Capítulo 20

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Reconocería ese timbre de voz. Esa dulce, melódica y preciosidad de voz la reconocería en cualquier lado. A miles de millones de kilómetros de distancia. E incluso en el mismo cielo. La única respuesta que pude dar en aquel momento improvisado fue sonreir, y mucho. Sus palabras,su voz....me hacen sentir y llevarme a pensar que estoy en los mejores brazos que una persona podría estar. Y si son en los de un ángel como es él, mucho más.


— ¿Blas? ¿Qué haces desp...?


Y, justo cuando iba a darme la vuelta al mismo tiempo que terminaba de preguntar, noté unos cálidos pero a la vez necesarios labios depositarse sobre los míos. Continué el beso, sin importar lo demás. Éramos yo y él contra el mundo. Y nadie más.


— Perdón por haber sido tan bobo. Jamás me lo perdonaré.


Yo únicamente asentía para mis adentros, puesto que no quería parar.Me costó entenderle, pero acepté internamente sus disculpas. Y él se dio cuenta cuando, en este momento, no necesitaba otra cosa más que de él y sus besos. Esos que dejan siempre un poco de adicción,la similar que podría dejar el chocolate en sí. Los besos fueron aumentando y subiendo de tono, como casi siempre. Blas ya estaba encima de mi. Y sin su respectiva camiseta. Yo sólo sudaba y en ocasiones jadeaba. Y únicamente parábamos para coger el aire que nos faltaba, pero luego continuábamos saciándonos. Lo echaba de menos. Me echaba de menos. Lo sé. Y creo que nos merecemos una reconciliación digna de recordar de una vez por todas


Y, no sé si fue la casualidad, el destino, el karma...pero, justo en el momento más interesante de nuestros asuntos a resolver, llamaron al timbre de la casa. Reaccioné y salí de mi mundo lleno de perversiones momentáneas, pero Blas no paró.


— Han llamado a la puerta...Blas...


Me costó decírselo entre beso y beso, pero aún así sabía que se había enterado. Del timbre y de la reafirmación por mi parte de que habían llamado. Y él continuaba a lo suyo.


— Meda lo mismo. Un poquito más, por dios... —jadeó en tono casi suplicante.


— Te entiendo porque yo estoy igual, pero está feo no contestar —afirmé levantándome.


Suspiré tan fuerte como el cuerpo me permitió y salí de aquel jardín hacía dentro de la casa muy decidida. Miré el reloj y mientras me preguntaba en ese mismo instante quién sería a las...¿10 de la mañana? El tiempo pasa volando.

—¡Sorpresa! —gritó Rocío, al mismo tiempo que su entusiasmo se convirtió en asco —Ah, hola —agachó la cabeza.


— Pasa.Estás en tu casa (mentira, estás en la de mi querido Blas...y por él vas a entrar, que sino te dejaría yo entrar pero para cortarte esa lengua de furcia que tienes).


Mucho antes de que le contestara tal, Rocío ya estaba en mitad del pasillo, caminando dirección a la cocina. Desde luego si que se ha tomado a rajatabla lo de que está en su casa. Menuda es la chica de educada. Y luego todos me dicen que es "buena"...pero con pequeños gestos como estos sé que se equivocan. Tiempo al tiempo.


— ¡Rocío! — exclamó Blas mientras se intentaba echar una camiseta hacía abajo e iba caminando hacía esta — ¿Qué pasa?

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2016 ⏰

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Corazón a oscuras (Blas Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora