Capítulo 16.

2.5K 78 28
                                    

¿Por qué no me había enterado de ese suceso antes? Llevaba casi toda mi vida viviendo en el pueblo y jamás había escuchado acerca de aquella excursión en el bosque del cual solo una sola persona apareció en muy mal estado. Según el artículo del periódico que logré conseguir en su totalidad, la chica que en aquella época tenía quince años, Luisa Villanueva, quedó lastimada por las aparentes mordeduras y por las extrañas quemaduras en todo su cuerpo, y estaba en estado de shock. 

No éramos los únicos. Alguien más había vivido el horror en el que estábamos sumergidos hasta el cuello. Rápidamente, con el periódico entre mis manos caminé hasta la bibliotecaria, que se hallaba leyendo uno de los libros más famosos del mundo: La Biblia. Sus finas cejas estaban unidas, en un intento de concentrarse. Luego de haberle preguntado acerca de la leyenda, la mujer se puso nerviosa.

-Disculpe.- dije en un tono algo más alto de lo usual, sacando a la mujer de su lectura religiosa. Dirigió una mirada aguda hacia mi, y sus labios se fruncieron hasta quedar una línea fina.

-¿Qué?- dijo la mujer. Al parecer, no le gustó el tema de mi investigación, pero el problema sería que me vería a menudo en este lugar. Entre todos estos libros, debía haber uno que nos indicara como salvarnos de lo que querían los seres que habitaban dentro de ese lugar. Tenía que haberlo.

-Luisa Villanueva... ¿Sigue con vida?- pregunté. Había sido lo único que tuve en mente desde que leí que había sucedido algo igual muchos años antes. Necesitaba saber si aquella chica, que ahora tendría unos setenta años, había logrado vivir luego de haberla encontrado tan grave como lo manifestaba el artículo.

-No se de qué me hablas. Yo trabajo en la biblioteca, no en servicios sociales o en la policía.- dijo la mujer en un tono que dejaba claramente ver lo despectiva que podía llegar a ser. Pero la verdad, ninguna de sus palabras me hicieron efecto. Tenía cosas mucho más importantes que hacer que sufrir por una mujer deprimida y solitaria como ella.

-La mujer del artículo del periódico.- dije, mostrándole la primera plana del diario regional, donde se mostraba una foto en blanco y negro de los policías en el bosque- Usted debe saber si sigue viva. Si el periódico está en su lugar de trabajo, debe estar enterada. Necesito saber si sigue viva.-

La mujer miró con sorpresa el papel, y luego de unos cuantos desesperantes segundos de silencio, finalmente decidió hablar.

-Sí. Esa señora sigue con vida. Está internada en el pabellón de psiquiatría del hospital, al otro lado del pueblo.-

¿Internada? ¿Psiquiatría? ¿Acaso la mujer había estado tantos años encerrada en el manicomio del pueblo? Seguramente, nadie le había creído cuando contaría la versión de lo ocurrido, aunque fuese la más correcta narración.

-¿Es... Está segura de eso?- pregunté, anonadada. Algo que no debería estar, porque era completamente lógico. De no estar en este embrollo, no le habría creído nada a quien me contara que todos los cuentos acerca del agujero eran reales.

-Completamente. Es un pueblo pequeño, y todo se sabe. No hay muchos enfermos mentales en el hospital, pero ella es la más conocida. Ahora, si no te molesta, quisiera volver a mi lectura.- dijo, y sin esperar respuesta de mi parte, retomó su biblia de bolsillo y comenzó a leer.

Estuve unos segundos de pie frente al mostrador, hasta que finalmente me decidí. Iría al psiquiátrico a ver si Luisa Villanueva estaba tan loca como todos pensaban. Si ella había sobrevivido, algo habría hecho. Pero no podía ir yo sola y menos a esta hora. Ya estaba anocheciendo, así que las horas de visita ya se habrían acabado hace un buen rato, por lo que, con un gesto con la mano, me despedí de la bibliotecaria, dejando el anuncio del periódico en su mesa.

El Agujero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora