Afortunadamente ya había terminado las dos semanas de exámenes, en cuestión de días subirían las calificaciones a la página de la escuela. Creo que me fue bien, jamás me va mal así que yo podía estar tranquilo.
También necesitaba ir al centro comercial a comprar el regalo del Santa Secreto. El día que fuimos a la casa de Edrian, quedamos en que el intercambio sería el mismo día que la "Fiesta Final" ya que el intercambio lo haríamos en la unas horas antes para después ir a la fiesta.
No es que me haya tocado una persona difícil, de echo me tocó la persona más fácil pero aún así, no sabía qué regalarle, por eso recurriría a alguien.
A Emma, mi hermana.
—Emma —toqué su puerta dos veces.
—Pasa.
Abrí la puerta y me metí.
—Necesito tu ayuda.
—¿Para?
—Para que me ayudes a escoger un regalo para un intercambio —dije sentándome en la cama, ella estaba en su computadora, como siempre.
—¿Cuando?
—¿Qué?
—Cuando iremos a comprarlo —dijo volteando a verme.
—Ah, pues ya —respondí.
—Está bien, también necesito ir a comprar uno —dijo abriendo su cajón y tomando su cartera.
Apagó su computadora y la cerró. Se paró de la silla dándome a entender que estaba lista.
Salimos de la casa aún seguía nevando, subimos al coche y nos fuimos directo al centro comercial.
No tardamos nada en llegar, pues nuestra casa era demasiado céntrica, todo nos quedaba súper cerca, la escuela, los bares, los centros comerciales, los cafés, los restaurantes.
Cuando llegamos al centro comercial estaba llenísimo pero con un poco de suerte conseguimos un buen lugar para dejar el coche.
Ahora nos encontrábamos buscando dos regalos, uno para Pablo y otro para Valeria, la amiga de mi hermana.
—Oye, ¿que me aconsejas regalarle? —pregunté mirando los escaparates.
—¿A quién?
—Es Pablo.
—Si mal no recuerdo a Pablo le gustan todas esas cosas de los ovnis, la vida y el universo, ¿no? —dijo entrecerrando los ojos.
—Seh.
—Pues regálale una de esas chamarras que traían muchos aliens en ella y un libro.
—Me gusta tu idea pero aquí no hay de esas —señalé viendo las chamarras.
—Aquí no, en la friki plaza —dijo con obviedad.
—¿Tú que regalarás? —pregunté mientras seguía a Emma.
—Un suéter.
Llegamos a la ropa y no tardó mucho en escoger, según ya había venido a ver para que la próxima vez ya supiera cuanto costaba y nada más venir, tomarlo y pagar así que ahora estábamos caminando a la friki plaza.
Efectivamente, sí vendían las sudaderas que dijo Emma porque no era chamarra, era sudadera. Deberían aprender a diferenciar entre una chamarra y una sudadera.
Tomé la sudadera en talla grande, era de color negra con muchas cabecitas de aliens blancas.
—Me gusta, me vendré a comprar una —dijo Emma a mi lado.
—Sí, también me gustó a mí.
—Oye, ¿te puedo preguntar algo?
—¿Hm?
—¿Has estado llorando? —preguntó suavemente.
Yo me detuve en seco y la miré, con asombro.
—No...
—No sabes mentir —yo seguí caminando —. No mientas, tú no eres así.
—¿Y como soy entonces? —tenía que relajarme, estaba muy a la defensiva.
—Pues tú no eres el típico estereotipo de hombre —la miré —, tú lloras si quieres hacerlo, le dices te quiero a todos si te nace hacerlo al igual que los abrazos.
—Lo sé.
—¿Me puedes contestar ahora?
—Sí, algunas veces.
—Lo sabía.
—¿Cómo?
—Pues es que ves que me gusta dormir tarde —asentí —, al rededor de las 3 de la mañana pasé cerca de tu cuarto y escuché un ruido extraño, así que me pegue a tu puerta para poder escuchar mejor y escuché sollozos.
—Sí. Era yo.
—Pues claro que eras tú, ¿pero por qué?
—Te contaré... —iba a empezar a contar cuando me interrumpió.
—Vamos por un café y ahí me lo cuantas mejor —propuso mientras sonreía.[...]
—Hace bastante frío y te pides un Frappé... —Emma me estaba mirando con desagrado.
—Si nos vamos a quejar de lo que pedimos, solo veníamos por un café y terminaste pidiendo un pastel también —me quejé —, no ayudas a mí bolsillo.
—Solo son dos cafés y una rebanada de pastel —dijo mientras estaba contando un pedazo de pastel —. Además, eres mi hermano.
—Pero... —me interrumpió.
—A lo que venimos, cuéntame —bufé y la miré mal, ella solo sonrió y prosiguió a comer su pastel. Suspiré.
—Bien... Cuando llegamos de Japón, ¿recuerdas que quede con mis amigos porque me iban a dar la bienvenida?
—Lo recuerdo.
—Pues se suponía que iban a pasar por mí pero no pasaron, pasó alguien más. Una chica.
—¿Su nombre?
—Jade Standall —dije para después tomar de mi Frappé.
—Continua...
—Cuando ella pasó por mí, no me iba a subir a su coche pero sabía mi apellido así que lo hice porque me infundia bastante confianza para cuando llegamos al bar se nos acercó un chico baste ebrio, no recuerdo su nombre pero le dijo a Jade que si era "otro" Jade lo mando a la mierda y me jalo alejándome de él, él solo gritó "yo sí lloré".
»Jade lo ignoró y pasamos al lugar, convivimos y después de un rato yo pregunté por ella, me dijeron varias cosas pero una en particular que llamó mi atención fue que Damián me dijo "cuidado con enamórate de ella."
—¿Por qué?
—Pues porque Jade sale con muchos chicos, demasiados y...
—¿La estás juzgando? —Emma preguntó con un notorio enfado.
—¿Qué? ¡No! —exclamé —. Es su vida y puede hacer con ella lo que quiera, sí un chico puede salir con muchas chicas y no se le juzga lo mismo puede hacer una chica.
Emma asentía lentamente.
—Una vez me preguntó que si había escuchado rumores de ella, yo dije que no pues acaba de llegar entonces ella me dijo que los rumores se basaban en que ella era una puta —expliqué, Emma estaba cada vez más interesada —, el punto es que la fui conociendo y me di cuenta que ella está ajena a una relación, que no quiere nada serio para seguir haciendo lo que hace porque según ella es más divertido así...
—Espera es que yo no quiero saber si la conoces, ya vi que sí. Lo que quiero saber es porque lloras
Suspiré, era hora de soltarlo todo, sí Natasha ya lo sabía, mi hermana también.
—Lloro porque... porque sé que ella jamás querrá tener una relación conmigo, porque sé que ella se va a burlar de mí en cuanto le diga lo que siento porque ella no quiere nada serio, porque ella va a romperme el corazón porque ese es su deporte favorito... —me pasé las dos manos por la cara tratando de no llorar.
—¿Cuando te diste cuenta?
—N-No lo sé, simplemente sé que con el paso del tiempo estaba provocando cosas en mí, cosas que jamás pensé experimentar y tú lo sabes, sabes que no cualquier chica me llama la atención.
»Cuando anduve con Ana fue muy lindo y todo pero jamás me hizo sentir lo que Jade provoca con solo sonreír o decir una palabra, Jade ha sido la única chica que haga que mi corazón se acelere y se detenga al mismo tiempo, que hace que la siga a todas partes, manipula mis decisiones, cuando estoy con ella hago cosas que jamás había hecho. Y creo que me gustó desde el primer día y me fui enamorando todos estos meses, antes de saberlo ya la estaba viendo, ya la estaba buscando, pensándola, imaginandola, cuando la veo en un primer instante me pongo nervioso, me tiemblan las piernas, me sudán las manos, me sonrojo. Pero cuando estoy junto a ella, me inunda una tranquilidad que es c de explicar con palabras. Y no me di cuenta hasta que la vi besando a otro tipo el día del partido de Pablo. Ese día sentí por primera vez el dolor en el pecho del que todos hablan.
—¿Cosas que jamás habías hecho?
—Me peleé una vez por ella.
—¿Como fue?
—Fue en el baile de bienvenida, como ya sabía estaba con un tipo, después de un largo rato me aburrí así que ya me iba ir y estaba apunto de hacerlo pero Jade estaba terminando con él, tan cruel que me detuve a ver. Discutieron un poco más para que después él le dijera que era una puta, me enoje, le pegué y le rompí la cara.
»Despues de unas semanas unos tipos también estaban diciendo cosas de ella, estaba apunto de pelearme, otra vez pero Jade me detuvo y me jalo, yo le reclamé y le dije que si no le molestaban los rumores, ella dijo que no y que no me metiera, le dije que no podía, que me importaba, entonces dijo que por la misma razón no me metiera.
—Demonios...
—Y es que ese día, me dijo que no le importaban, pero Emma... su cara y sus ojos decían lo contrario, se veía dolida, se ve que quiere que alguien le haga creer que el amor existe, que si existe la persona correcta. Que no es una perdida de tiempo enamorarse de alguien. Que puedes ser feliz estando con alguien. Que no está bien romper el corazón a la gente. Que no tienes porqué apresurarte que cuando menos te lo esperes alguien llegará. Que alguien te puede amar a pesar de tu pasado.
—¿Y que te da miedo?
—Ya te lo dije Emma, Jade no quiere una relación porque dice que es una perdida de tiempo, yo he sido testigo de que solo está con alguien dos días y de repente ya está con otro, ella dice que el amor es solo un invento, que no tenemos tiempo para enamoramos.
—¿Y tiene algún trauma o algo? —la miré curioso —. Ya sabes, algo como que su novio le puso el cuerno o algo así.
—No.
—¿Es así por qué quiere? —asentí —. Quizá simplemente no ha encontrado a la persona que la haga creer que si existe el amor y que no es una perdida de tiempo.
—Lo sé, es lo que digo —contesté recargandome en la silla —. Jade es muy coqueta por naturaleza así que hace bromas o acercamientos que hasta yo sabría que son por juego y así, pero un día sentí que no era un juego, que me lo decía de verdad.
—¿El qué?
—Siempre me dice que le gustan mis ojos grises y mi sonrisa acompañados de una sonrisa suya, pero ese día... ella estaba encima de mí porque nos caímos en la nieve así que estábamos muy cerca y me dijo que le encantan mis ojos y me lo dijo con una seriedad que hasta yo me espanté y siempre viene a mí, cuando le pasa algo, cuando quiere ir a un lugar, cuando quiere hacer una travesura, cuando necesita una opinión o cuando simplemente quiere platicar, siempre viene a mí.
—No lo sé hermano, las mujeres somos muy complicadas puede que lo diga en serio o puede que solo bromeé y por lo que me dices quizá solo te está engañando —la miré con tristeza —, pero puede que ella se esté engañando también al fingir que no está comenzando a sentir algo por tí.
—Cuando le dije que quiza pude haberle dicho que estaba enamorado de ella, ¿sabes que dijo? —me miró —, "Que se hubiera reído"
—Deberías arriesgarte y decirle.
—¿Y perderla? No.
—¡¿Y entonces que vas a hacer?! —gritó valiendole un carajo la gente que estaba alrededor —¡¿Callarte algo que sientes?!
—Sí, porque no quiero perderla.
—Que idiota eres, te lo estás rompiendo tú solo, ¿aunque sabes algo?
La miré con el ceño fruncido.
—Creo que ambos se están rompiendo el corazón, tú con ver todo lo que hace y no hacer nada más que eso, ver. Y ella, fingiendo que es súper divertido estar con uno y otro, escuchar rumores y sobre todo, de tratar de no enamorarse de la única persona que sabe que la quiere apesar de todo, que sabe que ese chico podría darle una oportunidad, tú.
—¿Qué...?
—Las mujeres no somos tontas, quizá Jade se está resistiendo y por eso sale con demasiados chicos para alejarte así que cuidado porque también como defensa y para alejarte aun más pueda decir cosas hirientes, muy hirientes.
—No creo, Jade no se va a enamorar de mí... ni de nadie.
—Aidan...
—Sabes, mi corazón se está rompiendo poco a poco con todo lo que hace y ya sea que lo haga directa o indirectamente no creo alejarme de ella y no quiero porque... uno no se puede alejar tan fácil de la persona que ama.
—Ay Aidan, jamás creí verte así.
—Ni yo.
—¿No le dirás nada?
—Se dará cuenta tarde o temprano.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque soy un libro abierto y porque me va a arrancar las páginas.
Emma sonrió con tristeza y yo sonreí de la misma manera.
Cuando terminamos nuestros café nos fuimos directo a casa, ya eran alrededor de las 8:30 de la noche, en todo el trayecto no hablamos nada, nos dedicamos a escuchar música.
Ya no había nada que hablar y yo ya no tenía ganas de hablar, me sentía triste, cada que hablaba del tema me inundaba una tristeza bestial, Emma dijo que puede que Jade este sintiendo algo por mí pero lo dudo mucho si sintiera algo por mí, dejaría de salir con quien fuera.
—El carro de mamá está en la cochera, tendrás que dejarlo fuera —la voz de Emma me saco de mis pensamientos, yo asentí y lo estacioné en frente de la casa.
—¿Sabes algo? —dije antes de que se bajará del auto —, cuando estoy con ella de solo pensar que la voy a ver o que estaré cerca de ella me pongo demasiado nervioso pero cuando estoy con ella me invade una calma inimaginable. ¿Raro, no?
—Es amor...
Bajamos del auto y no dirigimos hacia la casa pero en los escalones de la puerta principal estaba alguien sentado.
Mi corazón dió un vuelco tremendo y sonreí sin pensar.
—¡Hola hermanos Lancaster! —Jade saludo en tanto se ponía de pie.
Emma me miró y yo la miré a ella, nos acercamos, la saludé con un beso en la mejilla y Emma hizo lo mismo.
—¿Eres Jade? — preguntó Emma bastante curiosa —, ¿de qué color es tu cabello?
—Pues es muy castaño tirándole al rubio —contestó sonriendo.
—¿Por qué no estabas adentro? —pregunté —. Está nevando.
—Porque quise esperarte para que me acompañaras a comprar el regalo del intercambio y porque me gusta ver la nieve caer —me miró tratando de ocultar algo.
—¿Puedes meter esto y decirle a mis papás que regreso en un rato? —le extendí la bolsa del intercambio a Emma.
—Sí, un gusto conocerte Jade —se despidió de Jade no sin antes dedicarme un mirada de preocupación.
Yo le sonreí.
—¿Quieres ir al centro comercial? —indagué abriendo los seguro del coche, se subió e hice lo mismo.
Estaba apunto de meter la llave cuando detuvo mi mano.
—Quiero ir a la cancha de la escuela —aseguró sin voltear a verme.
Y yo... no pude decir que no.
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She's bad.
RandomAidan se preocupa por los sentimientos de la gente Jade se preocupa por sus sentimientos. Aidan es tranquilo. Jade no lo es. Aidan es un romántico. Jade detesta el romanticismo Aidan cree en el amor. Jade solo quiere jugar. A Aidan le gusta repara...