She's bad.

Capítulo 8: Regaño Matutino.

Esa mañana tenía miedo de llegar a la escuela. No era porque tuviera examen, una exposición o tuviera que entregar una súper tarea y que no la haya hecho... era por la pelea del baile de bienvenida. Sí, por eso.

Pero claro que también había otra cosa por la cual tenía miedo de ir a la escuela y es que era por una simple y sencilla razón: Me regañarían.

¿Quiénes? Pues todas, Airi, Summ, Pepper y Natasha y hasta puedo jurar que también lo harían Pablo, Edrian y Damian.

La que más miedo me daba era Airi, Natasha y Damian ellos si regañan feo, como todos unos padres de familia.

Sin darme cuenta ya estaba afuera de la escuela, suspire, apreté con fuerza las correas de mi mochila y comencé a caminar a mi salón, sentía que las piernas me temblaban, tenía más miedo que cuando mis papás me regañaban y sé que si se enteran también me regañarán pero digo, ¿no tienen porque enterarse o sí?

Seguía caminando por el pasillo, todavía seguían pegados los folletos, carteles, anuncios y todas esas cosas del baile de bienvenida, sentí un mareo cuando estaba a nada de llegar a mi salón.

Tomé aire y sentí como mis manos comenzaron a sudar de los nervios, tomé valor y pasé hacia mi salón.

Estaban todos menos Jade, la única que podía salvarme de todo esto.

Camine hacia mi lugar y sentía que todas las miradas estaba sobre mí, no solo las de mis amigos sino también de los otros chicos que estaban en ni salón. Deje mi mochila con muchísimo cuidado sintiendo que si hacia un movimiento brusco empezaría todo.

Tomé mi silla y me senté, todo comenzaría en 3...2...1... Dios me ampare.

-¡¿Por que lo hiciste, eh?! -preguntó Airi.

Yo la voltea a ver y se veía muy, muy enojada.

-Es...

-¡¿Es que estas loco?! -espetó Summer.

-No, yo...

-¿En el baile? ¡No nos jodas, Aidan! -gritó Natasha recargando sus manos en mi mesa provocando que yo me hiciera hacia atrás hasta arrinconarme en mi propia silla.

-Lo sé, y perdón... pero...

-¡¿Pero qué?! ¡Pero nada, Aidan! -Pepper estaba bastante enojada, igual que las demás.

-Ya sé, pero no lo pude evitar -dije cuando todas las chicas dejaron de gritarme.

-Tú no eres así -habló Pablo completamente sorprendido.

Fruncí él ceño, tiene razón, en otra ocasión jamás hubiera optado por resolver un problema con violencia.

-¿Defendiste a Jade, no? -indagó Edrian mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

Yo asentí sin levantar la mirada.

-Eso quiere decir que te involucraste en una pelea por ella, ¿no? -Esta vez fue Damian él que preguntó. Su tono de voz tenía un toque muy venenoso.

Alce la vista y lo mire fijamente. Tenía que contestar.

-Sí. Así fue.

Todos se voltearon a ver con miradas que yo no supe descifrar.

-¡Jamás vuelvas a pelearte! -advirtió Airi apuntándome con su dedo índice.

La puerta del salón se abrió de golpe dejando ver a una Jade en un pantalón de mezclilla rasgado, unos vans negros una camisa amarrada en su cintura y una playera blanca. Se veía... jodidamente bien.