Volví a la oficina después del paseo, no podía olvidar mis deberes como reina por querer conquistar a mi hermana. En mi escritorio me esperaba un elegante sobre con letras doradas y sello del reino de las Islas del Norte. Lo abrí. Era una invitación.
"El rey James de las Islas del Norte se complace en invitarle a la celebración de su cumpleaños número sesenta, a celebrarse este domingo en el castillo principal. Un carruaje esperará a su llegada en el puerto del reino. Su majestad se sentirá honrado de contar con su presencia."
En el mismo sobre venía una carta, pude reconocer la letra de la reina Georgina.
"Querida Reina Elsa. ¿Puedo llamarte sólo Elsa? Me emociona mucho invitarte al baile que celebraremos este domingo en el castillo, realmente espero que puedas asistir, y tal vez bailar un par de piezas conmigo. La princesa y su futuro príncipe también pueden acompañarnos. También quiero aprovechar la ocasión para invitarte a pasar unos días en el reino, estoy segura que lo encontrarás muy interesante, además así conocerás de cerca todo lo que en las Islas del Norte podemos ofrecerte. Deseo verte pronto, Elsa.
Mis más afectuosos saludos, Georgina"
Unos días en las Islas del Norte, era una excelente oportunidad de conocer a nuestros futuros socios comerciales. Y el baile, la ocasión perfecta para empezar a relacionarnos con más reinos. Pero ver de nuevo a esa mujer, algo en ella me ponía nerviosa, era como si algo en mí se activara cuando la veo.
Revisé el resto de los documentos que tenía pendientes, por suerte eran pocos. Cuando bajé al comedor Anna esperaba balanceándose sobre su silla.
─ Ah, ahí estás. Empezaba a pensar que no cenarías. ─ me dijo acomodándose en la silla ─ ¿Cenamos en el jardín?
Pedí que nos llevarán la cena a la mesa del jardín. El cielo estaba hermoso, lleno de estrellas, la luna llena brillaba en todo su esplendor.
Cenamos bajo ese hermoso manto, Anna no dejaba de hablar, el tema de esa noche fue la comida, me habló de todos sus platillos favoritos. Yo escuchaba atentamente y trataba de memorizar los nombres, los ingredientes, tal vez me fueran útiles alguna vez.
Me daba la impresión que, después de haber pasado tanto tiempo alejadas, Anna quería recuperar el tiempo perdido y hacerme saber todo lo que, como su hermana mayor, debería saber. Cuando el tema se agotó, nos levantamos de la mesa y nos sentamos en una de las bancas del jardín, esa donde mamá adoraba sentarse a leer.
─ ¿Recuerdas cuando éramos niñas, y papá nos contó que cuando la gente buena muere se va al cielo y se convierte en estrellas? ─ me dijo Anna mirando fijamente un par de enormes estrellas que destacaban de las demás.
─ Son papá y mamá ─ dije señalando las estrellas que ella miraba, rodeé sus hombros con mi brazo y ella recargó la cabeza en mi hombro. Se quedó callada un largo rato, pero podía ver la sonrisa pacifica en su rostro. Deseé que Dag estuviera ahí para inmortalizar el momento en uno de sus hermosos cuadros.
─ En ocasiones hablo con mamá ─ dijo Anna de pronto ─ claro, ella no me contesta, pero sé que me está escuchando, a veces hasta puedo sentir lo que quiere decirme. Quiere que las dos seamos felices.
─ Anna, prométeme que harás caso a mamá ─ le dije tomando su rostro para que volteara a verme ─ Quiero que siempre busques tu felicidad, no la de Kristoff, o la mía, ni la de ellos, ni la de nadie más. Sólo tu felicidad. Todo cuanto hagas o decidas debe ser para que seas feliz.
─ Claro, eso haré Elsa ─ me respondió mirándome, confundida y con una sonrisa que delataba más condescendencia que alegría.
─ Hay un baile en las Islas del Norte ─ dije cambiando de tema ─ estamos invitadas al cumpleaños del rey James. Tal vez deberíamos mandar a hacernos vestidos nuevos, no creo que sea buena idea ir con esto ─ señalé mi vestido, hecho con magia de hielo.
─ Me encanta la idea, Elsa ─ respondió Anna emocionada ─ un vestido elegante, de un azul más oscuro o negro se te vería increíble, y creo que a mí me iría perfecto un rojo.
─ Entonces pediré que traigan un sastre mañana, pero por ahora es hora de irnos a dormir.
Anna se adelantó a su habitación mientras yo buscaba a alguien que recogiera las cosas de la cena.
─ Nada más romántico que el cielo estrellado ─ dijo Olaf saliendo de quien sabe dónde.
─ ¿Nos estabas espiando? ─ pregunté extrañada al verlo ahí.
─ No, yo sería incapaz de espiarlas, Elsa. ─ respondió Olaf sinceramente ─ Pasé por aquí mientras cenaban, y he visto que Anna regresaba al castillo, así que he venido a preguntar qué tal va todo.
─ Pues creo que va bien, Anna y yo nos haremos vestidos para un baile, será divertido... creo que intenta que la conozca mejor, recuperar el tiempo perdido, me habla mucho de ella, y eso es bueno porque tal vez yo no sabría cómo preguntar.
─ Eso es excelente ─ dijo emocionado ─ ¿De quién es el baile? ¿Dónde será?
─ El rey James de las Islas del Norte... ¿Tú viste a la mujer que vino al castillo? ─ pregunté bajando la voz.
─ ¿La reina Georgina? Claro, estuvimos hablando un poco, no sabía llegar al castillo así que yo la traje ─ dijo como si fuera lo más natural del mundo ─ es realmente muy atractiva, y tan inteligente y encantadora. Si fuera de nieve sería mi chica perfecta.
─ Bueno, pues Anna está segura que la reina es la mujer de la que estoy enamorada ─ susurré para que nadie escuchara, Olaf puso tremenda cara de sorpresa ─ y el baile al que iremos es precisamente de su esposo. No sé qué es lo que haré. Además, y esto es un secreto entre tú y yo, siento como si coqueteara conmigo.
─ ¿La reina Georgina coquetea contigo? ─ gritó Olaf sorprendido, lo miré severamente y se tranquilizó.
─ No estoy segura, eso creo, pero es imposible, ella está casada con el rey James, es sólo que siento que su trato conmigo no es meramente de negocios.
─ Bueno, si en verdad te coquetea tendrás que lidiar con ella ─ su cara parecía meditar todo como un gran sabio, no sabía que un muñeco de nieve podía tener tantas expresiones ─ pero tendrás que llevártela con cuidado con lo de Anna, si cree que estás enamorada de alguien más, aunque llegara a sentir algo por ti, no te lo diría, porque ella quiere que tú seas feliz, ya sabemos que ella daría hasta su vida por ti.
─ Lo sé, Olaf ─ dije con pesar, hundiendo mi rostro entre mis manos ─ no sé qué hacer, Anna y yo nos vamos haciendo más unidas, y eso es genial, y hablé con Oaken y que dos hombres o dos mujeres se amen no es tan raro como parece, realmente espero que todo salga bien.
─ Yo también lo espero, Elsa.
Regresamos al castillo, Anna ya estaba durmiendo en su habitación, así que me fui a la mía, no tenía mucho sueño, nunca fui una niña de jugar con muñecas, desde pequeña fui más de libros y estudio, pero esa noche hice algo bastante infantil, me inventé toda una historia de amor, protagonizada por figuritas de hielo de Anna y yo, animadas con mi magia, nunca me había divertido tanto en mi vida.
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Tormenta Desatada
Fanfiction(ElsaxAnna) Cuando Kristoff pide la mano de Anna, Elsa no puede seguir negando sus verdaderos sentimientos hacia su hermana, ahora se enfrenta a un gran dilema ¿Luchar por el amor de Anna o dejarla ser feliz con Kristoff? Elsa descubrirá que el amor...