She's bad.

Capítulo 30: Mi miedo se hizo realidad.

Debía armarme de valor para ver a Alisson, sé perfectamente que no quería verme hasta que pasaran los exámenes pero los exámenes  eran en una semana y media, no podía espera más.

No podía seguir fingiendo más, no quería lastimarla y no quería seguir lastimandome a mí.

Y ya tenía que decirle a Jade como me sentía, ya no podía aguantar más, yo sé que me mandará al carajo pero ya no podía aguantar, ya el corazón me había cobrado factura en los desvelos, en las ojeras, en mi manera de ser. Simplemente ya no podía aguantar más pero ahora lo importante era hablar con Alisson.

Porque quería que Jade supiera pero estando solos, en un ambiente neutro. Para que si me rechazará que era obvio, soló estaríamos yo y ella.

Tendría que interceptar a Alisson porque podría jurar que me estaba evitando y estaba bien, no podía reclamarle nada.

¿Por que tengo que lastimar a la persona que fue valiente para darse una oportunidad?

Estaba sentando en las jardineras esperando que bajara, según Diego estaba ahí y es que así como todos se dieron cuenta de que Alisson fue mi novia por ende que se enteraron de nuestro "tiempo" y los miembros del consejo no me hablaron durante dos o tres días pero después me dijeron que los entendiera, que Alisson era su amiga y no les había parecido que mintiera a lo que yo no me opuse, yo también habría hecho lo mismo.

Mi celular vibro, tenia un WhatsApp de Diego

"La pequeña ya salió del salón, interceptala en las escaleras"

Guardé mi celular y caminé para poderla alcanzar, esta vez no se iba a esconder.
La vi bajar y me puse en medio importandome una mierda los demás estudiantes.

—¿Podemos hablar? —pregunté ella estaba tres escalones arriba de mí así que estaba más alta.

Suspiró. Yo le rogué con la mirada.

—Aidan te dije qué... —puse una mano entre ambos para que se detuviera.

—Lo sé, lo sé, pero no podemos continuar así. Yo no quiero continuar así.

Yo extendí mi mano y le sonreí, era una sonrisa que pedía a gritos un perdón.
Ella asintió lentamente para después tomar mi mano.

Sin saltarnos las manos nos dirigimos a la cancha de fútbol que en esos momentos se encontraba completamente sola. Subimos las gradas y nos sentamos.

—¿Como has estado? —pregunté, tenia muchísimo miedo.

—Bien, ¿Diego te dijo que iba bajando verdad?

—No... él... —ella alzó una ceja, yo sonreí un poco —, sí.

—Agh... le dije que no se metiera.

—Y no se quería meter pero le rogué muchísimo para podernos cruzar.

—Te estaba evitando.

—Lo sé y sé porque.

—Entonces, ¿esto es todo? ¿Hasta aquí llegamos?

—Créeme que si pudiera yo...

—Responde —ordenó.

—Sí, hasta aquí llegamos.

Ella asintió lentamente. Yo me acerque a ella y la abracé, empecé a llorar.
En un primer instante se quiso alejar pero yo la abrace con más fuerza así que después paso sus brazos alrededor de mi cuello.

Nos quedamos así unos 5 minutos hasta que deje de llorar. Porque sí, de los dos, yo era el que estaba llorando.

—En serio que lo intente pero...

—¿Pero no pudiste amarme?

—No. Lo siento.

—Esta bien, yo... lo sabía, sabia que estabas enamorado de Jade pero quise intentarlo.

—Perdón, no te lo mereces.

—Esta bien, en serio, desde el principio me metí a una guerra que sabía que no iba a ganar pero no me quería quedar con las ganas.

—Pero es que...

Ella puso sus manso en mis mejillas.

—Aidan esta bien, yo estoy bien, quizá lo único que me molesto es que tardaste muchísimo en decírmelo.

—Es que de verdad quería intentarlo contigo.

—¿Pero no funcionó?

—No.

—¿Estas muy enamorado de Jade?

—Tanto que me duele.

—¿Ella lo sabe?

—No.

—Se lo tienes que decir.

—Y lo haré —dije —, cuando terminen los exámenes se lo diré, pero que sólo estemos ella y yo para que cuando me de su respuesta solo seamos ella y yo.

—Si sabes que ella no te ama y te mandara a la mierda, ¿verdad?

—Sí —contesté —. Eso fue cruel.

—Quería vengarme un poquito —ella río y yo reí con ella.

—Esta bien.

—No te puedo asegurar que todo va ir bien pero aún así debes intentarlo Rojito -me miró —, debes prometerme algo.

—¿El qué?

—Cuando te rompa el corazón, no te claves tanto y trata de seguir tu vida.

—¿Por que me haces prometerte eso?

Ella suspiró.

—Porque te tengo muchísimo cariño y no quiero ver que te tires a la mierda, al menos no tanto.

Espero y que Alisson algún día encuentre a alguien a su altura, porque ella es increíble.

—Lo prometo.

—Así se habla campeón.

—Gracias.

Era lo único que le podía decir después de todo. Aunque no era suficiente. Pero era lo que se necesitaba en este momento.

—Mantendré un poquito la distancia contigo, digo, de aquí a que se me pase y encuentre a alguien menos emocional que tú, espero que lo entiendas.

—Sí, seguro, yo te entiendo.

—Entonces —se puso de pie, la imité y me dio un beso en la mejilla, el último que nos daríamos hasta que se sintiera bien, sentí mi mejilla húmeda, estaba llorando un poco —, gracias por romperme el corazón con la mayor dulzura posible.

Y se fue.

Lo que menos quería era romper el corazón de alguien y lo terminé haciendo.

A veces los miedos se hacen realidad.