Nunca había besado a nadie, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, sus labios eran suaves y cálidos, con un ligero gusto a cerezas, me separé de ella un par de segundos después, aún con su aroma impregnado en la nariz.
─ Georgina... yo... ─ intenté decir algo, pero volvió a besarme, esta vez tomando mi rostro entre sus manos, claro que no amaba a Georgina, ni siquiera sabía si me gustaba, pero sus labios sobre los míos despertaban sensaciones nuevas para mí, sensaciones placenteras, ese beso fue más largo ─ estoy enamorada de otra persona... no puedo hacer esto.
─ Y ella... ¿Te corresponde? ─ me preguntó mirándome a los ojos, con cierta tristeza en ellos, negué con la cabeza, ella asintió ─ te mereces alguien que sea capaz, que tenga el valor de corresponderte. Dame una oportunidad.
─ Georgina, no puedo, estoy enamorada y estoy haciendo todo para que esa persona se fije en mí, tal vez todo salga terriblemente mal, tal vez no haga más que empeorar todo, pero debo intentarlo...
─ No te pido que hagas nada, Elsa ─ me dijo tomando mis manos entre las suyas ─ sólo te pido que me permitas estar cerca de ti esta semana, déjame demostrarte que valgo la pena, que puedes enamorarte de mí, por favor...
La miré sin saber qué decir, me había dejado sin palabras, yo estaba segura de amar a Anna, pero también sabía que podía salir todo mal, que a Anna le gustaban los chicos, desde niña le han gustado, tal vez sería más fácil para todos...
La voz de Anna me llegó desde el salón, gritaba mi nombre, buscándome.
─ Lo siento, tengo que volver con mi hermana ─ dije alejándome de Georgina, con mil cosas en la cabeza.... Debí traer a Olaf conmigo, necesitaba de sus consejos.
─ Elsa ¿Dónde te habías metido? ─ me preguntó extrañada, con un plato de pastel en cada mano, de repente se acercó mucho a mi rostro ─ tu labial era rosa, no rojo... ¡Ah! Veo que tú ya te comiste el postre ─ dijo con un tono que no supe interpretar, mirando a Georgina que venía detrás de mí.
─ ¿Qué? No... no es lo que piensas ─ traté de explicarle, pero la enorme sonrisa, y la mirada enamorada de Georgina no ayudaban mucho.
─ Espero que esté pasando una hermosa velada, princesa Anna ─ le dijo a mi hermana con una sonrisa ─ estaré esperando tu respuesta ─ añadió girándose hacia mí, guiñándome un ojo, no pude evitar sonrojarme, empezaba a darme cuenta de que, casi contra mi voluntad, Georgina despertaba en mí algunas reacciones inesperadas.
─ Tal vez te hubieras divertido más viniendo sola ─ soltó Anna de repente, entregándome el plato de pastel de mala gana ─ no quiero arruinar el romance.
─ ¿Anna? ¿Qué ocurre? ─ ¿Acaso estaba celosa? Empezaba a marcharse así que la tomé del brazo, acercándola a mí para susurrarle al oído ─ no existe un lugar en este mundo al que me gustaría ir sin ti, quiero estar contigo todo el tiempo, en todas partes.
Anna se separó de mí, estaba tremendamente sonrojada, sin decir nada se alejó para hablar de nuevo con la princesa Rapunzel. Yo estaba completamente sorprendida de mi misma, jamás pensé atreverme a decirle algo así, tan directamente, tal vez era efecto del par de copas de vino, o quizá la valentía y soltura con que Georgina hacia las cosas me contagiaba. Busqué a Georgina con la mirada sin saber por qué, estaba del otro lado del salón, hablando con los Reyes del Reino del Sol, me atrapó mirándola y me dedicó una amplia sonrisa, un leve rubor cubrió mis mejillas, me quedé en un rincón, comiendo pastel, pensando en cientos de cosas.
─ ¿Tú eres la reina mágica? ¿La que tiene magia de hielo? ─ la voz de un niño pequeño me sacó de mis pensamientos ─ papá dice que congelaste tu reino por accidente, pero que ahora todos adoran tus poderes. ¿Podrías mostrarme?

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Tormenta Desatada
Fanfiction(ElsaxAnna) Cuando Kristoff pide la mano de Anna, Elsa no puede seguir negando sus verdaderos sentimientos hacia su hermana, ahora se enfrenta a un gran dilema ¿Luchar por el amor de Anna o dejarla ser feliz con Kristoff? Elsa descubrirá que el amor...