Tormenta Desatada

Parte 17

NOTA: El siguiente capitulo tiene contenido sexual explicito, si eres menor de edad o no te gusta este tipo de contenidos, sáltate este capitulo.

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ELSA POV:

Georgina me tomó de la cintura y me llevó dentro de la habitación entre besos, cerró la puerta tras de sí, una corriente eléctrica recorrió por completo mi cuerpo cuando una de sus manos bajó por mi espalda, sus ojos se posaron sobre los míos con determinación, sonrió de manera enigmática y sus labios abandonaron los míos para ir en busca de mi cuello, tuve que aferrarme a sus hombros pues sentí mis piernas flaquear, dentro de mi había todo un caos, como un volcán a punto de hacer erupción, una tormenta a punto de desatarse. Georgina deslizo lentamente la cremallera de mi vestido que terminaba al finalizar mi espalda, sentir su mano colarse en mi vestido, acariciándome sin la tela de por medio, me arrancó un suspiro, su mano subió hasta mis hombros, soltando un poco el vestido, que terminó deslizándose hasta llegar a mis caderas, donde se detuvo. Una parte de mí que no conocía despertó, una de mis manos, que hasta ese momento había estado en la espalda de Georgina, subió por sus hombros desnudos hasta su nuca, tomé su cabello para levantar su rostro y poder besar sus labios de nuevo, sentí su sonrisa contra mis labios mientras sus manos subían por mis costillas, pero de repente se detuvo.

─ Elsa... ─ dijo en un susurro agitado ─ si quieres que nos detengamos debe ser ahora, porque si continuo un poco más, dudo ser capaz de detenerme.

Me quedé pensando unos segundos, mirándola, su rostro a milímetros del mío, sus ojos anhelantes, su respiración agitada contra mis labios, hace apenas unos días le había dicho a Anna que el sexo era un paso muy importante, que era un acto de amor y entrega, y aquí estaba, medio desnuda, excitada y expectante, no amaba a Georgina, amaba a Anna, pero Georgina despertaba en mí una pasión inusitada, un deseo casi incontrolable, y a fin de cuentas era la persona con la que yo estaba saliendo. No estaba traicionando a Anna, ella estaba con Kristoff y yo con Georgina... Ni siquiera me traicionaba a mí misma, quería esto, lo quería ahora.

─ No quiero que te detengas ─ le respondí mirándola a los ojos, para demostrarle que hablaba en serio ─ quiero que continúes.

─ ¿Es tu primera vez, cierto? ─ asentí, esta vez sonrojándome un poco, bajando la mirada ─ no hay nada de qué avergonzarse, yo te enseñaré ─ sonrió pícaramente, sonrojándome aún más ─ eres hermosa, Elsa. Me encantas ─ sus manos se deslizaron por mis caderas, haciendo que el vestido finalmente cediera ─ ¿Te molestaría ayudarme con el mío? ─ me preguntó seductoramente, dándome la espalda.

Con manos temblorosas bajé la cremallera de su vestido, que se deslizó directo al suelo, su espalda, blanca y suave, quedó al descubierto, la rocé apenas con las yemas de los dedos, provocando que se arqueara.

─ Elsa... tus manos, están heladas ─ suspiró Georgina dando la vuelta.

─ Lo siento ─ murmuré ─ es p-por la magia, mis manos siempre... están... están frías, aunque yo n-no lo noto porque el frío no m-me afecta... ─ tartamudeaba, me había quedado mirándola, jamás había visto a una mujer desnuda por completo, y Georgina era hermosa.

─ shhhh, no es una queja, me gusta... y me gusta cómo me miras ─ dijo tomando mis manos y llevándolas a su cintura. Me atreví a tocarla con más soltura, su piel era suave y cálida ─ No seas tímida, Elsa ─ rio llevando mi mano hasta uno de sus pechos, lo rodeé con mi mano y presioné ligeramente, sus pezones se habían endurecido al contacto, sus pechos eran un poco más grandes que los míos, apreté con más firmeza, observando a Georgina, que había cerrado los ojos ─ No voy a dejar que te lleves toda la diversión, yo también quiero tocarte ─ soltó de repente ─ ven aquí ─ me tomó de la cintura y me arrojó a la cama con delicadeza, se sentó a horcajadas sobre mí.