Capítulo 4.

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Después del momento tan bonito que estábamos pasando y teniendo, abrazados unos a otros como si no hubiera un mañana, todos bien con todos y demás, decidimos ya separarnos. Más que nada hacía una calor que era insoportable y tampoco nos podíamos quedar así toda la vida, aunque si por mi fuera...

Cada uno nos pusimos al lado de nuestras respectivas parejas y fuimos caminando y visitando todo El Retiro. Yo lo había visitado unas cuantas veces ya, desde que me mudé a Madrid calculo que unas 3 veces, y contando con que una vez vine de excursión con el antiguo instituto en el que estaba anteriormente, pero nunca lo he llegado a visitar de cabo a rabo. Hoy puedo decir que lo he visitado entero, sin faltar ni el más mínimo rincón del parque.

La tarde estuvo llena de momentos de risas, locuras con mi mejor amiga, carreras, empapados por agua hasta las pestañas...en conclusión: fue una de las mejores tardes de toda mi vida. 

Hubo un momento de la tarde en la que ya estábamos más tranquilizados debido al cansancio que teníamos y a que además se estaba haciendo de noche, así que decidimos dar un paseo como última actividad antes de salir de allí. En aquel momento, se vino a mi cabeza un flashback de cuando estábamos Blas, Alejandra y yo sentados desde el principio en el banco, cuando yo estuve contándoles lo que me había pasado con Francisco al comenzar la tarde en el parque y se dieron un beso. Quería preguntarles a ambos que qué me había perdido justo cuando yo estaba discutiendo con mi novio, pero claro, esa idea se me esfumó de la cabeza rápidamente. No quería agobiarles y tampoco me quería meter...pero bueno, ¿qué estaba diciendo? tenía todo el derecho a saberlo, aunque de igual modo, tarde o temprano, yo me iba a acabar enterando seguramente por Alejandra, así que me armé de valor.

- Bueno...y a todo esto perdonad mi retraso, vivo en Canarias realmente -me empecé a reir- pero...¿estáis juntos ustedes dos?-.

Empecé a señalar con mi dedo índice a Alejandra y Blas, moviendo el dedo de un lado hacía otro. Se quedaron mirándome como si estuviera loca o algo, luego se miraron entre ellos dos y Blas carraspeó para poder aclararse la garganta. 

- Emmm...se podría decir que si pero no.

- Genial Blas, me he quedado igual que antes o incluso más hecha un lío todavía...si algún día te vas a dedicar a ser profesor, por favor, piénsalo dos veces.

Alejandra, Francisco y yo empezamos a inundarnos en unas fuertes carcajadas hasta llorar a causa de tanto reir. Blas nos siguió también aunque un poco más tarde que todos nosotros, y añadiendo en que se puso rojo de la vergüenza, tanto por la pregunta que le hice a él y a mi amiga como por mi respuesta. Pobre, no fue intencionadamente.

- Vamos a ver - resopló -, para entendernos...estamos de rollo.

Odio eso. No niego que no haya estado de rollo con otros chavales antes de comenzar mi relación estable actual, pero por lo menos, la gran mayoría de mis rollos, jamás acababan en un final feliz y estable.

- Ahora se entiende lo de antes en el banco... - dije mientras arqueaba las dos cejas haciendo movimientos de arriba hacía abajo, poniendo a la vez una expresión de pervertida (por decirlo así de alguna manera) y mirándolos a los dos de reojo.

No les dió tiempo ni a musitar palabra alguna y ya estaban, cada uno, con las mejillas encendidas al más rojo vivo y mirando a todos los lados posibles evitandose mirarnos y mirarse entre ellos, y mientras sonreían al aire. Para colmo estaba al caer la noche y más se les notaban. 

Si, estaban hechos el uno para el otro, definitivamente.

- ¿Vamos lléndonos ya? Está empezando a oscurecer y a mi la noche en el parque me da miedo - dije con tono un poco asustadizo.

Corazón a oscuras (Blas Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora