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Acuno su rostro entre mis manos mientras ella pasea sus dedos por la hebras de mi cabello. Sonrió sobre sus labios, vaya que lo que ella hace me mata.

-Un día me vas a matar -le susurro.

Ella ríe.

-Las enfermeras se nos quedan viendo -me susurra.

-Creí que no habían enfermeras a las -veo mi teléfono- cuatro y media de la madrugada.

-Bobo, hay enfermeras en todo momento por si pasa algo.

-Lo siento, es que cuando estoy contigo en lo único que pienso es en ti.

-Eres -me ve a los ojos- un tonto.

-Eres muy mala conmigo. Te dejaré de decir Furia.

-Ya no te diré tonto.

-Saranghe.

-Yo igual.

Reímos.

-Me voy a dormir, cuidame -rodea mi cintura con sus brazos y recarga su cabeza en mi pecho- hasta mañana.

-Dulces sueños -le doy un beso en su frente.

Quiero dormir como ella, pero no lo haré; vigilaré y esperaré a ver que dicen los doctores sobre Keller. Mi niña está tan dormida que sus brazos caen ya que me estaba abrazando, tomo su mano izquierda, está fría; con mis dos manos la trato de calentar.

-Los familiares de John Higenton.

-Está dormida y su esposa no sé donde esté, pero soy su novio -me refiero a Alex- puede decirme a mi.

-Por favor diles que necesita estar en observación, ya cuando los demos de alta les daré una indicaciones de cuidado.

-Muchas gracias.

-Con permiso -se retira.

Echo mi cabeza para atrás, quiero dormir, lo necesito, pero Alex duerme y Mónica se desapareció; tal vez esté dentro pero de ser así el doctor le hubiera dicho a ella, a menos de que esté durmiendo pero de ser así el doctor me hubiera dicho. Bueno, dejo de pensar y me rejalo un poco.

(...)

Son casi las seis de la mañana y ya no puedo más, veo a Mónica acercarse y entonces cierro los ojos para poder descansar un poco.

-Ethan -escucho que Mónica me habla pero no hago caso.

-¿Mami? -pregunta Alex con voz soñolienta- deja que duerma -escucho un bostezo- no durmió en toda la noche seguramente.

-Bien.

Siento sus manos pasar por mi pelo y luego sus labios en mis párpados. Después de eso no siento nada más.

Abro mis ojos, prendo mi teléfono y veo la hora.

-¿Las ocho? Agh.

No dormí más de dos horas.

-¿Ethan? Que bueno que despiertas, mi mamá quiere que te lleve a tu casa y descanses.

-No, estoy bien; nada más necesito un café.

-Ethan, ya fuiste de gran ayuda. Bebé por favor, bañate, duerme y al rato me hablas para que estés al tanto ¿Si?

-Bien -me paro de la silla- ¿Me llevas?

-Sip.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora