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-¿Porqué estoy aquí?

-Tu calla y espera - me dice Aarón.

-Tengo miedo ¿Y Ansel?

-Calla.

Un rato después veo a Alex acercarse, camina rápido y aunque sonrío no deshace la recta línea que forman sus labios.

-Perdona bro.

-¿Pero porqué?

Cuando Alex está frente a mí estampa la palma de su mano contra mi mejilla, ladeo la cabeza ante la acción y después jala del saco del uniforme y me besa; disfruto de sus cercanía y su manera de besarme pero me alejo.

-¿Qué está pasando?

-¿Dónde estabas? Eres un idiota.

-¿Pero qué dices?

-Ayer no viniste y no me contestaste las llamadas, ni si quiera las devolviste. Creí que algo malo te había pasado.

La observo, está hermosa.

-¿Te he dicho lo hermosa que te ves cuando te enojas?

-Tonto -me golpea el pecho, luego me abraza.

-Me suspendieron, mi mamá me quitó el teléfono ayer para que hiciera los pendientes que me dejó y me lo dió hoy en la mañana. Perdona por preocuparte.

-¿Porqué te suspendieron? -pregunta con voz dulce.

-Por ser niño malo -le guiño un ojo- me gustó el beso... Pero tu habías dicho que aquí no.

-Agar está al otro lado de la escuela.

-¿Puedo darte otro? -la veo inocentemente.

-Me encanta la idea.

Ambos reímos, la tomo por sorpresa y la beso, ella comienza a reír y me abraza. Recuerdo una linda canción que me aprendí, Girl Crush, de Harry Styles. Y se la canto.

*reproducir video*

-Así me sentía apenas hace una semana -le sonrío- tu creas tantas cosas en mí... Te amo.

Me sonríe, espero un Te amo de su parte pero se queda callada; deposita un beso en mi mejilla y se va. Tocan la campana para irnos a casa.

-¿Pero qué?

-Tal vez le cueste decirlo -mi amigo de encoge de hombros- fue muy incómodo estar aquí.

-La voy a alcanzar.

Le aviso antes de empezar a correr.

Supongo ya salió así que salgo de la escuela y si, la veo caminando en la misma dirección de siempre.

-Alex -la llamo- ¿Estás enojada todavía por lo del lunes?

-Lo de tu renuncia... No.

-Eso es un sí, perdona, fue por la suspensión; mi mamá me hizo renunciar.

-¿No fue por tu voluntad? -niego- ah.

-¿Me perdonas? No quiero estar mal con mi niña bonita.

-Claro que sí -me da un beso en la mejilla- adiós.

-Adiós.

Como ya no voy al trabajo tomo el autobús escolar que sigue la ruta a mi casa. Me siento junto a Casie, quien interpretó a Sharphay Evans.

-Hola señorita Casie, no te vi en la fiesta para felicitarte.

-Es que estuve de aquí para allá, es lo malo de ser anfitriona.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora