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Los días en California se me pasaron muy rápido, fuimos a pasear a todos lados, conocí Disneyland, fui a Hollywood y la calle de la fama, pude ver las manos y pies de Jennifer Lawrence y Emma Watson en el piso, fua agradable ir a la playa con los chicos de México, me gustó ir.

El tiempo pasó muy rápido.

Ahora bajo del avión, mi familia nos espera a Edgar y a mi para ir por fin a casa. Yo quisiera ir a descansar, pero la triste realidad es que tengo que ir a trabajar en un par de horas, así que tomaré un baño y dormiré una hora para luego ir a Teens y por fin ver a Alex.

Al salir del pasillo que conecta al avión con el aeropuerto busco a mi familia, ahí están todos, a excepción de Kaitlyn, quien está en la escuela.

Corremos a abrazarlos, nos llevan a casa.

-¿Irás a trabajar? -le pregunto a Edgar.

-Tengo qué ¿Tú?

-Sí.

-¿Y hablaste con Alex?

-No pude, perdí mi teléfono; lo encontré en manos de Jack y sin batería, resulta que no sé como le daño la batería y ahora tengo que mandarlo a arreglar.

-¿Conoces a Dan?

-¿El de los ojos de ardilla?

-No, ese es Jan. El que yo te digo está a unas calles de donde vivimos y sabe reparar teléfonos, tiene su taller junto al cine de la plaza -me explica.

-Okay. Gracias.

-¿Te vas a banar? -asiento.

-Después dormiré un rato y luego me voy, tengo... -veo el reloj de la cocina- tres horas y medio.

-Uy, no pierdas tiempo.

-Ja. Nos vemos al rato.

Dejo mis maletas en la sala y subo al baño, giro la llave del agua caliente y me comienzo a quitar la ropa, cuando el agua está lista entro.

Me tallo el pelo y el cuerpo y espero un rato antes de salir, me relajo un poco. Cierro la llave y enrollo la toalla al rededor de mi cadera, al salir del baño me fijo en que no haya nadie en el pasillo y subo rápido a mi cuarto. Lanzo mi ropa al bote de la ropa sucia y me pongo el uniforme de Teens.

-A dormir -susurro.

Me aviento a mi cama, me tapo y por fin cierro los ojos para dormir.

Gruño al escuchar la alarma que puse.

-Maldita sea -susurro.

Me incorporo, sin querer levantarme veo fijamente la pared hasta que me paro y me pongo zapatos. Bajo por algo de comer para el camino.

-¡Ethan!

-¡Kaitlyn!

-Te extrañé mucho primo.

-Y yo a ti pequeña ¿Quieres manzana? -extiendo mi mano.

-Gracias, pero no gracias -toma un par de uvas-. Prefiero las uvas.

-Al menos comes fruta -me encogo de hombros.

-¿Ya te vas a trabajar?

-Sí -pone cara de tristeza-, cuando salga vendré por ti e iremos por algo, no que tú quieras ¿Qué dices?

-¡Sí! Corre -comienza a empujarme- no queremos que se te haga tarde.

Tomo mi mochila que estaba en el sillón y salgo de la casa, vaya manera de correrme.

Un amor complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora