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-¿Sean? ¿Qué haces aquí?

-Creí que me abrazarías -sonríe y se para.

Me acerco a él y lo abrazo con mucha felicidad, Sean, mi otro hermano que estaba en la escuela militar. Después del abrazo hago el saludo militar, el cuál corresponde.

-Salí hace poco, bueno, me dieron unas vacaciones por mi buen desempeño. Ahora soy un hombre de bien, claro, sigo teniendo mi lado divertido.

-Que genial ¿Cuánto tiempo estarás aquí? -pregunta Edgar.

-Tal vez un par de años más hasta que consiga una familia.

-¿Qué? -ambos nos desconcertamos.

-Él se va a graduar el próximo mes y vino a decirnos, ya pasaron los cuatro años chicos -explica mamá.

-Otra vez seremos una familia completa, hablando de eso ¿Y papá?

Por un momento la conversación se vuelve demasiado incómoda. Él nos ve con confusión y comienza a notarae la tristeza en su cara, claro, pensará que está muerto.

-¿Él está...

-No -aclaro- él es... Esto el difícil para todos. Hace unas semanas él me secuestró, mandó a que me golpearan y después casi me deja morir.

-¿Y quién te ayudó?

-Alex, su novia -contesta Edgar.

-¿Tienes novia? Por fin hombre.

-Gracias -sonrío- ella fue quién me ayudó, después Agar y yo tuvimos una discusión porque trabajaba para él, logré que dejara eso. Pero no es suficiente sabiendo que todos y a quienes queremos estamos en peligro.

-Sean ya no podems confiar en él a pesar de que sea tu papá -le explica mamá.

-Ahora ya no quiero llamarme como él, creía que era un privilegio -contesta algo decepcionado- ¿Qué vamos a hacer?

-Él me da dinero, para que se lo dé a mamá ¿No te lo he dado? -niega- voy por él.

Había olvidado darle todo el dinero que me dió Sean. Voy por él y regreso a la cocina, dejo ambos fajos de billetes y los tres me miran sorprendidos.

-¿Cuánto es aquí? -pregunta mamá.

-Más de cinco es seguro.

Sean toma uno de los fajos y le quita la liga, Edgar hace lo mismo con el otro y comienzan a contarlo.

-Tengo seis aquí.

-Y yo cuatro -me muestran el dinero- son diez.

-¿De dónde sacó tanto dinero? -pregunto ensimismado.

-La pregunta es ¿Porqué es tanto?

-Él siempre fue de la idea de darles lo mejor, supongo eso incluye a esta hermosura -nos dice mamá refiriéndose al nuevo bebé.

-Mamá sigo enojado por no haberme dicho -le dice Sean.

-Lo siento -sonríe con inocencia- hablando de eso... Ya no tarda en llegar el bebé, puede que un par de días más.

-¡¿En serio?! -inquiero con emoción- tenemos que planear todo.

-El cuarto del bebé casi está listo, gemelos Mendes, volverán a compartir cuarto.

-¡Sí! -exclama Sean con emoción

-Sean vas al ático -le ordena mamá.

-¡No! -Sean y yo decimos al mismo tiempo.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora