Capítulo 22: ¿A que estoy jugando?

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“Porque Aidan me gusta y le pediré que salgamos”

Esas palabras estaba retumbando por toda mi jodida cabeza.

¿Pero es que que mierda? ¿Por que me lo dijo a mí?

Le estaba contando a Irina y Matt por Skype.

—En toda la semana Alisson creyó que era buena idea juntarse con nosotros porque lo hizo y siempre se sentaba al lado de Aidan —Exclamé, furiosa —. Aparte, me sometió a un jodido interrogatorio de mierda para saber que es lo que le gustaba a Aidan. Ella quiere con él, que investigue. Ni le cuesta nada. Vaya estupidez.

Sí, vaya estupidez mi enojo. Me dije.

—¿Y luego? —preguntaron ambos

—De solo recordar esa tarde en “Landis” hacia que mi corazón doliera. Porque cuando hablaban de Aidan mi corazón dolía.

“-Gracias por venir, Presi.

Yo asentí. Tenía que dejar de comportarme como irá completa imbécil. Me ofrecí a ayudarla y tengo que hacerlo.

-¿Que quieres saber de Lancaster?

-¿Se quedara a estudiar aquí o se irá?

-Se quedara.

-¿Cual es su color favorito?

-Azul.

-¿Comida favorita?

-Toda la que sea mexicana.

-Obviamente que iba a preguntar más y más personales pero no le diría todo. Me lo contó a mi y solo yo lo sabré.

Jamás les contare sus miedos, sueños y aspiraciones. Porque el desnudo su alma conmigo y por lo menos eso es lo que me quiero quedar para mí —terminé de contar viéndolos.

—Fue tu decisión —recordó Matt del otro lado de la pantalla.

—Sí pero… —Irina alzo la mano para que me callara. Chasquee la lengua y la mire molesta.

-No estés de estúpida Jade. Fue tu decisión, no seas más mierda de lo que ya eres —dijo haciéndome abrir los ojos con asombro —. ¿No quieres que este contigo pero tampoco con alguien más? No jodas.

—¡¿Crees que no lo sé?! —grité encolerizada —. ¡Sé que estoy siendo una completa mierda egoísta pero aunque no lo creas me duele como nunca antes me había dolido! ¡Estoy pensando en su felicidad!

—¿En su felicidad? —Matt pregunto irónico—. Vaya mierda la que estas diciendo.

—Oh por favor no me jodas tú también —dije con la mirada borrosa. Estaba llorando.

—Lo éstas haciendo única y exclusivamente por ti —Matt me miraba igual de molesto que Irina —. ¿Crees que nos tragamos esa estupidez de que lo estas haciendo por él?

Pase una mano por mi cabello para después poner mis brazos sobre la cintura. Bufé.

—¿Y porque lo hago entonces Matt?

—Porque eres una cobarde —dijeron ambos.

Esa respuesta me cayo como un balde de agua fría.

—Porque le tienes miedo a tus sentimientos —dijo Irina.

¿Querían acribillarme o qué?

—Porque tienes miedo del poder que tiene sobre ti, de como hacer que sonrías todo el tiempo y como llorar todas las noches —Matt estaba siendo bastante cruel —. Pero así es el amor. Y quizás es karma por todas las idioteces que hiciste.

—Entonces deja de ser tan patética llorando por algo que tu elegiste y se un poco valiente y hazlo —Irina estaba siendo igual de cruel que Matt, ¿era cosa de hermanos ser tan cruel o que carajos?

—Ya lo sé mierda pero eso no evite que yo me de asco y tenga ganas de llorar —tomé aire.

—Y esta bien, pero no te engañes y nos engañes diciendo que lo haces por él porque lo estas haciendo por ti, porque eres tan cobarde y porque tienes tanto miedo de que…

—¡No! ¡No es eso!

Cerré la computadora de un portazo y me recosté en mi cama.

No, no era eso. Jamás iba a ser eso. No. No y y no.



[...]



Cuando desperté vi que tenía un mensaje del grupo diciendo que nos reuniríamos en la casa de Jorge para ver un partido de fútbol.

A todos nos gustaba el fútbol y porque jugaba el equipo favorito de Jorge y Pablo.

Estábamos todos en la sala viendo el partido y platicando pero al que no veía desde hace un rato era a Aidan.

¿Donde estará?

Alisson si estaba aquí pero Aidan no. Que raro.

Me puse de pie y me dirigí hacia el patio trasero.

Abrí la puerta corrediza y ahí estaba él. Sentado en la orilla de la alberca con los pies adentro.

—¿Que estas haciendo? —pregunté sentándome en las sillas que había en el jardín.

—Ah pues no me gusta el fútbol.

—Sí, lo sé —él me sonrío y yo… sonreí

¿El poder que tiene sobre mí?

Lo noté.

—Aidan —lo llamé —, ¿que piensas de Alisson?

Él se puso de pie y tomó su vaso.

—Ah… Pues es muy guapa, inteligente, linda, amable...

-Y buena besadora.

El se sonrojo y le tomó a su vaso.

Me gustaba tanto hacerlo sonrojar. Me gustaba.

Yo solté una carcajada y me acerqué a él.

Puse mi mano en su pecho.

—¿Te gusta? —le susurré tan cerca de su labios que el se puso más rojo. Sentía su corazón palpitar al igual que el mio.

—E-Eh un poco…

—Tú le gustas.

—¿Qué?

Tomé sus lentes y me los puse. Lo miré.

—Acaso es que… ¿quisieras que tu me gustes? —dije con un tono de voz seductor. Mierda. Me sentía tan miserable.

El tragó saliva nervioso y miro para otro lado.

—¿Y bien?

—Ah…

Empecé a caminar hacia la puerta cuando me tomó de la mamo.

—¿A que estas jugando?

—Yo no estoy jugando a nada. Es tu problema si así lo crees, ten —le extendí los lentes y el los tomó.

—Yo no me estoy imaginado nada.

—Y yo no estoy jugando a nada.

Y me fui dejándolo ahí.

She's bad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora