Capítulo 25: ¿Cómo?

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Aunque era de noche estaba yendo hacia la escuela junto con mis papás y mi hermana ya que hoy era el viaje, el camión salía a las 10:00 p.m. y ya eran las 9:30 seguro que ya todos estaba ahí y me estaban maldiciendo.

Cuando llegamos a la escuela ya estaba el camión en el que nos iríamos y varios coches y todos los de último año.

Mi papa se estacionó enfrente del camión que nos llevaría.

—Ya abrí la cajuela —avisó mi papá bajando del coche para ayudarme.

-—Ayúdame Emma —pedí pero ella ni me escuchó porque traía sus audífonos. Bufe y baje.

—¿No olvidaste nada?

—Papá —comencé a hablar —, tranquilo. No olvide nada y sólo serán tres días.

—Lo sé.

Tomé mi mochila y me la puse en el hombro mientras bajaba la otra maleta.

—¿No me vas a ayudar?

—Solo son dos maletas.

Yo le sonreí mientras negaba con la cabeza.

—¡Eres un impuntual de mierda! —tomé aire mientras ponía los ojos en blanco. Sabía quién era.

—Hola, también me da gusto verte —dije con fingido fastidio.

—Hola señor Lancaster, perdone a este tonto —Edrian saludo a mi papá.

—Siento ofender a su hijo, señor Lancaster —Damián se disculpo apenado.

—Bueno, ya que están aquí tus amigos y que te ha recibido bien, me voy —papá se despidió de todos y al final me abrazo.

Fui y me despedí de mi mamá y de Emma. Más bien a Emma le mandaría un WhatsApp.

Tomé la maleta y me la coloque en el otro hombro para ir a donde estaban las maletas de los demás.

—¿Y las chicas? —me vi en la necesidad de preguntar por todas porque si preguntaba por Jade me vería muy obvio. O sea no es que no me importen las demás pero siempre tengo la necesidad de preguntar por Jade.

—Fueron por un café —Damián contestó viendo su celular.

—¿Un café? ¿Por qué?

—Porque Airi, Pepper, Sha, Summer, Jade y  Pablo estaba jugando pero la verdad no sé de que iba el juego pero el punto es que el que perdiera iba a comprar los cafés de todos…

—¿Y Pablo perdió? —interrumpí a Edrian.

—Sí.

Yo me reí, y así como son ellas se que tratarán de dejar en la bancarrota a Pablo.

Llegamos a donde estaban las maletas de todos así que deje las mías ahí.

—¡Las odio! —voltee porque escuché a Pablo gritar y a todas reír.

—Ay no te quejes —Jade abrazo a Pablo pero él se hizo ofendido.

—¿Que no me queje? —preguntó sorprendido —. Compré cinco cafés que no son para mí y los pidieron bien caros.

—Sólo son cafés —le dije para alentarlo cuando llegaron con nosotros.

—¡Aidan, ya ni yo los pido así!
Todos nos carcajeamos al ver su cara.

—¿Por que llegaste tan tarde, Aidan? —Summer me preguntó haciendo que todos enfocaran su vista en mí.

—Pues…

She's bad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora