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-No lleves el uniforme de Teens, mi mamá va a abrir la tienda hasta que llegue.

-¿Es en serio? Bueno, tendré más tiempo contigo.

-Le diré que las abra -bromea-, pasar mucho tiempo contigo me va a hacer mi boba, nadie quiere eso.

-Pues entonces a ver quién te hará ricos sandwiches de queso -tomo ropa interior de mi cajón y la guardo en mi maleta.

-Tú.

Guardo lo indispensable; perfume, desodorante y rastrillo. Cierro la maleta y la cuelgo en mi hombro.

-Listo bonita, vamos.

(...)

-¿Qué vamos a comer?

-No lo sé, apenas sé calentar agua en el microondas.

-Ay Alex, creo que me toca cocinar -me encogo de hombros.

-No es necesario, de camino acá pedí comida tailandesa ¿La has probado? -niego con la cabeza- Es lo mejor que hay en el mundo.

-Bueno.

-Me subiré a cambiar, deberías hacer lo mismo.

-Claro.

Ambos nos vamos a cambiar, me pongo una polo azul celeste, pantalón de mezclilla y mis vans grises.

La espero sentado en el sillón. A pesar de haber descansado muy bien ayer, tengo demasiado sueño y flojera. Alex se sienta a mi lado, toma mi mano y recarga su cabeza en mi hombro.

-Oye Alex -hablo después de un rato-, siempre pienso mucho en lo nuestro y tal vez sea hora de decirte lo que me preocupa.

-¿Y qué es?

-Lo nuestros es súper especial para mi, pero me preocupa mucho lo que vaya a pasar cuando me vaya.

-¿Tienes miedo a que acabemos mal? -asiento- Pues yo no, te quiero mucho y nada más importa en este mundo; yo tengo la confianza de que, siempre que nos queramos, estaremos juntos sin importar la distancia o cualquier otra cosa.

-Te quiero -le susurro.

-A veces siento que yo soy el hombre en esta relación -se burla.

Me acerco a ella y la comienzo a besar lentamente, con tranquilidad.

-Maldición, no podemos tener ningún momento romántico -me quejo al escuchar el timbre.

Ella solo ríe y se para, toma dinero de no sé donde y le paga al chico en cuanto abre la puerta.

-Preparate para conocer el paraíso -pone las bolsas en la mesa.

-Exagerada.

Comemos, reímos y volvemos a comer. Después de comer, lavo los trastes y me pongo a hacer tarea; la verdad no sé que hacer, es raro estar con ella solos en una casa.

-Vendrán mis amigas a una pijamada en unas horas.

-Ah, claro. Yo saldré un rato con los 3A.

-¿No los quieres invitar? Digo, mañana no hay clases -se encoge de hombros.

-Les diré, sería genial.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora