No. No era posible que él me halla llamado. ¿Por? Simple. Él no sabe nada de mi desde hace años y no es posible que ahora venga. Es tonto. No tenía ningún motivo de llamarme, seria ilógico, estúpido y enfermo. Tal vez me hagan mal ver muchas películas pero, de algo estaba segura y no, era imposible de que Nathan me haya llamado.
Antes de llegar a esa conclusión, había llamado a Nate por las dudas, pero no. Hice lo mismo con varios de mis amigos, conocidos, vecinos, hermano y padres pero nada. Había llamado a Justin para ver si había sido él quien había llamado pero lo negó tras una buena carcajada por mi preocupación. Imbécil. De una u otra forma mis posibilidades o mejor dicho, esperanzas se habían ido desvaneciendo con cada llamada que hacía y, poco después, había llegado a la conclusión de que Nathan, cosa que no creo, me había llamado. ¿Y que tenía de malo? Todo y a la vez nada. Lo sé, muy contradictorio. Todo por que no quiero volver a vivir todo esto, será demasiado egoísta pero solo quiero lo mejor para mí y eso no está mal. Él me enseñó a ser fuerte, a no dejar que algo me hiciera daño pero... a la vez me hizo saber lo que es estar con el corazón roto. Y nada por que, de algún modo, no me podría hacer daño, -más de lo que ya me hizo, claro esta- Y supongo que no.
Nathan, es parte de mi pasado o, a lo mucho eso quería que sea pero, siempre tiene que haber algo que me haga recordarlo y, quizá, no olvidarlo. Pero no tengo que guardarle rencor, quizás tuvo un motivo por esperando cual irse, como tal vez no.
— No, no creo que sea tan idiota para llamarte. —dijo, Samantha haciendo una mueca.
— Créeme, ha echo cosas más idiotas que esas. —admiti. Y en cierta forma era cierta, tal vez sea que de su idiotez me había enamorado.
— No sé, Nathan no es tonto. Si él sabe que te hizo daño, ¿Por qué llamarte? Es decir, seria enfermizo. —comentó, entre dientes.
Samantha se había enterado de todo por boca mía, y de James, además había entrado al papel de "mejor amiga protectora de imbeciles" Era un pequeño juramento que habíamos hecho de niñas al decir que nos cuidaríamos mutuamente. Y hasta ahora es así.
— Tal vez, es demasiado confuso. Pero no creo que él haya sido pero si lo es, tendría su numero. — comenté, echándome en mi cama.
— ¿Eres idiota o te haces? —se paró de un tirón y me jalo del brazo.
— Oye, no lo soy, —me miró — bueno, tal vez un poco. Come sea, y ya llamé pero nadie contesta.
— Hay que llamar de otro lugar. —dijo, haciendo un gesto con el dedo. —Ahora, dame el número.
Busqué en el registrador de llamadas y le di el número de teléfono a Samantha, aunque yo sería pensando que era una pérdida de tiempo. Pero, al fin y al cabo, ella lo pierde yo no.
— A veces me pregunto cómo fuiste novia de Nathan. —le golpeé en el hombro, ofendida —Ya, ya. Eres demasiado santa a veces.
— No siempre. —me queje.
— Supongo. —se encogió de hombros, desprocupadamente — Está llamando.
Me puse la almohada en mi cabeza. Esta chica nunca va a cambiar. Y tampoco quiero que pase, es decir, ella es la loca de las dos. Todos tenemos una amiga así y no la cambiaría por nada.
— ¿Te contesto? —pregunté, con sarcasmo.
— ¡Cállate! —exclamó, yo rodé los ojos. —¿Hola?
En ese momento mi corazón se paró — literalmente, sino ya estuviera muerta aunque eso creó que queda claro pero mejor es explicarlo explicitamente—

ESTÁS LEYENDO
No Te Acerques A Él
Fanfiction«Sé que al estar junto a ti te pongo en riesgo pero, cariño, toda historia tiene riesgo»