Parte 5

2.4K 214 22
                                        

Bueno, en realidad sí debí dormir un poco, porque cuando la luz del amanecer se coló por la ventana abrí los ojos para encontrarme a Anna completamente dormida, con el cabello despeinado, un pie fuera de la cama, su mano tomando mi mano y la otra mano bajo su cabeza.

─ Anna... ─ susurré en su oído ─ Anna... despierta ─ mi hermana seguía dormida, sólo había una manera de despertarla, la misma que ella usaba conmigo cuando éramos niñas ─ Anna... ¿Y si hacemos un muñeco?

─ ¿Un muñeco de nieve? ¿En serio? ─ preguntó Anna levantándose de golpe.

─ Claro, como en los viejos tiem... ─ no me dejó terminar de hablar, Anna ya estaba corriendo hacía el salón.

─ Vamos Elsa, nieve, nieve, ya ─ vaya que era impaciente, mis poderes habían mejorado demasiado desde la última vez que habíamos jugado en el salón, pero Anna era una chica sencilla que se maravillaba con las cosas simples pero hermosas de la vida, llené todo de nieve y no pude evitar iniciar una guerra, la primera bola de nieve se estrelló en su mejilla izquierda ─ Estás en serios problemas... Su Majestad.

Las bolas de nieve empezaron a volar por todo el salón, estrellándose en las paredes, los cuadros, y claro, en nuestros rostros. Fue tal el alboroto que a los pocos minutos estábamos las dos completamente cubiertas de nieve, recostadas sobre la nieve y tratando de recobrar el aliento, pero sin poder dejar de reír.

─ Anna, ven aquí ─ le dije levantándome y tendiéndole mi mano, me miró con dudas y se acercó ─ ¿Alguna vez has imaginado que eres una bola de nieve? ─ ella negó con la cabeza, me concentré un poco, y cree una burbuja de hielo alrededor de ella, la burbuja era lo suficientemente sólida para evitar un accidente, pero lo más transparente posible para que disfrutara la vista, creé una montaña de nieve bajo la burbuja, a la que sólo le faltó un empujón para salir rodando cuesta abajo, a una considerable velocidad, la burbuja sigo rodando alrededor del salón gracias a pequeñas montañas de nieve que iba creando, la burbuja no dejaba entrar ni salir sonido, pero podía ver a Anna reír llena de felicidad, con un éxtasis indescriptible y la emoción en sus ojos. Finalmente detuve la burbuja de hielo y la derretí.

─ ¡Elsa! ¡Eso fue increíble! ¡Fue genial! ─ me abrazó fuerte ─ no sabía que podías hacer cosas así, sí que has mejorado tus poderes. ¿O es el poder del amor? ─ me dijo guiñando un ojo, yo solté una carcajada e hice que cayera nieve de colores, Anna veía todo maravillada.

─ ¿Tienes hambre? Estaba pensando que podríamos pedir algo para desayunar ─ comenté construyendo una mesa y dos hermosas sillas de hielo.

─ Muero de hambre, sólo que lo olvidé por tanta diversión ─ respondió Anna riendo y sentándose a la mesa.

─ Entonces ahora vuelvo, no tardaré ─ dije saliendo del salón con rumbo a la cocina.

Era todavía bastante temprano, pero en Arendelle todos empezaban sus actividades muy temprano. Me imaginé teniendo una vida común, donde no fuera reina, ni Anna princesa, donde no fuéramos hermanas sino un par de chicas que se conocieron en una fiesta en el pueblo, levantarme temprano para ir a mi trabajo en el pueblo y visitarla durante el almuerzo... una vida en donde lo nuestro no fuera tan complicado y no estuviéramos en la mira de todo el pueblo, y aun viviendo una vida común tendría que lidiar con la gente que no lo entiende, que lo veo como algo enfermo y antinatural. ¿Habría más gente como yo en Arendelle? ¿Otras chicas o chicos que se sintieran atraídos por alguien de su mismo género?

─ ¿Cómo va la operación "conquistando a mi hermana"? ─ Olaf me tomó por sorpresa, venía con varios pastelillos en los brazos y la cara llena de jalea de fresas.

Tormenta DesatadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora