

-No lo creo -bromea- seguro cuando duermo también me besas.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora