En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en la segunda semana de exámenes.
Todo fue demasiado rápido, la última vez que había visto a mis amigos fue el día que estábamos estudiando en casa de Damián, no es que hubiéramos cortado la comunicación de tajo, porque obviamente nos veíamos en los pasillos y en las clases que compartíamos. A lo que me refería es que no hemos tenido un momento para juntarnos porque los exámenes están realmente difíciles y en cuanto acabamos unos nos ponemos a estudiar para otros así que prácticamente estábamos distanciados.
Solo nos veíamos un rato en el estacionamiento, platicábamos acerca de los exámenes, cuáles seguían y ya.
También la fiesta final se acercaba y el Santa Secreto, ni siquiera he ido a comprar el regalo de Pablo.
No solo los exámenes me traían en Jaque, Jade me traía en jaque, ¿por qué? Porque cuando no reuníamos en el estacionamiento las dos o tres veces que fueron, tres idiotas fueron por ella, cada uno en diferente día.
Cuando llegaban por ella no podía hacer nada más que ver como la persona que me gusta se iba con alguien más pero sinceramente no podía quejarme porque yo escogí esa opción pero es algo que simplemente no puedo evitar, me dan ganas de partirle la cara a todo idiota que se acerca a Jade pero después del enojo me dan ganas de llorar.
No creí que enamorarse de alguien fuera tan satisfactoriamente doloroso.
Porque sí, cuando te enamoras corres el riesgo de que te lastimen.
—¿Tienes una pelea mental? —la voz de Damián llamó mi atención, estaba al lado de mí, ¿a qué horas llego?
—Algo así —sonreí mientras caminabamos hacia el salón de carpintería.
—¿No te sorprende? —lo miré interrogante — ¿Que Jade tenga suficiente ligue pero no pueda encontrar a alguien que la valore?
—Creo que no necesitas de una persona para que sepas cuánto vales.
—Lo sé. Pero no está demás que una persona te lo diga.
—¿Se lo dices a Summer?
—Todo el tiempo.
—Pues qué suerte.
Nos detuvimos en el casillero de Damián porque iba a sacar un libro, no entiendo para que si casi no usamos libros en carpintería.
De pronto pasaron unos chicos enfrente de nosotros, no les presté atención hasta que escuché en nombre en particular, esos chicos iba hablando de Jade, y no cosas buenas. Esos hijos de puta y sus rumores de mierda
—Joel, espero que no sea mi amiga de la que están hablando —Damián se acercó a ellos desafiante. Yo me iba a acercar pero Damián me hizo una seña para que me quedara ahí.
—N-no como crees Rutherford —vi como el tal Joel estaba temblando.
—Eso espero porque para la otra no voy a llegar a hablar.
—Lo sabemos, sabes que a la presidenta del consejo nuestros respetos —dijo el otro chico. Ambos se fueron rápido.
—Me dan ganas de partirles la cara —dije con enojo acercándome a él.
—Creeme, a mí también pero es mejor solo advertirles.
—¿Por qué?
—Porque Jade siempre pide que no nos metamos en sus asuntos. Que si escuchamos que están hablando de ella lo dejemos pasar.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No lo sé pero como ves, no lo podemos evitar.
—Les hubiéramos partido la cara.
—¿Que te pasa? Tranquilo —Damián me miraba con confusión
Tomé aire y lo expulsé, tranquizandome. Tenía que hacerlo ya que si seguía actuando así, Damián podría darse cuenta.
—¿Y tú? —preguntó Damián volviendo a su casillero.
—¿Qué?
—¿No hay alguna chica que te llame la atención? —pregunto cerrando su casillero mientras me miraba serio.
¡Mierda! No me puede pasar esto a mí. No sé mentir y como no sé mentir se darán cuentan. Aparte, ¿que fue ese cambio de tema tan repentino?
—No... ¿por qué? —contesté, nervioso.
El frunció el ceño. Yo alcé ambas cejas.
—¿Te gusta Jade? —escupió mirándome meticulosamente.
¡Peligro!
—No. ¿Por qué? —si solo supiera que estoy enamorado de ella.
—Por nada. Es solo que tenía la duda.
—¿De qué? —comenzaba a molestarme.
—De nada Aidan, olvídalo, ¿quieres? —dijo con tranquilidad —, solo que recuerda que Jade y tú son de mundos diferentes.
—¿Mundos diferentes?
—Sí, tú eres un romántico y buena persona. Jade no es romántica y solo quiere jugar.
—A veces creo que atacas a Jade —respondí con rabia.
—¡No me jodas Aidan! Yo jamás atacaría a Jade, es mi amiga —exclamó claramente molesto, yo lo miré con asombro, suspiró y prosiguió—, no me malinterpretes Aidan, Jade es mi amiga y la quiero demasiado y es su vida y hace lo que quiere con ella pero no quiero que te lastime porque ambos son mis amigos.
—¿Crees que soy idiota?
—No, sé que eres inteligente pero el amor nos vuelve estúpidos y si por azares del destino te llegaras a enamorar de Jade no me gustaría ver que ambos se rompan el corazón.
Nos detuvimos antes de entrar.
—¿Cómo que ambos? —pregunté.
—Ella a ti y ella así misma.
ESTÁS LEYENDO
She's bad.
DiversosAidan se preocupa por los sentimientos de la gente Jade se preocupa por sus sentimientos. Aidan es tranquilo. Jade no lo es. Aidan es un romántico. Jade detesta el romanticismo Aidan cree en el amor. Jade solo quiere jugar. A Aidan le gusta repara...